La vicepresidenta Cristina Kirchner se puso hoy al frente de la ofensiva que gobernadores y La Cámpora pusieron en marcha la semana pasada para que el gobierno de Alberto Fernández presente un proyecto de reforma de la administración y gestión de los planes sociales, con el objetivo de desplazar así a las organizaciones piqueteras.
“Si Evita los viera, ¡mamita!”, fue la frase que resonó con fuerza y que encierra un mensaje cifrado hacia adentro del Frente de Todos. Es que la iniciativa a la que le puso el cuerpo la ex presidenta apunta no sólo a los piqueteros que enloquecen el tránsito de modo creciente en la ciudad de Buenos Aires, sino también a un aliado y sostén del presidente: Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita.
Lo hizo durante el discurso que pronunció en Avellaneda, donde participó de un plenario de la CTA junto al secretario general Hugo Yasky, y Jorge Ferraresi, jefe político de ese municipio del sur del conurbano bonaerense.
Y ratificó que en la ofensiva política que anticipó Infobae la semana pasada está involucrada de manera personal. En la nota que se publicó el viernes pasado, se adelantó que los gobernadores, principalmente Axel Kicillof (Buenos Aires), Gerardo Zamora (Santiago del Estero) y Sergio Ziliotto (La Pampa), querían que las organizaciones piqueteras dejaran de ser los que administren las altas y bajas de beneficios.
El objetivo, según se indicó, era que sea el Estado Nacional, las provincias y los municipios los que asuman esas tareas.
“El Estado Nacional debe recuperar el control, la auditoría y la aplicación de las políticas sociales. No pueden seguir tercerizadas. El Estado debe tener el monopolio (de las políticas sociales) así como el Estado tiene el monopolio de la fuerza ¿o se le ocurre a alguien que podemos tercerizar la Policía? No”, afirmó la ex presidenta.
Y agregó: “El Estado debe recuperar ese rol y transparentar frente a la opinión pública todo esto. A mí no me gusta que me quieran convencer que eso es peronismo. Eso no es peronismo, el peronismo es laburo, trabajo. El peronismo no es depender de un dirigente barrial para que me dé el alta y la baja. Sobre todo las mujeres, que son la más explotadas. Que revuelven y que son las que más las basurean en prácticas misóginas y machistas”.
“Ellas son las que revuelven las ollas en los merenderos y son las que siempre tienen que ir a laburar. Los tipos rara vez laburan. Las que van a laburar son siempre las mujeres. Es así y ustedes saben que es así. Que el Estado recupere en nombre de los que nos dieron vida de Perón y de Evita… Si Evita los viera, mamita… Imaginando y leyendo todo lo que hizo Evita, ¡mamita!”, completó la Vicepresidenta.
En el acto, en primera fila, estuvo la intendenta del partido bonaerense de Moreno, Mariel Fernández, una hermética dirigente que integra el Movimiento Evita y es la esposa de Esteban “Gringo” Castro, secretario General de la UTEP, otra de las organizaciones sociales cercanas al gobierno. Fernández estaba al lado su par de Quilmes, Mayra Mendoza, y del ministro de Desarrollo Social bonaerense, Andrés “Cuervo” Larroque, ambos de La Cámpora, que aplaudieron la embestida de Cristina Kirchner contra las organizaciones piqueteras. Fernández, no.
Una organización con peso territorial
El Movimiento Evita, que encabezan Pérsico y Fernando Navarro, es una de las organizaciones que mayor capacidad de movilización tiene y que ejerce un rol clave en el armado político que sostiene al presidente Alberto Fernández. Por las manos de Pérsico, que es a la vez titular de la Secretaría de la Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, pasan cerca de un millón de beneficios.
La entrevista que brindó a Infobae, donde comparó a las organizaciones piqueteras con los sindicatos, generó una fuerte repercusión hacia adentro del peronismo y, principalmente, entre sectores de La Cámpora, que decidieron apurar una iniciativa que había sido incluida en el manifiesto que firmaron los 16 mandatarios que crearon la Liga de Gobernadores.
“Es tiempo de construir consensos estructurales respecto de políticas para el desarrollo productivo, con el objetivo de generar nuevos empleos de calidad. En este sentido estamos estudiando también alternativas para federalizar las políticas que permitan transformar los planes sociales en trabajo genuino y digno”. Este fue el párrafo que patentó una voluntad política de encarar una ofensiva contra los movimientos piqueteros, entre ellos los que responden a Alberto Fernández.
Funcionarios de provincias y municipios se quejaron de la acción política que, desde el Movimiento Evita y con fondos que administran desde el gobierno nacional, realizan en el territorio: “Dan planes y al mismo tiempo plantan candidatos”, lanzaron en off the record.
En otra nota de Infobae, Andrés Klipphan reveló que la secretaría de Pérsico tiene asignado un presupuesto de más de 270 mil millones de pesos, casi la mitad de lo que tiene asignado el ministerio a cargo de Juan Zabaleta, que es de 584.680.260.281 pesos.
Pero la frase que pronunció Cristina Kirchner también tuvo eco en las organizaciones piqueteras que no están alineadas con el Gobierno, que además del Movimiento Evita, están la Corriente Clasista Combativa, una fracción de Barrios de Pie y la CTEP de Juan Grabois. “Las mujeres somos protagonistas y dirigentas en las organizaciones que estamos en las calles, enfrentando el modelo de pobreza y precarización laboral de tu gobierno Cristina Kirchner”, dijo Silvia Saravia, que integra la rama opositora de Barrios de Pie.
SEGUIR LEYENDO: