Los tiempos se aceleran. Aunque falta más de un año para las próximas elecciones, tanto en el oficialismo como en la oposición ya comienzan a mover las fichas con miras al 2023.
Mientras en el oficialismo están enfrascados en la coyuntura que hace que los comicios queden más lejos que para la oposición, en Juntos por el Cambio creen que la situación política y social se puede descomponer más rápido de lo planeado y, por eso, hay sectores que empezaron a acelerar el ritmo.
Esto es lo que parecen estar viendo los espacios radicales ligados al senador Martín Lousteau, quien ya dijo que quiere ser candidato a ocupar la jefatura de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y los de Horacio Rodríguez Larreta, actual jefe de gobierno porteño, quien de manera elíptica también deslizó sus intenciones de acceder a la Casa Rosada cuando días atrás dijo: “Sueño con ser parte de la solución a los problemas que arrastramos hace décadas”.
Estos dos sectores de la coalición son los que parecen más unidos dentro del mundo que conforma Juntos por el Cambio. Pregonan un discurso más de centro, sus referentes se muestran juntos en diferentes actividades y sus equipos de gobierno ya comenzaron a trabajar en de forma coordinada. Esta cercanía derivó en un acuerdo político que ya se discute en el seno de la principal coalición opositora.
“La intención de varios sectores del radicalismo y de Larreta es la de avanzar con fórmulas cruzadas para las próximas elecciones”, explicó un fuente de Evolución, la línea interna del radicalismo que conduce Lousteau. “La idea es que las fórmulas sean con un candidato del PRO y uno de la UCR para disputar las elecciones presidenciales, las de la Ciudad y las de la provincia de Buenos Aires”, agregó.
En el radicalismo parece haber más consenso en esto -no necesariamente en el orden de quién tiene que encabezar-, a punto tal que hasta el gobernador y candidato presidencial Gerardo Morales ha dicho públicamente que no tiene inconvenientes en compartir fórmula, “siempre que encabece un radical”. En el Pro la discusión no parece tan sencilla, ya que hay sectores de los denominados “más duros” y cercanos al ex presidente Mauricio Macri que pregonan una fórmula “amarilla pura” a pesar de que el ex presidente está en sintonía con la fórmulas cruzadas.
Para estos sectores del partido creado por Mauricio Macri que prefieren todo amarillo la discusión no es solo quien conduce sino la posibilidad cierta que el bastión del PRO, la Ciudad de Buenos Aires, quede en manos de un radical después de 14 años. “Este acuerdo parece significar que un sector del radicalismo le allana el camino a Horacio y ellos se quedarían con la Ciudad. Nosotros mostramos que podemos gobernar y administrar la ciudad, ¿por qué debemos dejarla en manos de un radical?”, se pregunta un dirigente del PRO que no se muestra muy de acuerdo con las intenciones que parecen desplegar Larreta y Lousteau.
Un dato no menor y que se enmarca en esta idea de avanzar en las fórmulas cruzadas es que el senador radical y ex presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, acompañado por la diputada radical, Soledad Carrizo, vienen insistiendo con un proyecto de ley para modificar el Código Nacional Electoral (CNE) y la Ley de Democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral, donde proponen cambiar la metodología en que se diseña la fórmula presidencial para las PASO.
Cornejo y Carrizo proponen que sean solos los y las candidatas a los cargo de presidentes, gobernador, jefe de gobierno, los que compitan así el ganador puede elegir a su acompañante en la fórmula. Aunque establece que tienen que ser elegido “únicamente de entre el universo de precandidatos que participaron como integrantes de alguna de las listas internas de dicha alianza o agrupación”.
Gobierno nuevo
Además del acuerdo político en el que avanzan estos espacios, también están trabajando en lo que será el programa de Gobierno para el 2023 elaborando proyectos de ley y analizando los diferentes sectores. “Se está trabajando en un plan de gobierno, intercambiando experiencias y análisis, porque hay que llegar preparados y con consenso”, explicaron desde Evolución.
En ese sentido, desde el partido que encabeza Lousteau entienden que las fórmulas cruzadas aseguran también la posibilidad de poder ofrecerle al electorado algo nuevo. “En las últimas elecciones ganó lo nuevo. Diego Santilli hizo una buena elección en la provincia de Buenos Aires, pero sin Facundo Manes, que fue lo nuevo, no llegaba. Lo mismo María Eugenia Vidal en CABA, que sin Martín Tetaz y Ricardo López Murphy la iba a ser difícil. La renovación que está pidiendo la gente, lo nuevo, la pusimos nosotros”, remarcan desde la UCR.
La referencia a lo nuevo tiene una doble intención por parte de los radicales. Primero, dejar en claro dentro de la coalición que sin ellos es poco probable un triunfo en el 2023. Pero, además, le pone un coto a las aspiraciones de los sectores que quieren la pureza amarilla en la fórmulas y, por elevación, le marcan el territorio a Mauricio Macri, quien hasta ahora no ha dado señales claras de si va a jugar o no un “segundo tiempo”.
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