El ex gobernador de Entre Ríos y ex embajador de Israel y en Chipre, Sergio Urribarri, se defendió a raíz de la condena que recibió frente a hechos de corrupción durante la gestión en su provincia, y afirmó que recibió la “solidaridad” del presidente Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
“Alberto y Cristina se ofrecieron en lo personal a acompañarme. Hay afecto, hay solidaridad”, señaló esta mañana, tras afirmar que mantuvo diálogo con dirigentes del Frente de Todos luego de que se conociera la sentencia judicial. En los próximos días el dirigente arribará al país y dejará de manera formal su función diplomática.
“Hablo permanentemente con los dos y con muchos miembros del gabinete. Con los dos tengo una relación personal de hace muchos años y estoy enormemente agradecido. No es una relación política, conocemos a nuestros hijos y nietos. Estuvieron muy cerca en lo humano y afectivo”, contó en diálogo con el periodista Ernesto Tenembaum, en radio Con Vos.
El Gobierno oficializó el pasado 31 de mayo la renuncia del embajador de Israel, Sergio Urribarri, luego de que diera un paso al costado tras ser condenado a 8 años de prisión e inhabilitación perpetua en un juicio oral y público por el desvío de fondos públicos entre 2010 y 2015, cuando era gobernador de Entre Ríos.
El ahora ex diplomático había puesto a disposición su dimisión el 7 de abril después de que se conociera la decisión de un tribunal de Juicios y Apelaciones de Entre Ríos, que dictó la sentencia. Urribarri seguirá libre por tratarse de un fallo de primera instancia que fue apelado.
El Ministerio Público Fiscal había pedido que se lo sancione a 12 años de prisión y se lo inhabilite a ejercer cargos públicos por cometer los delitos de “negociaciones incompatibles con la función pública” y “peculado”. Su defensa técnica, por el contrario, había requerido al Tribunal que lo absuelva, según se conoció entonces. La Justicia consideró demostrado que Urribarri direccionó contrataciones de publicidad del Estado provincial para fines particulares.
Uno de estos casos fue favorecer a su cuñado, Juan Pablo Aguilera que intervenía con un esquema de testaferros y de cartelización para quedarse con los fondos de la publicidad en vía pública mediante una imprenta, según el fallo. Aguilera recibió una pena de seis años y seis meses.
“Todas fueron acciones de gobierno que se juzgaron en una actitud incomprensible. Ninguna de las razones que se nombraron (sobre los hechos de corrupción denunciadas) se encontraron pruebas en el Tribunal. La fiscal Patricia Yedro dijo que ninguno de los casos (de corrupción) se pudo comprobar y que resulta complicado que acreditar los hechos”, sostuvo hoy Urribarri.
“Todas las empresas proveedoras han sido beneficiadas por contratos del Estado. La proporción de los montos que están siendo investigados son menores que los contratos de otras empresas”, agregó, y se desvinculó de la acusación que involucra a Aguilera como posible testaferro.
“Juan Pablo Aguilera es un militante de Entre Ríos, antes de que yo llegue a gobernador tuvo un rol importantísimo en la actividad del peronismo. Cierto sectores han construido un relato sobre él que nada tiene que ver con la realidad”, dijo, y resaltó que él “no tiene relación con las empresas” de su cuñado “en términos de titularidad o funcionamiento”. “No hay documentos ni nada” que lo prueben, insistió.
En su defensa, el ex embajador planteó que detrás de las denuncias del Ministerio Público Fiscal “hubo prepotencia y arbitrariedad”, y una “tremenda persecución” en Entre Ríos. “Hubo un ensañamiento. Era uno de los pocos dirigentes que era un estorbo para la oposición. Construimos más 25 mil viviendas y 20 escuelas, 200 km de ruta. Se me ocurrió de llevar el proyecto de Futbol para Todos y de nacionalización de YPF”, planteó.
“Hay vinculación directa de miembros del MPF con miembros de la oposición de Entre Ríos. Las denuncias nos la han hecho ex candidatos o ex legisladores de Cambiemos”, remarcó Urribarri.
Los jueces María Chemes; Carolina Castagno y Elvio Garzón, quienes dictaron la sentencia, también acreditaron que el entonces gobernador utilizó el montaje de un parador en Mar del Plata en 2015 y la difusión de spots durante la Cumbre del Mercosur que se realizó en Paraná durante diciembre de 2014 para promover sus intenciones de suceder a Cristina Kirchner en la presidencia en 2015.
“No estaba mi foto en los paradores”, planteó Urribarri sobre ese hecho.
Otro de los argumentos que esgrimió el entrerriano fue citar un documento del ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, en el que se mostró “contundente cuando dice que la sentencia no funda cómo se llegó a que Uribarri actuó con dolo”.
Por último, el ex gobernador no negó que cuenta con un importante patrimonio personal, y reconoció que tiene registrada una propiedad de más de 250 metros. “Mi evolución patrimonial en la inspección del año 2017, de 11 meses y 8 días, no arroja ningún tipo de irregularidad. No la hizo la AFIP de Cristina, lo hizo la de Macri”, expuso.
No fueron todos reveses judiciales para Urribarri. En otra causa que lo involucra, el ex gobernador fue sobreseído recientemente en un expediente en el que se lo investigaba por supuestos hechos de corrupción que involucraban también al empresario paraguayo Diego Armando Cardona Herreros y a ex funcionarios de su gestión. Esa medida judicial se tomó porque hubo “falta de actividad de los fiscales” en su labor investigativa, lo que debe tener “una sanción o consecuencia, que en esta caso fue la insubsistencia de la acción penal”.
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