Cristina Kirchner volverá a encabezar un acto en el conurbano este sábado, luego de su explosivo mensaje en Avellaneda, una semana atrás. Será en Ensenada, donde gobierna el ultrakirchnerista Mario Secco. El evento será a las 17 en el Polideportivo que tiene el municipio.
El acto estaba previsto para el viernes a las 17, pero la ex presidenta se enteró que Alberto Fernández confirmó su presencia en un acto de la CGT diagramado para el mismo día y la misma hora. Entonces, decidió postergarlo 24 horas para que no se pisen los eventos.
En la tarde del martes la situación cambió porque desde la central obrera le confirmaron a Infobae que el acto fue suspendido, molestos porque la convocatoria la hizo el Gobierno. La posición es diferente en la Casa Rosada, donde advirtieron que el acto nunca se suspendió y que está confirmada la presencia del Presidente.
Intuyen que las dos versiones pueden estar vinculadas a “la interna de la CGT” entre el moyanismo y los denominados “gordos”. Lo cierto es que hasta el momento, para la central obrera, el acto está suspendido y para el Gobierno no. Pura contradicción.
En la CGT sostienen que el Gobierno está haciendo esfuerzos para reflotarlo pero que no quieren blanquear la situación. Mañana los sindicalistas tomarán una definición y la comunicarán. Habrá llamados cruzados entre Balcarce 50 y la central obrera para intentar ajustar las diferencias y que, finalmente, haya acto.
La segunda aparición de la Vicepresidenta será un paso más en la idea que tiene de marcar la agenda, el discurso y la gestión del Frente de Todos cada vez con más frecuencia. Según anticiparon en el kirchnerismo, la idea es que cada quince días aparezca en un acto y brinde su mirada política de la realidad.
La reaparición pública de la Vicepresidenta se dará en el final de una semana muy compleja para el gobierno nacional en lo que respecta a la economía. En las últimas 48 horas se disparó el dólar blue, subió el riesgo país, cayeron los bonos en dólares y siguieron disminuyendo las reservas en el Banco Central.
Ambos actos, si es que se concretan los dos, serán para recordar el día que falleció el ex presidente Juan Domingo Perón, que fue el 1 de julio. La debilidad del Gobierno quedó expuesta no solo en la división de los actos, sino también en las dificultades del Presidente para alinear al sindicalismo.
La Vicepresidenta se subirá a un escenario para marcarle la cancha al Gobierno. Nadie lo duda en el peronismo. En la Casa Rosada descartan que volverá a apuntar contra la gestión, sobre todo después de una semana con sobresaltos en materia económica y financiera.
Alberto Fernández y Cristina Kirchner llevan 4 meses sin tener diálogo. La relación está cada vez peor. Congelada y detenida en el tiempo. No hay interlocutores válidos que oficien de moderados, ni canales de diálogo abiertos para poder acercar posturas. Nada de nada. El vínculo está cortado.
Lo que existe es una presión de gran parte de la dirigencia peronista para que los dos sellen una tregua y rencausen el rumbo de la gestión. El pedido está atado a la necesidad de tener un escenario electoral más claro el año que viene y que la crisis interna del Frente de Todos, sumado a la compleja situación económica, no termine impactando en las elecciones provinciales.
La última aparición pública de la Vicepresidenta fue el lunes de la semana pasada en Avellaneda, donde apuntó contra la política económica del Gobierno, una parte del Gabinete y las organizaciones sociales ligadas al Presidente, en especial el Movimiento Evita.
Ese discurso hizo estallar una nueva interna en el Gobierno. Cristina habló de “festival de importaciones”, criticó la administración de los planes sociales, volvió a pedirle al Jefe de Estado que use la lapicera con las empresas más grandes del país y fustigó, sin nombrarlos, a un grupo de funcionarios cercanos a Alberto Fernández, como lo son Claudio Moroni, Mercedes Marcó del Pont y Miguel Pesce.
De esa exposición se desprendió un nuevo capítulo de la novela interna que tiene el gobierno nacional. La Cámpora y el Movimiento Evita se enfrentaron durante el último fin de semana, pasándose factura sobre el daño que cada uno de le hace al Gobierno.
El líder del Evita, Emilio Pérsico, dijo que Cristina Kirchner se “desgasta ella sola” con los cuestionamientos incesantes a la gestión de Fernández y que desconoce la realidad de la economía popular. Andrés “Cuervo” Larroque aseguró que Pérsico tiene un “un problema psicológico” con la Vicepresidenta.
“Este año no es electoral. Hay que hablarle a los propios. Los propios están convencidos. De eso no hay duda. Pero están tristes y desencantados”, reflexionó un funcionario kirchnerista luego del impacto que tuvo el discurso de Avellaneda.
En definitiva, lo que está haciendo Cristina Kirchner es fortalecer el discurso del kirchnerismo, marcar los errores de la gestión del Presidente, despegarse de los resultados económicos y advertir que si no cambia el rumbo, según entiende, el gobierno nacional irá de mal en peor.
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