Cerca del escenario se alzan las fotos de las 85 víctimas. Y esos retratos se multiplican también a 50 metros o entre los cientos de personas que se agolpan más lejos, a un par de cuadras de la pantalla gigante que resalta que se vuelve a un acto presencial, después de dos años de pandemia. En esa primera línea también se mezclan figuras conocidas de la política local con integrantes del Foro Latinoamericano de Combate al Antisemitismo, que este domingo sesiona en Buenos Aires. Son más los de la oposición, porque el presidente Alberto Fernández decidió no concurrir, como ocurrió la mayoría de las veces con otros mandatarios en los 28 años que transcurrieron desde el atentado a la mutual judía hace 28 años.
Es allí donde pudo verse al líder de Republicanos Unidos, el radical Ricardo López Murphy (que llegó a las 8.55 cuando casi no había público sobre la calle Pasteur) y también, entre otros, a Marcelo D’Alessandro (ministro de Seguridad de porteño), Jorge Macri (ministro de Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta), Fernando Straface (secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires); Claudio Avruj (ex secretario de Derechos Humanos); el ex juez de la Nación, Ricardo Gil Lavedra; los legisladores Luis Petri, Hernán Lombardi y Fernando Iglesias (todos de Juntos por el Cambio); la titular del PRO, Patricia Bullrich; Diego Guelar (ex embajador en China entre 2015 y 2019); Jorge Telerman (director del Teatro Colón y ex jefe de Gobierno porteño), el juez Sebastián Casanello, Mariano Caucino (ex embajador argentino en Israel durante el gobierno de Mauricio Macri), la ex diputada del Movimiento Popular Neuquino, María Cristina Guzmán y el ex senador correntino del Partido Autonomista, José Antonio Romero Feris.
Bien atrás de ese espacio se ubicó uno de los pocos representantes del Gobierno, el ministro de Educación, Jaime Perczyk, quien optó por el perfil bajo. El otro fue Guillermo Oliveri, secretario de Culto, y uno de los acompañantes en el encuentro del viernes que Alberto Fernández tuvo con los nuevos dirigentes de la AMIA, que asumieron hace poco más de un mes. Muchos dirigentes del oficialismo optaron por expresar su repudio y el pedido de esclarecimiento del ataque terrorista a través de sus cuentas de Twitter.
El Presidente, por ejemplo, escribió: “A 28 años del atentado a la AMIA, volvemos a decir ‘presente’. Por las 85 personas asesinadas aquella mañana, por sus familias y por toda la Argentina. Tenemos memoria. Buscamos justicia. #AMIA28Años”. Acompañó su posteo con una foto del edificio en ruinas y las primeras tareas de rescate entre los escombros. Sergio Massa, titular de la Cámara de Diputados, también se manifestó en su cuenta. “El 18 de julio de 1994 a las 9.53 un atentado destruía la AMIA. Esa fecha y horario golpearon y marcaron a toda una sociedad que hoy, 28 años después, sigue recordando a quienes ya no están, con un reclamo que atraviesa a todo un país, MEMORIA, VERDAD y JUSTICIA. #AMIA28años”, consignó y le agregó un video alusivo de 30 segundos.
“Estoy acá porque quiero estar y además porque tengo una función, una relación con la colectividad y quiero estar cerca de ellos. El Gobierno acompaña el deseo de que haya justicia. Se debe avanzar en ese sentido”, le dijo Oliveri a Infobae, quien estuvo apoyado sobre una valla del lado de los números pares de la calle Pasteur.
Otra figura importante es la del embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, quien llegó a paso apurado casi media hora antes de los discursos. Fue hasta la puerta principal de la AMIA, ingresó y tras unos minutos allí, donde saludó a las máximas autoridades de la mutual, mantuvo un breve diálogo con el canal CNN, en inglés: “El grupo terrorista, Hezbollah e Irán, todavía se está saliendo con la suya sin justicia todavía. Esa es la palabra clave: justicia. Eso es lo que tiene que pasar aquí. Sabemos quién lo hizo y necesitamos saber quién es el responsable. Se necesita justicia”.
Durante los discursos esta vez no hubo silbidos ni abucheos. Los asistentes aplaudieron con moderación la palabra del titular de la AMIA, Amos Linetsky, que criticó la inacción del Poder Judicial, también deslizó críticas al Gobierno por los pocos avances en la causa para esclarecer el atentado terrorista y pidió que la presencia del avión venezolano-iraní que permanece detenido en Ezeiza se esclarezca.
Entre la gente también estuvo la jueza Sandra Arroyo Salgado, la viuda del fiscal Alberto Nisman, junto a su hija. Las menciones hacia Nisman, a quien se homenajeó con el agregado de una rosa roja a las 85 que se colocaron por cada víctima de aquel lunes 18 de julio, despertaron algunos gritos esporádicos entre la multitud. “El Gobierno la sacó barata”, afirmó un dirigente de la comunidad que en estricto “off” comentó la ausencia de un cuestionamiento fuerte por el Memorándum con Irán. Un familiar de las víctimas agregó que “el Presidente eligió no venir y está en su derecho” pero tiene bien fresca en la memoria su alocución del año pasado cuando se hizo el acto de conmemoración en forma virtual: “Ese día criticó el juicio en ausencia a los iraníes con alerta roja de Interpol y ni hizo mención a lo de Nisman”.
Guelar, por su parte, resumió su presencia a la necesidad de que “no se olvide esta tragedia”. “Hay que insistir en que haya justicia, que se termine con tanta impunidad. Este de la AMIA fue un ataque a la Argentina, como el de la Embajada de Israel de 1992. El memorándum con Irán fue un acto de traición a la patria y la presencia de un avión con iraníes en nuestro país debe ser explicada como corresponde. Es una incógnita que hace ahí, a qué vinieron”, sostuvo.
Cuando fue el turno de escuchar a los familiares de las víctimas, la emoción se mezcló con las lágrimas, la congoja y los abrazos entre los asistentes al acto. “Siento frío en el alma”, describió Marina Degtiar, hermana de Cristian, estudiante de abogacía que trabajaba en la AMIA. El mismo dolor se transmitió en las palabras de Ana Weinstein, una de las sobrevivientes al ataque, en las de Sofía Guterman, mamá de Andrea y en las de Jennifer Dubin, hija de Norberto.
Son la exacta descripción de muchas historias truncadas. La sirena que recordó a las 9.53 el momento preciso de la explosión provoca escozor. “Son estrellas que no se apagan, que no dejan de alumbrar”, dice el estribillo de la canción con la que comenzó el acto, donde cantan varios músicos famosos como Víctor Heredia, León Gieco, Peteco Carabajal, Julia Zenko, Alejandro Lerner, Jairo y Juan Carlos Baglietto, entre otros, junto a sus hijos. Son 85 silencios que esperan respuesta.
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