Alberto Fernández enfrenta hoy un complejo desafío geopolítico en la cumbre de los BRICS: hablará ante el líder comunista Xi Jinping y el presidente ruso Vladimir Putin, que lanzó una guerra ilegal contra Ucrania que causó tremendas consecuencias sociales y económicas alrededor del planeta.
Además de Putin y Xi, el jefe de estado será escuchado por Jair Bolsonaro (Brasil), Narendra Modi (India) y Ciril Ramaphosa (Sudáfrica). La suma de las cinco iniciales de los miembros plenos establece el acrónimo BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que es un foro multilateral con escala económica gigantesca y creado para competir por los mercados contra Estados Unidos y Europa.
Alberto Fernández desea que Argentina ingrese a los BRICS, y Xi, Putin, Bolsonaro y Ramaphosa se mostraron proclives a esa decisión política. Irán también tiene pretensiones de ingresar a los BRICS -China está a favor-, y es muy probable que el presidente sea escuchado por Seyed Ebrahim Rayeesi, actual mandatario de la República Islámica del Irán.
Es decir: el Presidente busca ingresar a un foro global que controlan Beijing y Moscú, y debate la posibilidad de aceptar como socio a Irán, un estado fundamentalista acusado de participar en los ataques terroristas de la Embajada de Israel y la AMIA.
El discurso de Alberto Fernández apunta a condenar la guerra ilegal de Rusia a Ucrania, criticar las sanciones económicas acordadas entre Estados Unidos y Europa contra Moscú, proponer a América latina como proveedora de Alimentos e Hidrocarburos e instar a acuerdos entre regiones para superar los efectos económicos y sociales de la pandemia.
Los argumentos presidenciales ante los BRICS fueron bosquejados por Santiago Cafiero (canciller), Gustavo Beliz (secretario de Asuntos Estratégicos) y Sabino Vaca Narvaja (embajador en China), y Alberto Fernández pulió anoche los últimos detalles de su discurso de 5 minutos que pronunciará hoy cerca de las 9.30 AM.
La presentación del jefe de Estado sucederá a 72 horas de su participación oficial en el G7, que está convocada por Alemania y ocurrirá en un castillo enclavado en los Alpes Bávaros. El G7 es la contracara geopolítica de los BRICS, y su discurso oficial sobre la guerra en Ucrania cuestiona el relato bélico montado por Putin y defendido por XI.
Durante su discurso ante los BRICS, Alberto Fernández deberá moverse como un experimentado equilibrista. Joseph Biden (Estados Unidos), Olaf Scholz (Alemania) y Emmanuel Macron (Francia) -los socios más poderosos del G7-, invitaron al Presidente asumiendo que podría actuar como un puente político destinado a conectar América Latina con las economías más poderosas del mundo.
Pero esa proyección geopolítica puede evaporarse en un instante de arrebato personal y confusión estratégica. Biden, Scholz y Macron abandonarán en el desierto a Alberto Fernández, si su presentación frente a Xi y Putin implica un mínimo respaldo a Moscú y un detectable cuestionamiento a la OTAN y la Casa Blanca por su plan de batalla contra el Kremlin.
El jefe de Estado apuesta a una agenda multilateral, pero esa estrategia diplomática funciona cuando todas las piezas del tablero ya saben que su aliado no tiene forma de Caballo de Troya. Xi y Putin aplaudirán a Alberto Fernández en los BRICS, y lo mismo sucederá con Biden, Scholz y Macron al terminar su presentación en el castillo del G7.
Sin embargo, no hay forma de conciliar las pretensiones globales de China y Rusia con los intereses geopolíticos de Estados Unidos, Alemania y Francia. Alberto Fernández deberá elegir un lado del tablero, y a continuación -sí- establecer relaciones bilaterales que no afecten a sus socios de referencia.
Biden, Scholz y Macron negocian acuerdos con Xi y Putin, pero todas las partes del juego saben que Occidente tiene sus reglas y Rusia y China las suyas. Por eso, Alberto Fernández está en una encrucijada: fue muy amistoso con Xi y Putin en sus giras a Moscú y Beijing, y el sábado viaja a Alemania como invitado del G7.
Ya no existe la Tercera Posición. Se fosilizó con la caída del Muro de Berlín.
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