Esta mañana, el presidente Alberto Fernández envió una carta a los organizadores de la Cumbre de las Américas y confirmó su asistencia al evento. Lo hizo luego de que la semana puso en duda su viaje como consecuencia de la decisión de Estados Unidos de excluir a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la convocatoria.
Esta tarde, a las 17:45, Fernández recibió un llamado telefónico del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se extendió por 25 minutos. Hablaron de temas bilaterales entre los que sobresalieron la problemática de la inseguridad alimentaria, la transición energética, las nuevas cadenas regionales de valor y el cambio tecnológico.
En esa conversación Biden invitó a Alberto Fernández a tener una reunión bilateral en Washington el próximo 25 de julio. Entre los temas que tendrá la agenda está el cambio climático, cooperación financiera, energías renovables, innovación tecnológica, derechos humanos y producción agro-alimentaria.
Esta mañana la Casa Blanca dijo que “pronto” anunciará la “lista final” de líderes del continente invitados. El encargado de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional, Juan González, y el subsecretario de Estado para la región, Brian Nichols, no quisieron cerrar ninguna puerta.
En una conferencia de prensa telefónica indicaron que “el anfitrión tiene la potestad de confeccionar la lista de invitados” y señalaron que el gobierno estadounidense estaba “escuchando las opiniones de otros líderes y socios en la región” con el objetivo de anunciar los invitados en breve.
El mandatario argentino decidió asistir a la cumbre luego de entablar conversaciones con diferentes líderes latinoamericanos. Especialmente con el Jefe de Estado de México, Andrés Manuel López Obrador, con quien combinó que la mejor opción es estar presidente en la cumbre.
El presidente mexicano habló en distintas oportunidades con Fernández y le recalcó que era importante que estuviera presente en la Cumbre de las Américas como titular de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), ya que considera que debe plantear la posición de la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica.
Los mandatarios construyeron una posición conjunta con otros líderes, como es el caso del presidente de Chile, Gabriel Boric, sobre la necesidad de que Fernández esté en Los Ángeles y sea la voz que los represente. Incluso, estando en desacuerdo con la decisión de Estados Unidos de excluir a países que Argentina considera que deberían estar presentes.
El gobierno argentino aún desconoce si algunos de los países excluidos estarán presentes en la cumbre para los foros de Salud, donde los organizadores accedieron a que estén presentes. La semana pasada el ex senador demócrata Christopher Dodd, enviado de Biden como consejero de la Cumbre, se reunió con Fernández para saber si iba a ir a la Cumbre.
En ese encuentro, que se llevó a cabo el jueves de la semana pasada en la Casa Rosada, el presidente argentino le manifestó que Estados Unidos tuvo una política “muy difícil” para Latinoamérica durante la gestión de Donald Trump y que con la llegada de Joe Biden la situación no ha cambiado.
“Es una vergüenza que Estados Unidos mantengan el bloqueo sobre Cuba y Venezuela”, le reprochó. El enviado de Biden se comprometió a hacer gestiones para que la cumbre se abra a todos, pero por el momento el encuentro de presidentes sigue cerrado para Venezuela, Nicaragua y Cuba.
La semana pasada el canciller, Santiago Cafiero, también había advertido la postura del gobierno argentino. “La posición de Argentina es clara. Argentina, ejerciendo la presidencia ‘pro tempore’ de la CELAC, viene marcando la necesidad de una cumbre sin exclusiones”, dijo Cafiero, tras la reunión que sostuvo en la Ciudad de México con el canciller mexicano Marcelo Ebrard.
Alberto Fernández y Joseph Biden se verán en Los Ángeles. Aún se desconoce si habrá una reunión bilateral. La última vez que se encontraron fue antes de la primera sesión plenaria de la Cumbre del G20, que se desarrolló en Roma.
En aquella oportunidad, Biden le dijo a Fernández: “Me fue muy bien con nuestro amigo común”, en referencia al encuentro que había tenido con el Papa Francisco en el Vaticano.
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