En medio de la escalada diplomática para ponerle fin a la invasión a Ucrania, el canciller Santiago Cafiero mantuvo un encuentro en la cumbre del G20 con su par ruso, Sérguei Lavrov, adonde ratificaron la intención de “seguir desarrollando una asociación estratégica integral entre Rusia y Argentina”, informaron oficialmente desde Buenos Aires y Moscú.
Cafiero aprovechó la oportunidad para condenar la invasión de Rusia a Ucrania, mientras que Lavrov ratificó los motivos geopolíticos que llevaron a Putin a librar una guerra ilegal en Europa. En este sentido, hubo un juego de espejos diplomáticos: Cafiero reiteró la postura de Alberto Fernández en el G7 de Alemania, mientras que Lavrov se mantuvo fiel a los argumentos que Putin desplegó en la cumbre de los BRICS organizada por China.
La cita bilateral se produjo en el cónclave internacional en la isla indonesia de Bali. En ese marco, las potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos cerraron filas contra el presidente ruso Vladimir Putin, con el objetivo que deponga la agresión bélica y cesen los enfrentamientos. Lavrov tuvo que abandonar los intercambios multilaterales en varias oportunidades al escuchar los reproches de sus aliados.
Durante la bilateral que mantuvo con su colega ruso, Cafiero reiteró la condena de la Argentina al uso ilegítimo de la fuerza, instó a acordar un inmediato alto el fuego inmediato y la necesidad de abrir una mesa de negociación diplomática para alcanzar la paz “de manera urgente” en Ucrania.
Lavrov escuchó los planteos de Cafiero, pero no se movió un centímetro de la posición rusa respecto a la invasión ilegal a Ucrania. El comunicado oficial del Kremlin sostiene: “Los jefes de la diplomacia reafirmaron la intención de seguir desarrollando una asociación estratégica integral entre Rusia y Argentina. También intercambiaron opiniones sobre temas actuales de la agenda internacional y regional, incluida la situación en Ucrania”.
Desde que se iniciaron las hostilidades en Ucrania en febrero pasado, el Gobierno intenta articular un equilibrio equidistante entre la condena al despliegue bélico y las violaciones de derechos humanos del presidente Putin, con el sostenimiento de una relación bilateral que, en la previa a la guerra, se había profundizado con la provisión de vacunas Sputnik V.
“La paz es urgente”, afirmó el canciller argentino, quien pidió por el fin de las hostilidades tras reunirse con el secretario de Estado de Biden, Anthony Blinken.
En su gira por Moscú, Alberto Fernández le había prometido a Rusia que Argentina sería la puerta de entrada de Rusia a América Latina. Esa agenda sigue siendo del interés, al menos de parte de Putin. Desde el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso informaron que se prestó “especial atención” a la agenda en común de los principales organismos internacionales, y se mencionó el rol de Argentina como presidente por témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Fuentes de Cancillería no desmintieron a Infobae el contenido de las conversaciones y reafirmaron el énfasis de la condena del Gobierno argentino hacia la invasión en Ucrania. Argentina no fue el único país que mantuvo diálogos particulares con Rusia. Lavrov también se juntó con el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Carlos Alberto França y el de India, Subrahmanyam Jaishankar, dos aliados en su política exterior.
El gobierno de Jair Bolsonaro evita repudiar a Rusia por la acción bélica en Ucrania, en sintonía a la postura de los países del bloque de los BRICS. El país vecino también discutió “estrechamiento” de los lazos entre Moscú y Brasilia y su “asociación estratégica integral”. Brasil, Argentina y México son los únicos miembros latinoamericanos del G20 que desplegaron una política exterior de relativa autonomía en relación a sus pares de Occidente.
En la reunión de cancilleres de los 20 países más ricos del mundo, Estados Unidos y sus aliados de Occidente multiplicaron la presión contra Rusia para que ponga fin a la guerra en Ucrania. El clima fue tenso. Lavrov abandonó las salas de reuniones durante los discursos de su homóloga alemana, Annalena Baerbock y de Blinken. En la previa al cónclave, en la noche del jueves, los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) boicotearon la cena de bienvenida ofrecida en Bali por las autoridades indonesias a raíz de la presencia rusia.
Sin embargo, hubo una coincidencia, sin dejar de lado los antagonismos diplomáticos. “Lo que hemos escuchado hoy es un gran coro de todo el mundo, no sólo de Estados Unidos (...) sobre la necesidad de poner fin a la agresión”, manifestó el secretario de Estado norteamericano hacia la prensa. Más allá de los mensajes de política exterior, la presencia de la delegación de Rusia es una presencia incómoda como se esperaba.
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