La Confederación General del Trabajo (CGT) decidió en forma unánime una marcha de protesta para el 17 de agosto, pero lo hizo entre fuertes diferencias entre dos grandes sectores sindicales, hasta tal punto que mañana recordarán a Eva Perón por separado. La fisura es tan grande que, en la práctica, hace que convivan en una sola estructura virtualmente dos centrales obreras distintas, con aliados, agendas y reclamos que ponen a su dirigencia casi en veredas distintas.
La mejor demostración de esta fractura de hecho se producirá este martes, con la conmemoración del 70° aniversario de la muerte de Eva Perón: la alianza que controla la CGT (“Gordos”, independientes y barrionuevistas) realizará un acto, a las 17, en el salón Felipe Vallese de la sede de Azopardo 802 y movilizará a unos 5000 militantes ante el histórico edificio.
Hablarán dos de los cotitulares cegetistas, Héctor Daer (Sanidad), de “los Gordos”, y Carlos Acuña (estaciones de servicio), del barrionuevismo, y también habrá una oradora femenina cuyo nombre aún no está definido. La CGT no invitó a Alberto Fernández ni a Cristina Kirchner, pero sí fue especialmente convocado el Movimiento Evita, el más cercano a la Casa Rosada, por lo que se espera la presencia de Fernando “Chino” Navarro, Emilio Pérsico y Esteban “Gringo” Castro.
Ese mismo día, a las 17.30, en la intersección de las avenidas 9 de Julio e Independencia, a sólo 9 cuadras del acto cegetista, se concentrarán otros dirigentes de la central obrera para realizar una “Marcha de Antorchas” en homenaje a Eva Perón: la convocatoria es del Frente Sindical, que integran Pablo Moyano (Camioneros), el otro cotitular de la CGT, y Mario Manrique (SMATA), entre otros, y de la Corriente Federal de Trabajadores, enrolada en el kirchnerismo, que lideran Sergio Palazzo (bancarios), Walter Correa (curtidores) y Héctor Amichetti (gráficos).
La idea es movilizarse hasta el Ministerio de Desarrollo Social, en la avenida 9 de Julio y Moreno, que en sus fachadas tiene dos murales de Eva Perón realizados en acero. Hasta ahora, confirmó su presencia la CTA kirchnerista, que conduce Hugo Yasky, quien será uno de los oradores junto con el hijo de Hugo Moyano y Palazzo. Esta concentración, a diferencia de la que se realizará en la CGT, tendrá un claro sesgo antiempresarial, una obsesión de estos sectores sindicales: el moyanismo y la Corriente Federal propusieron la semana pasada ante sus pares del Consejo Directivo cegetista que la marcha del 17 de agosto protestara ante las principales entidades empresariales para responsabilizarlas por el aumento de los precios y la inflación.
Sin embargo, la mayoría de los miembros de la conducción de la CGT desechó ese planteo y finalmente se resolvió que marcharán contra toda la clase política que es la “responsable” de la actual crisis socioeconómica. Pablo Moyano aclaró que la protesta “no será en favor ni en contra del Gobierno”, mientras que Daer consideró que “el gobierno electo democráticamente no puede ser atacado por especulaciones políticas y económicas que van en busca de una devaluación y suba de tarifas, que lo único que va a generar es mayor pobreza en los argentinos”.
De todas formas, el dirigente de Camioneros aseguró que el 17 de agosto se movilizarán “contra los especuladores: acá el responsable es AEA, que es la asociación de empresarios argentinos; esa banda de forajidos son los que están quitándole un plato de comida a los trabajadores”.
En la reunión del Consejo Directivo de la CGT, la alianza de “Gordos”, independientes y barrionuevistas (en tándem con Sergio Romero, el líder de los docentes de UDA, y Jorge Sola, de Seguros) planteó a sus rivales moyanistas y kirchneristas que concurran el acto en la CGT por Eva Perón y dejen sin efecto la “Marcha de las Antorchas”, pero la respuesta fue negativa.
La CGT se unificó en noviembre pasado, aunque el arranque fue significativo: Pablo Moyano, que iba a ser elegido en el triunvirato de conducción con Daer y Acuña, no fue al congreso realizado en Parque Norte afectado por un “cuadro febril”. Algunos sospecharon que quiso evitar la foto con dirigentes como Daer, que hasta entonces se había convertido en uno de sus más firmes adversarios sindicales.
Lo cierto es que desde entonces el dirigente de Camioneros se diferenció de sus colegas cada vez que pudo. Mantuvo reuniones políticas y sindicales en la sede de la CGT sin avisarles a sus pares e incluso antes de que el Gobierno sellara el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) firmó un documento con sindicalistas de su propio sector y otros alineados con el kirchnerismo en el que advirtieron que “ante cualquier ajuste nos convocaremos nuevamente a las calles.
“Los Gordos” (Daer y Armando Cavalieri, de Comercio); el barrionuevismo (Acuña y Argentino Geneiro, de gastronómicos) y los independientes (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de la UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) se alineaban con Alberto Fernández, mientras que Pablo Moyano tomó distancia del Presidente y su posición quedó graficada en una foto del encuentro que mantuvo con Máximo Kirchner en medio de la pelea interna del Frente de Todos.
Luego de gestos que marcaron caminos por separado, sin que ningún sector abandone la CGT, las diferencias se pusieron al rojo a partir del agravamiento de la crisis económica. Pablo Moyano tendió redes hacia la Casa Rosada y Daer y el trío de independientes se reunieron en secreto con la Vicepresidenta, pero unos y otros no ocultan que hay mucho más que incompatibilidad de caracteres entre ellos. Las diferencias hacen que la CGT esté fracturada, aunque formalmente siga unida. Lo confirmarán en las próximas horas, nada menos que en memoria de Eva Perón.
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