La vicepresidenta Cristina Kirchner volverá a hablar públicamente este viernes en El Calafate donde participará junto al intendente de la ciudad santacruceña, Javier Belloni, de la inauguración del Cine Teatro Municipal. Será la primera vez que dará un discurso tras la renuncia de Martín Guzmán, luego de sus críticas a la conducción de la economía. ¿Mantendrá el mismo nivel de confrontación con el modelo elegido por el presidente Alberto Fernández quien designó a Silvina Batakis al frente de la cartera económica?
Ese acto está previsto para las 16. Irán también la gobernadora Alicia Kirchner y el ministro de Educación Jaime Perczyk ya que se firmarán convenios con universidades nacionales para dictar carreras y tecnicaturas en el Centro de Universidades Nacionales de El Calafate. Así lo publicó el propio Belloni en su cuenta de Facebook.
La nueva aparición de Cristina será unos pocos días después de su presencia en una actividad en la localidad bonaerense de Ensenada, junto al intendente Mario Secco, el sábado pasado. En esa ocasión, la vicepresidenta había retomado las reproches hacia la orientación económica del Gobierno. En medio de su discurso, el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentó su renuncia indeclinable al cargo.
En las dos oportunidades anteriores en las que la vicepresidenta intervino en un acto el oficialismo sufrió un cimbronazo. En la celebración de los 100 años de YPF, el 3 de junio, estuvo junto a Alberto Fernández en el escenario después de un largo tiempo de desencuentros. Tras sus palabras, en las que abundaron numerosos cuestionamientos hacia las gestiones con la empresa Techint para construir el gasoducto Néstor Kirchner desde el yacimiento de Vaca Muerta en Neuquén, desde el entorno del entonces ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, circuló un mensaje en “off” retrucando esas acusaciones que le costó el puesto.
Kulfas tuvo que ser reemplazado por Daniel Scioli, quien debió abandonar su lugar como embajador en Brasil con el objetivo de cubrir ese hueco y “apagar el incendio” con la mayor rapidez posible.
El sábado pasado, 2 de julio, en Ensenada, ocurrió algo similar. Aunque el blanco elegido fue otro funcionario al que el Presidente siempre defendió, Martín Guzmán. En medio de su alocución, después de haberlo comparado con el economista liberal Carlos Melconian, el titular de la cartera económica decidió abandonar su cargo, cansado de los ataques de CFK y de las indefiniciones sobre varias de las medidas que quería implementar en su ministerio, sobre todo en el tema energético, donde el kirchnerismo tiene mayor peso.
CFK no ahorró respuestas hacia el mandatario quien el día anterior había estado en la CGT. “En la Secretaría de Trabajo Perón cazó la lapicera y no la largó más”, expresó. Antes, la Vicepresidenta le había pedido al jefe de Estado que utilizara la lapicera para controlar lo que sucedía en el Gobierno y para administrar las tensiones sociales “en favor de las grandes mayorías”.
Para definir al sucesor de Guzmán, finalmente el Presidente y Cristina hablaron el domingo por teléfono durante casi una hora. Trascendió que no faltaron discusiones en ese diálogo, al que se llegó después de la intermediación de Estela de Carlotto, titular de las Abuelas de Plaza de Mayo, pero si el aval para que Silvina Batakis quedase al mando de Economía.
Un día después compartieron una cena en Olivos para seguir limando asperezas. Fueron más de dos horas en las que el clima frío y de tensión primó en el ambiente. Las diferentes miradas sobre la situación económica del país y la salida de la crisis sigue siendo un punto nodal de conflicto entre el Presidente y su Vicepresidenta.
Una de las mayores diferencias pasa por la administración del gasto público. Las miradas son más bien opuestas. ¿Las remarcará Cristina Kirchner en su ciudad predilecta este viernes?
SEGUIR LEYENDO