A horas nada más de asumir como nuevo ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli se reunió con Martín Guzmán, ministro de Economía, y Miguel Pesce, presidente del Banco Central, en la antesala de lo que será un proceso importante para el Gobierno de cara a las elecciones. Con el foco puesto en la preocupación por el ritmo de importaciones y la inflación, los tres discutieron las próximas políticas productivas y macroeconómicas del país.
Tras la abrupta salida de Matías Kulfas, el ex gobernador bonaerense tendrá la difícil tarea de intentar cambiar el rumbo económico junto a Guzmán y preparar un mejor escenario para el 2023. Esos detalles fueron los que comenzaron a analizarse hoy en el Palacio de Hacienda, políticas que apuntaran a una continuidad del crecimiento económico con generación de empleo y a fortalecer la estabilidad macro.
Uno de los principales objetivos que tendrá Scioli, y que representa una de las preocupaciones del Gobierno, son las cifras mensuales de importaciones. Aseguran que el ritmo de compras de bienes, insumos y energía perjudica uno de los objetivos que el Poder Ejecutivo se trazó en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: la acumulación de reservas en el Banco Central. Algunos funcionarios ya plantean en reuniones internas del gabinete que deberían reajustarse algunos filtros para hacer una suerte de “sintonía fina” de dólares que consume la producción.
Para dimensionar la situación, entre enero y abril, de acuerdo a datos oficiales, el Estado importó por casi 25.000 millones de dólares, a razón de 6.200 millones por mes y en mayo, con estimaciones preliminares ya que el número oficial se conocerá la semana que viene, las compras al exterior habrían superado los USD 7.500 millones, lo que implicaría la cifra más alta mensual en lo que va del año. Una parte de ese total está explicado por la importación de energía con precios mucho más altos de lo previsto por el salto de valores internacionales por la guerra en Ucrania.
De todas formas, esa salida de divisas planteó una luz de alarma entre los funcionarios, con un pico de tensión tras las expresiones de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los críticos de la gestión, aún desde adentro del gobierno, consideran insostenible ese ritmo de importaciones en un contexto en el que la Casa Rosada debe procurar el acopio de dólares. En los despachos oficiales reconocen que no solo las importaciones representan un desafío a esa meta con el Fondo Monetario sino también el goteo de divisas por los gastos de turismo en el exterior que crece mes a mes, algo que por ahora en el Banco Central aseguran que no consideran restringir.
Con ese difícil marco, el ex embajador de Brasil ultima detalles para hacerse cargo de un área central. Entre el recelo y la expectativa también buscará evitar verse envuelto en las feroces internas del Frente de Todos. Su arribo ya generó reacciones disímiles en el oficialismo. Según el sector de la interna del Frente de Todos del que se trate, la llegada de quien compitió como candidato a presidente en 2015, cayó mejor o peor, o incluso como una incómoda incógnita. Y hasta se desliza, en su entorno, que el puesto le permitirá guiar su carrera hacia la revancha electoral.
A la compleja situación se le suma un difícil contexto económico donde la aceleración inflacionaria y el debilitamiento del salario caldean el ánimo social. Con una inflación del 5,1% en el mes de mayo, el índice de precios acumulado en los primeros cinco meses del año alcanzó el 29,3% y, en términos interanuales, marcó un 60,7%, un nuevo récord de los últimos 30 años. Es la cifra más alta desde 1992.
Uno de los aspectos positivos, y de los que se sostiene el Gobierno, es que si bien el IPC del quinto mes del año volvió a mostrar un ritmo de suba de precios mensual muy alto, marcó el segundo mes de desaceleración del ritmo de precios desde el pico que marcó el 6,7% de marzo y el 6% de abril. La inflación acumulada en los últimos doce meses se mantiene, de todas formas, en terrenos de máximos en tres décadas.
Los rubros con incrementos más altos fueron Salud (6,2%), Transporte (6,1%), Prendas de vestir y calzado (5,8%), Restaurantes y Hoteles junto a Bebidas Alcohólicas y tabaco (5,7% en cada caso), Equipamiento y mantenimiento del hogar (5,4%), Recreación y cultura (5,2%) y por debajo del IPC promedio se ubicaron Bienes y servicios varios (4,6%), Alimentos y bebidas (4,4%), Vivienda (3,6%), Educación (3,6%) y Comunicación (3,1 por ciento).
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