El lunes a la mañana el Banco Central (BCRA), que conduce Miguel Pesce, un incondicional de Alberto Fernández y uno de los apuntados por Cristina Kirchner, comunicó una serie de medidas que tienen como fin endurecer los controles a las importaciones para frenar la pérdida de reservas.
Las reservas del BCRA caen, en forma vertiginosa, cada día. Hasta el momento, la política de Pesce no ha logrado contener esa salida de dólares, que dificultan, en el mediano plazo, el cumplimiento de uno de los pedidos que hizo el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es el engrosamiento de las reservas.
En el comienzo de la semana las variables de la economía volvieron a ser negativas para el Gobierno. El dólar blue se disparó nuevamente y aumentó seis pesos, alcanzando un valor final de $232 para la venta, mientras que los bonos en dólares tuvieron una pérdida cercana al 4% y el riesgo país llegó a 2.430 puntos básicos, treinta mas que el viernes pasado.
En tanto, este martes, el Ministerio de Economía realizará una licitación de títulos del Tesoro en la que buscará cubrir vencimientos por unos 243.000 millones de pesos. En la cartera que conduce Martín Guzmán son optimistas en que podrán lograrlo, al igual que lo hicieron la semana pasada con la colación de 350.000 millones de pesos .
Ese es el escenario económico sobre el que aterrizará hoy Alberto Fernández, cuando concrete su regreso al país, luego de haber participado de la Cumbre del G7 en Múnich, Alemania. El Presidente retoma la agenda doméstica y afronta un mercado cambiario alterado y una jornada financiera que volverá a poner en tensión a la estructura económica del Gobierno.
Pero en Argentina no solo la economía puede traerle dolores de cabeza al Jefe de Estado. Pese a que algunos cortes de rutas fueron levantados o flexibilizados durante el fin semana, en gran parte del país sigue habiendo faltante de gasoil. El problema no se solucionó y, en consecuencia, esta semana podrían volver los cortes.
Para los transportistas que cortaron las rutas aún no hay señales claras, por parte del Gobierno, sobre el futuro abastecimiento del gasoil. Lo más cercano fue el cuadro de situación que presentó el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, quien aseguró que la falta de gasoil se solucionaría “en 15 o 20 días” con la llegada de nuevos busques con combustible.
El funcionario habló durante el fin de semana. Es decir, que el problema recién podría empezar a solucionarse a partir de la segunda semana de julio. Frente a ese panorama, es muy posible que los transportistas avancen en los próximos días con una serie de cortes en las rutas más transitadas del país.
El reclamo podría subir la intensidad en un plazo breve porque un sector de los manifestantes promovió la idea de concentrarse en la Ciudad de Buenos Aires y hacer una protesta masiva en las calles porteñas, algo que se hará efectivo durante la mañana de hoy.
Al conflicto de la escasez de gasoil se sumó el pase de facturas entre los funcionarios del Gobierno. “Los transportistas que están protestando con cortes, reclaman que sus tarifas reflejen los precios mayoristas del gasoil”, sostuvo el secretario de Energía, Darío Martínez.
Un día después, Guerrera le respondió: “Yo entiendo que el gobierno es un todo. Lamento los comentarios del Secretario de Energía diciendo que Transporte tiene la culpa de los cortes de rutas. Creo que (las declaraciones) fueron un poco por falta de conocimiento de cómo funciona el mecanismo de la tarifa de referencia, que no es más que eso, una tarifa de referencia”.
En Transporte sostienen que no es función de la cartera la importación del gasoil y que no tiene poder de decisión sobre ese tema. Por eso no es casual que Guerrera haya indicado que los barcos con combustible llegarían en un máximo de 20 días, dejando en claro que esa fue la explicación que recibió de la Secretaría de Energía. Es decir, lo que se encargan del tema.
Otro foco de conflicto latente es el fuego cruzado que se inició entre el Movimiento Evita, organización clave en la base de poder que tiene el Presidente, y La Cámpora, la agrupación que más apuntó este año contra Fernández, su gestión y sus decisiones.
La discusión por la administración de los planes sociales traspasó el discurso de la Vicepresidenta en Avellaneda y se afirmó en el terreno bonaerense, como un tema que marca una línea divisoria entre el kirchnerismo y la organización social que conducen Emilio Pérsico y Fernando “Chino” Navarro.
Justamente Navarro se encontrará esta semana con Máximo Kirchner y Eduardo “Wado” de Pedro para saber los límites de la batalla interna. El clima que hay en el interior del Gobierno vuelve el día a día irrespirable. Cada vez hay menos acuerdos y más diferencias. El gran problema, según entienden en las filas peronistas, es que a este gobierno nacional aún le queda un año y medio de gestión. Demasiado tiempo.
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