El presidente Alberto Fernández compartió un acto de entrega de viviendas en la localidad bonaerense de Ensenada este mediodía. Estuvo junto a dirigentes que responden a la vicepresidenta Cristina Kirchner, en medio de la feroz interna del Frente de Todos. A su lado se ubicaron el ministro de Hábitat y Desarrollo Territorial, Jorge Ferraresi, y también el intendente local, Mario Secco. El ex intendente de Avellaneda si bien pertenece al Partido Justicialista y Secco, que es presidente del Frente Grande, están muy vinculados al kirchnerismo.
El Presidente optó en esta ocasión por un discurso de tono conciliador al concretar la adjudicación de las 224 viviendas que pertenecen al programa Reconstruir, que se lanzó a mediados de abril del año pasado para la terminación de 55 mil viviendas que quedaron inconclusas en la gestión de Mauricio Macri.
“Quiero decirles que acá con Mario, con Jorge, estamos trabajando codo a codo, lo que necesitamos es que la Argentina se ponga definitivamente de pie. Tenemos un futuro por delante, sabemos hacia donde estamos yendo, estamos convencidos del rumbo que hemos tomado”, afirmó el primer mandatario mostrando que no hará grandes cambios en la orientación económica de su gestión, confiando en los lineamientos de su ministro de Economía, Martín Guzmán.
Luego remarcó que necesita apoyo, una muestra de que el Frente de Todos nuevamente está inmerso en un clima convulsionado, con acusaciones y declaraciones cruzadas. “Lo que les pido como decía Néstor, acompañenmé porque necesitamos de todos y de todas. Que nos acompañen a construir una Argentina más justa, más libre, más soberana, que soñaron Perón, Evita, Néstor, Cristina y en la que yo estoy convencido también”, señaló.
En el escenario también lo acompañaba la diputada bonaerense Victoria Tolosa Paz, que en las elecciones de medio término de 2021 fue quien encabezó la lista oficialista. Fernández resaltó que este “es un momento donde me siento tan pleno, tan completo, porque en verdad sé que estoy resolviendo el problema de familias, de muchas familias que lo están necesitando. Jorge (por Ferraresi) siempre dice que espera que este plan siga porque alguna vez creyeron que estos problemas los resolvía el mercado. Estos problemas no los resuelve el mercado, compañeras y compañeros, este problema lo resuelve el Estado. Comprometiéndose con la comunidad, sabiendo que si el Estado no activa estas cosas muchas familias no pueden acceder al derecho de tener una vivienda. Tenemos que estar presentes con toda convicción, sin ninguna vergüenza, orgullosos de que el Estado construya viviendas para los argentinos y las argentinas que las necesitan”.
Luego de la foto exhibida en Tecnópolis, donde se festejaron juntos los 100 años de YPF, las diferencias entre el Presidente y su vice habían vuelto a aparecer. Aquel día, el viernes 3 de junio, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, refutó los dichos de CFK sobre una licitación a medida de la empresa Techint para construir el gasoducto desde Vaca Muerta, y desató un terremoto interno en el Gobierno que derivó en su abrupta salida del gabinete. Alberto Fernández tuvo que prescindir de una de sus principales espadas con el objetivo de calmar las aguas, pero esa tregua duró poco.
El lunes, en el plenario de la CTA en Avellaneda, la vicepresidenta lanzó fuertes cuestionamientos sobre la política de importaciones del gobierno nacional y le apuntó a los movimientos sociales. La ex presidenta cuestionó la tercerización de los planes sociales y aseguró que con el nivel de desocupación actual deberían existir menos subsidios. “Si Evita los viera, ¡mamita!”, chicaneó, en una frase que fue entendida como un dardo directo para el Movimiento Evita, aliado de Alberto Fernández.
Fernández abandonó su habitual tono conciliador al día siguiente, cuando respaldó explícitamente a los movimientos sociales. “Yo les quiero agradecer a las organizaciones sociales que estuvieron al lado nuestro ayudándonos a contener definitivamente a esos sectores más vulnerables llevando solidaridad a donde la solidaridad no existía, llevando compromiso a donde el compromiso no existía”, introdujo. Y continuó: “Quiero agradecérselo aún cuando algunas hagan picardías que nosotros no convalidamos, lo que no es bueno es generalizar, no esperen que yo generalice; mi eterna deuda de gratitud con cada una de esas organizaciones”.
También desde el Movimiento Evita y la Unión de Trabajadores de la Economía Popular surgieron fuertes respuestas ante las expresiones que consideraron agraviantes. “Lamentamos que parte de la dirigencia política sea incapaz de entender la realidad del trabajo en el siglo XXI”, manifestó el Evita -que lideran el secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, y el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando “Chino” Navarro- en su comunicado aludiendo a la ex presidenta.
El diálogo dentro de la coalición oficialista sigue cortado, e incluso arrastra al otro aliado, Sergio Massa, a quien en el congreso de su partido previsto para el 15 de julio le pedirán que haga valer el peso propio para encauzar el rumbo del Frente de Todos.
Alberto Fernández, la vicepresidenta, Massa, el gobernador bonaerense Axel Kiciloff y Secco compartieron un acto el 5 de mayo de 2021 en el mismo lugar que hoy cuando comenzaron las obras que hoy se inaugurarán.
Mario Secco, el jefe comunal, suele ser muy verborrágico y varios de sus discursos disparan polémicas. En 2021 fustigó a Horacio Rodríguez Larreta por el manejo de la Ciudad de Buenos Aires durante la pandemia. “La gestión de la pandemia de Larreta la veo con mucha plata para desarrollarla, siempre gobernó con plata. Yo lo pondría a gobernar una ciudad del Conurbano, sabés cómo fracasa a los dos días y lo cuelgan de la plaza”, aseguró en abril de ese año.
Aquel 5 de mayo también sus palabras causaron mucho ruido. “En los 220 años que vive Ensenada, estamos más preparados que nunca. Si quieren venir, que vengan. Estamos preparados compañeros para darles batalla en las elecciones”, expresó Secco, replicando la desafortunada frase del general Leopoldo Fortunato Galtieri “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, que el dictador pronunció en 1982 en pleno desarrollo de la guerra por las Islas Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña.
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