Los caciques provinciales del PJ, que integran la recientemente creada “Liga de los Gobernadores”, se reunieron hoy por primera vez bajo el paraguas del nuevo espacio, en Chaco. El objetivo formal del encuentro fue plantear un programa “en defensa de los argentinos” para lograr “consensos” y “unidad”. Pero la intención de fondo fue empezar a posicionar a un candidato propio para 2023, por fuera de la pelea entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, con fuertes críticas al Gobierno por la situación económica.
Por ahora no dan nombres propios, pero el aval a Jorge Capitanich para que oficiara de anfitrión fue interpretado como un guiño a sus aspiraciones. El resultado fue un largo documento con marcados cuestionamientos a la administración nacional, en especial en lo económico, y un pedido para que desarrolle un modelo que fomente las inversiones, resuelva la inflación y -a tono con la complicada coyuntura energética- solucione el desabastecimiento de gasoil que desde hace días provoca un paro de transportistas en todo el país.
Hoy fue el primer encuentro formal luego de la creación del grupo, hace menos de dos semanas, con la sugerente intención de “construir un puente” hacia a las elecciones de 2023. Los gobernadores intentan posicionarse como factor de poder para las próximas elecciones, y están decididos no sólo a adelantar los comicios en las provincias para despegarse del gobierno nacional -que los arrastraría a la baja por su importante imagen negativa- sino a promover, también, una candidatura presidencial con origen en sus filas.
La convocatoria de hoy se hizo, aunque sin mencionar directamente a Alberto Fernández, con un largo listado de las “necesidades” que dicen tener los jefes provinciales, enumeradas en conceptos tan amplios como la “unidad”, los “consensos imprescindibles”, “la industrialización con valor agregado en origen de nuestra producción primaria”; la “sancionón de iniciativas legislativas para el desarrollo de la industrialización con valor agregado”; los “acuerdos legislativos vinculados a la protección de inversiones; y la “promoción de acuerdos esenciales para el funcionamiento de las instituciones republicanas y democráticas de gobierno”, entre otros puntos.
Sin embargo, hubo referencias a temas puntuales, en especial de la esfera económica, como la falta de inversiones y la inflación. Así como al problema que desde hace semanas preocupa sobremanera en el interior: la falta de combustible para la producción. Sin alusiones directas al área correspondiente, Energía, que es comandada por funcionarios del kirchnerismo, ni a Economía, los gobernadores hicieron una petición a “las autoridades” para “definir un plan concreto que resuelva el abastecimiento de combustibles líquidos, como así también generar las condiciones de inversión y planificación para que este inconveniente no vuelva a repetirse el año próximo”.
También alertaron sobre “el impacto de la inflación en los ingresos de las familias argentinas”, y exigieron “la implementación de medidas específicas destinadas a desacelerar su impacto de manera clara y sostenida”. Sin piedad, mostraron preocupación por las tarifas, la ejecución de las obras, el sostenimiento del salario real y los “efectos colaterales que afectan el desenvolvimiento de las políticas públicas en las provincias”.
En el documento final, firmado por los presentes y, a distancia, por aquellos que no pudieron asistir, no se mencionaron nombres propios, pero es vox populi que hay algunos anotados para la carrera presidencial. Entre ellos, el gobernador que jugó de local esta tarde, Capitanich. El ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner, aún identificado con la vicepresidenta, ya dejó conocer por distintas vías sus aspiraciones de ocupar el sillón de Rivadavia, y busca posicionarse, también, a través de la “Liga”. También se anotaría el sanjuanino Sergio Uñac, aunque por ahora con perfil más reservado.
Hoy fueron de la partida, además del jefe del Ejecutivo local, los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof; de Entre Ríos, Gustavo Bordet, de Formosa, Gildo Insfrán; La Pampa, Sergio Ziliotto; San Luis, Alberto Rodriguez Saa; La Rioja, Ricardo Quintela; Río Negro, Arabela Carreras; Santa Cruz, Alicia Kirchner; Catamarca, Raúl Jalil; Santiago del Estero, Gerardo Zamora; San Juan, Sergio Uñac; y los vicegobernadores de Salta, Antonio Marocco, y de Misiones, Carlos Arce.
Con matices, todos ellos mantienen desde 2019 una relación oscilante con el gobierno de Alberto Fernández, que empezó con un apoyo mayoritario al Presidente, se complicó durante la pandemia, volvió a encauzarse con las primeras embestidas de Cristina Kirchner, y últimamente se agravó, nuevamente, por el balance que hacen en el interior de las consecuencias del rumbo económico del Gobierno ante la proximidad de las elecciones.
En este sentido es que planten ideas que podrían encajar con un plan de gobierno, como la determinación de crear “un programa consistente” donde se listaría una “combinación de medidas y acciones concretas que nos permitan reducir drásticamente la tasa de inflación y generar una expectativa de comportamiento decreciente”, según dijo el gobernador de Chaco hace dos semanas. Fue un claro reproche al Ministerio de Economía de Martín Guzmán, que no está pudiendo controlar la escalada de precios a pesar de que recientemente absorbió la Secretaría de Comercio que antes funcionaba bajo la órbita de Producción.
El próximo encuentro de los gobernadores será a fines de julio, en Río Negro, donde serán recibidos por la jefa del partido local disidente, Juntos Somos Río Negro, Arabela Carreras. Si continúan en la tónica de hoy, se espera una nueva embestida contra la política económica de Martín Guzmán, a la cual parecen haber quitado todo apoyo. Allí podrían dar, también, otro paso frente al armado de listas para el año electoral. Por lo pronto, hoy dejaron ratificaron que están decididos a intentar posicionar un candidato propio en la pelea del peronismo.
SEGUIR LEYENDO: