Diputados de la oposición pidieron hoy que el Gobierno informe sobre un avión de la aerolínea estatal venezolana Conviasa que aterrizó cuatro veces en Ezeiza entre abril y mayo pasado. Esa misma aeronave, un Airbus A340-642, trasladó al dictador Nicolás Maduro en su reciente viaje a Irán.
El proyecto de resolución firmado por el diputado Waldo Wolff y acompañado por otros diputados de Juntos por el Cambio pide que el Gobierno “brinde información precisa respecto de la titularidad de la aeronave, detalle el itinerario de cada vuelo y los motivos de su paso por al República Argentina”.
Ocurre que el avión, al igual que ocurrió con la aeronave de Emtrasur que aterrizó en Ezeiza el lunes 6 de junio, pertenecía a Mahan Air, la aerolínea iraní incluida en la lista negra estadounidense por servir a la Fuerza Quds, división de la Guardia Revolucionaria Iraní que se ocupa de las operaciones especiales de inteligencia y extraterritoriales.
Según los registros del sitio FlightRadar, el avión aterrizó en Buenos Aires el 28 de abril, el 3 de mayo, el 9 de mayo y el 17 de mayo. En tres de esos vuelos provenía de Caracas (Venezuela).
El proyecto de Wolff también solicita que las autoridades argentinas informen “si recibieron alguna alerta, de forma previa o posterior, al aterrizaje del Airbus matrícula YV3533″.
Hay otro dato más alarmante. La misma aeronave fue utilizada entre el 7 y el 18 de junio por el dictador venezolano Nicolás Maduro para su gira por Turquía, Argelia, Irán, Kuwait, Qatar y Azerbaiyán.
En el caso del avión de Emtrasur, que sigue retenido en Ezeiza, la Justicia comenzó a investigar la operación de compraventa porque hay algunas pruebas secuestradas en la aeronave que cuestionan la versión oficial: una cinta color azul que decía “Qeshm Fars Air” que sirve para colgar del cuello una credencial plastificada con la inscripción “Captain Gholamreza Ghasemi” de Mahan Airlines, otra credencial a nombre del capitán Gholamreza Ghasemi de Fars Air, y una agenda dentro de la cual se hallaba una tarjeta que rezaba “Mahan Air Hotel (No2) TEL: +98(21)44023672.
Ese Boeing 747-300 partió desde el aeropuerto de Querétaro (México) el 5 de junio y luego hizo una escala en Caracas (Venezuela) antes de llegar a Buenos Aires. El lunes 6, tras otra escala forzosa en Córdoba de dos horas, aterrizó en Ezeiza y la carga fue revisada por las autoridades aduaneras argentinas con especial atención porque había alertas de agencias internacionales.
Dos días después, fue revisada nuevamente en un operativo conjunto entre PSA, PFA y Aduana en la Terminal de Cargas Argentina (TCA). “Para la realización de dichos controles se utilizaron detectores de trazas, canes especializados en la búsqueda de explosivos y narcóticos, como así también se sometieron de manera aleatoria para su control por equipos de rayos x, alguno de los pallets de la carga en cuestión; dichos controles arrojaron resultado negativo en cuanto a la presencia de elementos prohibidos”, detalló la PSA en un informe ante el juez federal Federico Villena.
El viernes 10, cerca de las 19, cuando ya había trascendido el escándalo por un pedido de informes del diputado Gerardo Milman, hubo otra revisión de la PSA dentro del avión, con la presencia de los tripulantes.
Aunque se había informado que toda la carga salió de Ezeiza, Infobae reveló que casi 8 mil kilos siguen retenidos en un hangar. A eso se le suman otros 8 mil kilos del mismo importador.