El peronismo perdió la calle. Al gobierno de Alberto Fernández se le licuó el poder que tenía sobre los movimientos sociales afines. Eso derivó en las masivas concentraciones que se desarrollan desde hace dos semanas, ya no solo con los piqueteros protestando, sino con las organizaciones de la economía popular que forman parte del Frente de Todos.
En ese sentido, Juan Grabois, el referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos, integrante de la UTEP (agrupa a las organizaciones que forman parte del Frente de Todos) y más cristinista que albertista, pronunció un encendido discurso desde el simbólico Puente Pueyrredón, donde criticó con extrema dureza tanto al Presidente como a la Vicepresidenta Cristina de Kirchner. Grabois, en pocos minutos, marco el quiebre entre la mayoría de estos espacios populares y el frente gobernante: “El principal problema es la miseria que hay en este país”, afirmó.
Antes aseguró que los problemas de “Cristina no son nuestro problema”, en una clara alusión al enfrentamiento que tiene con la Justicia, y le recodó al Jefe de Estado que seguirán luchando por el Salario Básico Universal: “Es fácil, Alberto, es muy sencillo el reclamo. Si no, para qué te pusimos ahí. Te pusimos ahí para que haya menos pobreza, no para que haya más. Si no te gusta el Salario Universal inventa otra cosa. No salgas a decir que hay que calmar a los mercados”, exclamó y aseguró que “hay gauchos y gauchas que estamos dispuestos a dejar nuestra sangre en las calles para que no siga habiendo este hambre en la Argentina”. Hasta ahora, el referente social, no se había expresado con tanta vehemencia. Es más, le advirtió al Presidente que podría haber hasta 200.000 manifestantes volcados a la calle, reclamando urgentes soluciones para los sectores más vulnerables.
Pocos lo advirtieron, pero en las últimas horas se manifestaron juntos la Unión de Trabajadores de la Economía Popular UTEP, (conformada, entre otras organizaciones, por el Movimiento Evita, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, el Movimiento Misioneros de Francisco, Somos Barrios de Pie, el Movimiento Popular Darío Santillán, la Corriente Clasista y Combativa, Nuestra América, entre otras); La Unidad Piquetera, con el Polo Obrero y Barrios de Pie-Libres del Sur a la cabeza; y el Frente de Lucha, también conocido como Frente Organizaciones en Lucha (FOL). Esto es la primera vez que ocurre.
Como representante máximo de la oficialista UTEP marchó su secretario general Esteban “Gringo” Castro. Lo hizo como referente de ese espacio considerado como el “gremio de la economía popular”. Castro es dirigente del Movimiento Evita, aunque cuando habla lo hace por la UTEP. “Quiero plantear más unidad. Tenemos matices, pero debemos ponernos de acuerdo. Porque cada vez que logramos un avance salarial los formadores de precios nos quitan nuestro salario. Tenemos que poner límite al empresario que se cree que tiene derecho en decir quién come y quién no come en la Argentina“, dijo desde el mismo escenario que Grabois.
En el mismo acto, como ocurrió ayer durante las protestas por la “infiltración” a las organizaciones sociales en Jujuy por parte de la Policía provincial y por la libertad a la dirigente Milagro Sala, también estuvo presente Eduardo Belliboni, de la Unidad Piquetera. Y lo hizo aún sin estar a favor del Salario Básico Universal.
“Le estamos dando la bienvenida a una cantidad de organizaciones que hoy están debutando en la lucha contra el Gobierno y el ajuste”, expresó Belliboni en las inmediaciones del Puente Pueyrredón y recordó que la Unidad Piquetera, con el a la cabeza, envió una delegación, para apoyar el reclamo de la UTEP y destacó que Polo Obrero “coincide con algunos reclamos de los compañeros del MTE, de Juan Grabois, y de otras organizaciones como la Darío Santillán”, entre los cuales se destacan “el aumento a los jubilados y de salarios”.
Este hecho enciende luces de alarma entre algunos funcionarios de Casa Rosada que piden no ser mencionados. Pero lo cierto es que en las últimas horas se reunieron con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, para reforzar la idea del Presidente: no habrá más planes sociales, como piden los piqueteros; ni Salario Básico Universal, como lo exige Grabois, Castro y la UTEP. No hay dinero para sostener una erogación anual que podría ascender a unos 304.877 millones de pesos.
A Alberto Fernández solo le queda el refugio del Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie. Los dos principales dirigentes de la primera organización son Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro. La segunda es coordinada a nivel nacional por Daniel Menéndez. Los tres son funcionarios nacionales en el ministerio de Desarrollo Social y en Jefatura de Gabinete. Los tres sobrevivieron a los cambios de ministro que ocurrieron en esas áreas.
Tener el apoyo de esos dos espacios sociales no es poco. Pero están encorsetados en sus despachos oficiales. No se movilizan y, si lo hacen, protestan frente al Congreso para pedir por leyes que beneficien a la economía popular. Iniciativas paradas, cajoneadas desde hace dos años en un parlamento en el que, si hubiera intenciones políticas, el oficialismo podría buscar consensos para aprobar alguno de esos proyectos. La UTEP también se manifestó en esos reclamos.
Pérsico, Menéndez y Navarro no marchan en favor del SBU que reclama la UTEP que ellos mismos integran, porque el Gobierno no está en condiciones de darlo, no porque estén en contra. Solo basta repasar los archivos.
En mayo, hace apenas dos meses, se presentó en la Cámara Baja el proyecto de ley sobre el SBU. La iniciativa fue presentada por Itai Hagman, Natalia Zaracho y Federico Fagioli, que pertenecen al Frente Patria Grande que lidera Juan Grabois. Contó con el acompañamiento de otros legisladores del sector como Juan Carlos Alderete y Verónica Caliva, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC); Leonardo Grosso y Eduardo Toniolli, del Movimiento Evita de Emilio Pérsico; y Natalia Souto, de Somos Barrios de Pie.
Es más, el 30 de junio, Juan Zabaleta, ministro de Desarrollo Social, área en la cual se desempeñan Pérsico y Menéndez, dijo que “el salario básico universal merece ser discutido”.
Por ahora, para el Evita su “gran prioridad” es el 7 agosto, fecha en que, según Gildo Onorato, dirigente de ese espacio pero también secretario gremial de la UTEP, “pensamos movilizar más de medio millón de trabajadores y trabajadoras de la economía popular desde el Santuario de San Cayetano hasta el centro de la ciudad”, en apoyo a Fernández y para pedir que se apruebe en el parlamento la ley “Tierra, Techo y Trabajo”, que también esta cajoneada.
En un sincericidio, uno de los líderes del Evita, dijo ante varios testigos que no podía salir a apoyar el reclamo del Salario Básico Universal porque “si no me tengo que ir del gobierno”. Por esa razón, ninguno de sus referentes participa de las reuniones que la Unidad Piquetera, el Frente de Lucha y la UTEP mantienen para unificar reclamos y coincidir en reclamos callejeros al Gobierno.
Durante la movilización que la UTEP realizó el 1º de Mayo y de la cual participaron todas las organizaciones que la integran, el Evita también levantó el reclamo del Salario Básico Universal. Lo reconoce el propio Onorato cuando, en una entrevista a Eldiario.com.ar respondió ante la pregunta sobre si estaba a favor: “Por supuesto que estamos de acuerdo. Forma parte de una de las políticas planteadas el 1º de mayo. Pero somos conscientes que si esa política no está acompañado de una serie de incentivos al desarrollo productivo, con monotributo productivos para registrar el trabajo, con acceso al crédito para potenciar la escala de producción y dignificar ese trabajo, y con el fortalecimiento y la potenciación de circuitos de compra-venta, vamos a caer en tener un plan social más como hemos tenido en otras crisis y será una nueva expectativa desaprovechada”.
Como se puede observar, la grieta en los movimientos sociales que acompañan al Frente de Todos existe. Aunque todos coinciden en el diagnóstico, algunos prefieren cuidar la figura presidencial y sus propias aspiraciones políticas.
Quizás la administración que desde sus cargos ejercen sobre casi tres billones de pesos anuales y sobre las altas y bajas de los planes sociales, como el programa Potenciar Trabajo, sea otro factor por el cual la grieta se ensancha entre los que desde las organizaciones oficialistas son funcionarios y los que no. Por las dudas, Juan Grabois le dijo a Infobae que no está entre sus aspiraciones ocupar un cargo público en el Gobierno. Lo dejó claro hoy desde el Puente Pueyrredón: “¡Por qué no se dan cuenta de que no es política nada más, la puta madre!. Es obvio que esto no da para más”.
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