El gobierno que encabeza Alberto Fernández atraviesa días complejos, pero esta semana puede resultar clave para estabilizar un panorama sombrío. El viaje de la ministra de Economía, Silvina Batakis, a Estados Unidos parece ser la llave del Presidente en su intento de detener el deterioro político de la gestión. Sin agenda pública, y en medio de la incertidumbre económica, hoy estará abocado a seguir de cerca las actividades de su funcionaria, que hasta mañana permanecerá en Washington.
El jefe de Estado llegó a su despacho de Casa Rosada a las 12.06 luego de mantener reuniones en la residencia de Olivos. Lo hizo en el auto gris oscuro que utiliza cuando por razones climáticos, como hoy no puede trasladarse en helicóptero. Entró con paso apurado y con una carpeta negra bajo su brazo izquierdo. Cinco minutos después también arribó el jefe de Gabinete, Juan Manzur, quien vio demorado su vuelo desde Tucumán, donde permaneció durante el fin de semana.
Batakis, en tanto, se reunirá este lunes con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, con la esperanza de que ese cónclave se convierta en una señal política positiva que genere cierta tranquilidad en el mundo financiero.
Antes de ese encuentro, la funcionaria que reemplazó a Martín Guzmán mantendrá una reunión con David Lipton, un hombre clave del Tesoro norteamericano. Ambas reuniones tendrán lugar tras una semana marcada por la fuerte suba del dólar paralelo y una crisis cambiaria que se traduce en aumentos de precios y en el incremento del riesgo país.
Batakis, junto con la viceministra de Economía, Karina Angeletti, arribó ayer al mediodía a la capital estadounidense y en las primera horas de la tarde mantuvo su primera reunión de trabajo con el embajador Jorge Argüello en la residencia del diplomático.
Tras el encuentro con los directivos del FMI, hoy por la tarde se verá con el director general de Operaciones del Banco Mundial, Axel Von Trotsenburg. Y sus actividades continuarán el martes en reuniones con inversores.
La política económica es la principal preocupación del Gobierno. El sábado se produjo en Olivos otro encuentro entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner pero el respaldo público y explícito de la vicepresidenta hacia Batakis no se produjo aún. La senadora Juliana Di Tullio, muy cercana a CFK, aseguró que ese apoyo existe. Además, pidió que la Policía Federal esté en la puerta de todas las cuevas donde se controla el tipo de cambio paralelo. Fue un nuevo reclamo del kirchnerismo a la Casa Rosada para que tome medidas urgentes.
Algo similar había ocurrido en el acto que el viernes el Presidente realizó junto al ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, para anunciar obras relacionadas con el sector de la ciencia cuando también desde sectores del kirchnerismo pidieron mayor reacción gubernamental. Fue allí donde Fernández habló de los desafíos que enfrentaba.
“Tengo el desafío de enfrentar la inflación, de enfrentar a los que especulan con el dólar y el desafío de enfrentar a los que guardan 20 mil millones de dólares en el campo y no los liquidan, esperando una mejor rentabilidad cuando el país lo necesita”, sostuvo y enfatizó que “los necesito a todos movilizados, acompañando una oportunidad que no debemos perder, la de crecer con dignidad. Sepan los que me quieren torcer el brazo, que no me lo van a torcer. Sé que cuento con todos y cada uno de ustedes”.
Durante el fin de semana en el Gobierno se siguieron estudiando las posibles medidas económicas que serían anunciadas esta semana. Pero aún parece no ser el momento para hacerlo. La clave de estas horas pasa por esperar el resultado de las reuniones de Batakis en Estados Unidos. Después, con las cartas sobre la mesa, Fernández terminará de definir las medidas y si, finalmente, hace más cambios en el Gabinete.
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