“Quien tiene las entrañas frentetodistas no puede haber hecho la barbaridad que hizo Kulfas; fue una maniobra torpe y burda”. La reflexión proviene del diputado nacional Eduardo Valdés, cercano al presidente Alberto Fernández, a raíz de la salida del ahora ex ministro de Producción del gabinete nacional, en un nuevo cortocircuito interno con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La información en off que le brindó Kulfas a la prensa, donde acusaba a funcionarios kirchneristas de armar el pliego de la licitación del gasoducto Kirchner “a la medida de Techint”, desató la ira de la ex mandataria.
Por otro lado, y en diálogo con radio El Destape, Valdés se refirió a la designación del actual embajador en Brasil como nuevo titular del ministerio de Desarrollo Productivo. “Es una extraordinaria decisión. Desde el primer día tendríamos que haber puesto la primera A en el Gobierno. Fue el último candidato presidencial, con diálogo muy bueno con Cristina y Alberto”, remarcó el diputado oficialista.
El alejamiento de Kulfas del gobierno se produjo tras el enojo de Cristina Kirchner y el respaldo que el Jefe de Estado le brindó a la Vicepresidenta al considerar “éticamente reprochable” la difusión de un informe ‘en off’ sobre el proceso licitatorio del gasoducto Néstor Kirchner que dejaba mal parada a La Cámpora.
La decisión la tomó a partir el duro tuit que escribió Cristina donde señaló -aunque sin dar nombres- que hay “funcionarios del propio gobierno” que son los responsables de “ejecutar ataques, sin dar la cara, mintiendo y utilizando periodistas”.
El mensaje en la red social fue escrito sobre otro tuit de la empresa Energía Argentina (Enarsa) en el que directamente se vuelve a hablar de “funcionarios que no funcionan”, y se acusa de mentir a uno de los ministros del Gobierno, que según la empresa estatal de energía es Matías Kulfas, titular de la cartera de Desarrollo Productivo.
“Los que usan mal la lapicera son los funcionarios de Cristina”, fue la frase que utilizaron al momento de explicar las demoras en la licitación y eso desató la ira de la Vicepresidenta, que le costó el puesto al ahora ex ministro.
“Ningún Kulfas de la vida puede impedirnos a nosotros lograr el gobierno que nuestro pueblo merece. Lo hicimos no para pelearnos entre los dirigentes”, reconoció Valdés.
Lo que técnicamente parece una diputa por los caños y las chapas con las que se construirá el gasoducto Néstor Kirchner, no es más que un nuevo y feroz capítulo de la interna del Gobierno que no hace otra cosa que reflejar el muy complejo momento que pasa el cuarto gobierno kirchnerista.
En este contexto, la llegada de Scioli es una forma de reafirmar la unidad del oficialismo que el viernes exhibieron el Presidente y la Vicepresidenta cuando encabezaron en el predio de Tecnópolis un acto por el centenario de la creación de YPF.
Para Valdés, “Daniel Scioli es un pragmático” y está convencido de que “si hay problemas, va a encontrar la solución”.
Dentro del peronismo es considerado un político dialoguista, hiperactivo y con una frondosa carrera política, en el que Alberto Fernández ve “un alter ego”.
Desde hace unos meses, la relación entre Scioli y el Presidente se afianzó y la frecuencia de sus encuentros aumentó. Solían verse cada vez que el embajador en Brasil regresa a la Argentina, casi siempre en Olivos. Los une, más que nunca, la experiencia común de lidiar con los vehementes cuestionamientos, en público y en privado, de Cristina Kirchner.
Después de todo, Scioli logró superar sus dos mandatos al frente de la provincia de Buenos Aires a pesar de la evidente desconfianza de la entonces Presidenta, quien al igual que hoy, la dejaba a la vista con gestos y mensajes entre sarcásticos y directos.
Más allá de la relación y de la valoración de sus atributos, Alberto Fernández se aseguró de que no hubiera riesgos de que Scioli sea vetado por Cristina Kirchner. Desde el Instituto Patria y La Cámpora, por su parte, dejaron saber que aprobaban su designación.
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