El presidente Alberto Fernández encabezó el acto oficial por el Día de la Independencia que se celebró en Tucumán este mediodía, y pronunció sus primeras palabras públicas tras la renuncia de Martín Guzmán al frente del Ministerio de Economía. En el marco de los festejos, llamó a un “acuerdo con todos los argentinos”, en la misma línea en que se expresó ayer, desde El Calafate, Cristina Kirchner. También denunció intentos de “agoreros” y “poderosos” para hacer tambalear su gobierno, aunque evitó decir directamente a quiénes se refería. Y, después del pico de enfrentamientos con la vicepresidenta, volvió a hablar de “unidad” al interior del Frente de Todos, aunque extendió la necesidad de llegar a un entendimiento hacia otros sectores políticos.
“Sé que algunos refriegan sus manos en momentos en que la adversidad se nos cruza. Lo hacen con rumores que algunos lanzan a correr en medios de comunicación, o falsas noticias que hacen circular en redes sociales como instrumentos desestabilizadores”, lamentó el primer mandatario, en relación a las versiones que circularon en los últimos días y hablaban de su posible renuncia a la Jefatura de Estado.
El presidente Fernández, quien arribó a San Miguel de Tucumán en horas del mediodía junto a gran parte de su Gabinete, expresó su rechazo contra aquellos que “se aprovecharon de la pandemia y se quieren aprovechar ahora de la guerra”. Y en esa línea, advirtió: “Son los mismos de siempre que siembran el desánimo, temor, rumores… Que buscan vernos desunidos, que generan enfrentamientos”.
“Venimos soportando en los últimos meses, pero sobre todo de manera pública y feroz en la última semana, una embestida de los grupos concentrados poderosos que quieren quedarse con toda la renta. Que quieren provocar una devaluación y maximizar sus ganancias con la codicia de siempre”, lamentó el mandatario.
En un mensaje dirigido a los detractores de su gobierno, pidió: “Bajen las armas. Acá hay un pueblo que quiere comer, tener salud, tener educación y ser feliz”.
En medio de la tregua con Cristina Kirchner tras meses de pelea, el Presidente estuvo rodeado de la mayor parte de sus ministros y secretarios de gobierno, tanto del ala kirchnerista como de la moderada, lo cual representa nueva evidencia, junto con los mensajes que enviaron la vicepresidenta ayer, y Máximo Kirchner el jueves, en Escobar, de que buscan mejorar las relaciones internas para enfrentar la fuerte crisis económica, de cara a las elecciones de 2023.
Además del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, participaron del acto en Tucumán los ministros del Interior, Eduardo de Pedro; de Defensa, Jorge Taiana; de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli; de Transporte, Alexis Guerrera; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria; de Agricultura, Julián Domínguez; de Salud, Carla Vizzotti; de Desarrollo Social, Juan Zabaleta; de Trabajo, Claudio Moroni; de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandie; de Desarrollo y Hábitat, Jorge Ferraresi; asó como el Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; la Secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; el jefe de Asesores de la Presidencia, Juan Manuel Olmos.
Estuvieron, también, el diputado nacional, Eduardo Valdes, y la diputada Victoria Tolosa Paz, ambos cercanos al primer mandatario, entre otros legisladores oficialistas. Aunque sólo asistieron dos gobernadores del PJ, además de Osvaldo Jaldo, el anfitrión en la fiesta patria: Ricardo Quintela y Raúl Jalil, respectivamente, de La Rioja y Catamarca.
Cuando brindó su discurso de apertura, Jaldo les reprochó a los jefes provinciales que no fueron “Este es un gobierno verdaderamente federal, lo saben los dos que vinieron y los que no están”, dijo. Sin embargo, más allá de la liga de jefes provinciales, había satisfacción entre los organizadores por la convocatoria al final de una semana que, creen, marcará un futuro de unidad hacia los comicios presidenciales.
En ese sentido, Alberto Fernández trazó un paralelismo entre la época de la independencia y la actualidad, al llamar a la “unidad” en el oficialismo. “Durante la independencia de la patria se forjó la unidad a pesar de las divisiones. La unidad no surgió fácilmente. Fue posible porque hubo voluntad de construirla. La unidad es el fruto de los ocupados por consolidarla. Es un elemento que tenemos que cuidar”, sostuvo, en clara alusión al ala K del Gobierno.
Pero también pareció extendió la necesidad de unión a otros partidos, porque se refirió en repetidas ocasiones a un entendimiento “todos los argentinos”. “Los mejores de nosotros fueron capaces de generar el interés nacional. Eso tenemos que hacer”, sostuvo. Si bien habló de “acordar” en la misma línea que la vicepresidenta no hizo menciones directas, como sí lo hizo Cristina Kirchner, que nombró al empresariado industrial, y a Mauricio Macri.
Y volvió a trazar un paralelismo histórico: “Un dato curioso sobre la jornada del 9 de julio de 1816 es que cuando Francisca puso a disposición su casa, no había espacio para todos allí adentro. Entonces tomó la decisión de derribar paredes para permitir el acceso de todos y todas. Esa fue la primera lección en esta casa: para que podamos entrar todos y todas, y llegar a acuerdos que nos unan, hace falta derribar muros”, expresó.
“Tal vez hoy, desde la casa que dio inicio a la Argentina, podamos convocar a los consensos que hacen falta para desarrollarnos de una vez y para siempre”, clamó. Además, se refirió a sus aspiraciones económicas tras la asunción de Silvina Batakis al frente de Economía: “Hay que transitar hacia el equilibrio fiscal, estabilizar la moneda, frenar la inflación, que se despliega en todo el mundo y daña más seriamente a nuestra economía, que está caracterizada por convivir con persistentes procesos inflacionarios”, enumeró.
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