El aumento del dólar turista que confirmó anoche el Gobierno se trata de la primera medida de la era Batakis con inconfundible sello kirchnerista. En medio de crecientes cuestionamientos a la nueva ministra de Economía de sectores identificados con la vicepresidenta Cristina Fernández, la decisión de elevar del 35% al 45% la percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales para las operaciones en moneda extranjera implica en los hechos un nuevo ajuste a las restricciones cambiarias vigentes.
La decisión coronó un miércoles de noticias complicadas. El dólar libre terminó a un precio récord de 283 pesos, mientras que el “contado con liquidación” operado a través del bono Global 30 (GD30C) se pactó a $290,15, cerquita del pico de $300, mientras que el MEP se ubicó en $280,30 a través del Bonar 30 (AL30D). Un balance rojo mientras el BCRA no logra recomponer el saldo negativo de USD 600 millones que “perdió” de reservas durante julio.
En concreto, desde este jueves quedaron alcanzados por el aumento de la percepción de impuestos las compras de bienes y servicios en el exterior. Eso implica viajes y otros gastos que se realicen afuera pero también consumos como aplicaciones de streaming (Neflix o Amazon Primer Video) y juegos. Por esta suba de impuestos -que castiga sobre todo a la clase media- el dólar “solidario” que cerró a $223 pasará a 236 pesos.
De todos los anuncios que hizo Silvina Batakis desde que asumió, el de anoche fue el primero que pareció sintonizar con el esquema que el kirchnerismo aplicó para resolver la falta de divisas que -como una fatalidad- acompaña a sus gobiernos. La ministra de Economía había expuesto en televisión un crítico y polémico análisis sobre el impacto del turismo en las reservas del BCRA.
“Cuando uno hace compras en el exterior y esos dólares son los que deberían haber ido al sector productivo, estamos dañando el futuro de todos los argentinos”, dijo en el reportaje y agregó la frase que terminó siendo la tapa de los diarios y la crítica de todo el arco opositor: “El derecho a viajar colisiona con el derecho a la generación de puestos de trabajo”.
Esa frase le achicó a la ministra los márgenes de acción debido a la inminencia de las vacaciones de invierno y las presiones públicas del kirchnerismo duro para que tome medidas que se diferencien de la era Guzmán. Políticos, sindicalistas y piqueteros como Juan Grabois -todos de inocultable alineamiento con la Vicepresidenta- escalaron las críticas hacia la nueva jefa del Palacio de Hacienda y le exigieron la aplicación de un programa que contemple un marco conceptual antagónico al que tuvo el discípulo de Joseph Stiglitz.
Si bien el refuerzo del cepo fue anunciado por la AFIP, que conduce Mercedes Marcó del Pont, se toma luego de que Batakis asumiera de manera pública la conducción del equipo económico, tras la conferencia que dio este lunes en el Ministerio de Economía. Allí estuvo acompañada, además de la titular del ente recaudador, por el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y de los ministros Daniel Scioli (Desarrollo Productivo), Julián Domínguez (Agricultura) y Matías Lammens (Turismo).
Ese día, “la Griega” confirmó un plan de ajuste económico que incluyó el acuerdo con el FMI, garantía del pago de la deuda en pesos, aumento de tasas de interés, segmentación de tarifas, congelamiento de ingresos al Estado, entre otras medidas.
Más restricciones cambiarias
En la explicación de la medida, la AFIP destacó que se tomó “con el objeto de sostener el impulso redistributivo de la política fiscal y frente a la manifestación de capacidad contributiva de distintos sectores económicos, fundamentalmente aquellos que pueden realizar determinados gastos en moneda extranjera, razones de administración tributaria y de equidad tornan aconsejable modificar la resolución general mencionada”.
Según un comunicado oficial, se buscó “robustecer el frente fiscal a partir de la manifestación de capacidad contributiva de distintos sectores económicos”. Además, destacó que “forma parte de las distintas medidas tomadas por el Gobierno, destinadas a garantizar el equilibrio fiscal y promover la solvencia del Estado como promotor de la actividad económica”.
La semana pasada, apenas asumió y en sus primeras entrevistas, Batakis había dicho que “el Estado no está para ahorrar, pero sí para ser solvente” y había agregado que “el déficit es un instrumento de política económica en situaciones inéditas, como lo fue en pandemia”, pero se esforzó en subrayar su mirada “fiscalista” de la gestión en el Ministerio.
“Necesitamos defender la solvencia del Estado y esto no tiene que ver con una imposición del Fondo Monetario. Cuando tenemos un Estado que logra equilibrar sus cuentas y es solvente, eso nos da prestigio para avanzar en las medidas que necesita la gente”, agregó, un pensamiento que terminó traducido en la norma que se anunció anoche y que fue a contrapelo de lo que días atrás había dicho Pesce.
El titular del Banco Central había negado que se fueran a aplicar más restricciones o se fuera a endurecer el cepo para los consumos con tarjeta en el exterior. “No estamos planeando medidas en ese sentido. Tomamos una medida que ya fue criticada, no permitir el financiamiento en pesos de los viajes al exterior, pero no estamos estudiando otra medida”, dijo el funcionario. Evidentemente, la realidad cambió.
SEGUIR LEYENDO