La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, defendió la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas y recordó que “no le pedimos permiso a los sindicalistas para tomar decisiones en materia educativa”.
Según la funcionaria, el lenguaje inclusivo contribuyó a los bajos rendimientos exhibidos en la última evaluación educativa.
“Es fundamental que los chicos puedan ser libres, que puedan leer, escribir y comprender lo que dicen. Teniendo dominio de la lengua, ellos pueden elegir comunicarse. Esta norma lo que busca es ordenar la enseñanza en las aulas, regula el ejercicio de la tarea docente frente al aula con los estudiantes”, afirmó la funcionaria.
Tal como adelantó Infobae, gobierno porteño prohibió el lenguaje inclusivo en las escuelas, puntualmente aquellas expresiones que incluyen la “e”, la “x” o el “@” como “chiques”, “bienvenidxs” o “alumn@s”.
“Esta medida busca recuperar los aprendizajes, estamos muy preocupados por la situación en la ciudad” reconoció Acuña y recordó que para tomar decidir la prohibición del esta metodología en las aulas se basaron en evidencia, y se consultó con especialistas y todos los actores de la comunidad educativa, que incluye a los directivos, a los docentes y a las familias. “No le pedimos permiso a los sindicalistas para tomar decisiones en materia de política educativa”, enfatizó.
La funcionaria insistió en que la norma busca es ordenar la enseñanza en las aulas y regular el ejercicio de la tarea docente. “No dice cómo tienen que hablar los chicos entre ellos ni como deben hablar los adultos. Esto regula la actividad docente en el ejercicio de su rol frente al aula y en las comunicaciones institucionales”, afirmó.
Finalmente, Acuña reiteró que no se busca perseguir ni sancionar a nadie, pero es una norma vigente y se tiene cumplir. “Hay mecanismos y procedimientos dentro de las regulaciones y las autoridades de cada escuela tiene las herramientas para garantizar que se cumpla. No es una caza de brujas, queremos enseñar mejor para que los chicos aprendan”.
La medida alcanza tanto a las escuelas públicas como a las privadas de la Ciudad y a los tres niveles obligatorios (inicial, primaria y secundaria).
La resolución apunta a eliminar todas las barreras y distorsiones del lenguaje, tanto en la enseñanza de parte de los docentes, como en las comunicaciones formales con las familias y en los carteles que se encuentran en el establecimiento. En concreto, todas las expresiones con la “e”, la “x” y el “@” quedan prohibidas más allá de en diálogos informales como en los recreos o en las salas de profesores.
“Establézcase que en el ejercicio de sus funciones, los/as docentes deberán desarrollar las actividades de enseñanza y realizar las comunicaciones institucionales de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”, ordena la norma.
“El lenguaje no es neutro ni neutral, por eso estamos entregando guías para la inclusión del lenguaje inclusivo sin distorsionar la lengua española”, concluyó Acuña y reclamó “un marco nacional que oriente garantizando las condiciones mínimas para el aprendizaje, ante la enorme inequidad en cada una de las provincias”.
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