El furioso estallido del humorista Alfredo Casero en la TV fue interpretado por muchos como un síntoma del hartazgo social. Los gritos y el golpe de puño que dio sobre la mesa, en el programa que conduce Luis Majul por LN+, no solo generó polémica sino también indignación entre los televidentes frente a la situación actual. La inflación no se detiene, los sueldos cada vez alcanzan menos para llegar a fin de mes y las medidas tomadas por la clase política no están a la altura de la circunstancias.
“Todos ustedes son una manga de.... todo lo que están haciendo en este país, todo lo que vienen haciendo, lo están haciendo absolutamente sabiéndolo (sic). Los periodistas, los políticos, lo saben, saben lo que están haciendo y se están llevando todo”, dijo Casero enfurecido antes de abandonar el estudio de televisión.
Sus declaraciones, que muchos interpretaron como una llamado a la reflexión, expusieron el ánimo que se percibe en las calles y en las redes sociales, donde la mayoría salió a respaldarlo, con la salvedad del modo agresivo que eligió para quejarse.
Ahora, una encuesta realizada por la consultora Giacobbe Opinión Pública vino a corroborar lo sucedido y señala que el 51,2% de los encuestados sostiene que Alfredo Casero tiene una imagen positiva y que la palabra “sincero” es la que mejor lo describe.
Y así como el humorista se sintió burlado y usado por el periodismo, por los políticos en general y por quienes defienden ideas parecidas a las de él (simpatiza con Juntos por el Cambio), las personas encuestadas también manifestaron qué es lo que sienten frente a la situación actual.
“Le pedimos a los encuestados que nos digan con una sola palabra qué emoción los domina hoy y espontáneamente aparece la tristeza, la angustia y un sinfín de palabras que hablan de una depresión colectiva”, precisó a Infobae el analista político Jorge Giacobbe, que dirige la consultora.
De acuerdo al sondeo, la emoción predominante fue la tristeza, seguida por la angustia, la bronca y la desesperanza. Lo llamativo es que hubo una sola palabra optimista: esperanza. El resto fueron íntegramente negativas. Entre ellas se destacan: incertidumbre, pena, enojo, preocupación, indignación, asco, decepción, impotencia, frustración, miedo y desolación.
Para analizar estas expresiones, Infobae consultó a la psicóloga Elvecia Trigo (M.N 5442), quien destacó que “las pérdidas que sufren las personas son las que llevan a la tristeza y a la depresión” y que en la actualidad “los argentinos han pedido de todo: educación, seguridad, salud, estabilidad económica y la posibilidad de compartir en familia y amigos por la cuarentena, entre otras cosas”.
“Con todo lo que está pasando, gran parte de la sociedad observa que Argentina es un país que no tiene futuro para los jóvenes ni tampoco para los que tienen entre 40 y 50 años. La gente siente que no tiene voz y que lo que hace no es reconocido. Se va enfermando porque se siente desamparada y que nada vale la pena”, sentenció Trigo. Y agregó: “Siente que no vale la pena ir a trabajar, que no vale la pena estudiar, que no vale la pena pagar los impuestos. Es un sentimiento peligroso porque es de autodestrucción”.
Giacobbe también coincide en que la sociedad argentina está quebrada emocionalmente. “Sabemos, a partir de otra encuesta que hicimos, que los argentinos ven hacia adelante una crisis proyectada y que más del 60% cree que el país va a tardar 4 años en crecer. Hablamos de un desastre de todos los tiempos, no de un desastre coyuntural”, remarcó.
E insistió: “No es que el problema se soluciona si Alberto y Cristina dejan de pelearse, si Alberto encuentra una máquina para frenar la inflación o si cambiamos de Presidente. El problema es más profundo que eso y tiene que ver con las expectativas de futuro”.
En ese sentido, Elvecia Trigo se preocupó por dejar bien en claro que el ser humano necesita de la estabilidad para tener confianza y autoestima, y de la serenidad para poder discernir y pensar. “Si el país está tan desarmado, el ‘YO’ se va debilitando porque va sintiendo que sus reclamos no son escuchados. El pueblo argentino puede tener dos reacciones que son dejarse morir o naturalizar la impunidad”, enfatizó.
“Con impunidad me refiero a las vacunas vip, la fiesta en Olivos y la corrupción en el poder, entre otras cuestiones. Lo que sienten los argentinos es que cada vez que pueden avanzar, los aplastan. La gente está harta de los privilegios de la casta política y de que no haya una ley pareja para todos. La sociedad siente que se ha perdido la ética y el orden, se está desarmando psíquicamente”, alertó la psicóloga.
Más allá del panorama emocional negativo que se evidencia hoy, Giacobbe está convencido que esa frustración puede ser convertida en un paso hacia la madurez. “Me parece muy infantil creer que la esperanza está en cambiar de Presidente. Hay que dejar de pensar que la única crítica es hacia el sistema político porque nosotros también somos culpables de los escenarios que creamos. El mayor componente del voto, a lo largo y a lo ancho del mundo, es emocional. El problema de los argentinos es que nunca vamos a dejar de ser emocionales porque somos inmaduros”.
Y concluyó: “Estamos en un proceso donde todo lo que aflora son síntomas de una crisis larga y profunda que podemos convertir en aprendizaje. Recordemos que recién en 2001 pudimos demostrar que los militares ya no eran una gran opción”.
Otro de los aspectos que abordó la encuesta es qué políticos cuentan con mejor imagen y lo que llamó la atención es que los primeros puestos del ranking pertenecen a la oposición. Lidera la presidenta del PRO, Patricia Bullrich (44,1%); seguida por el diputado liberal Javier Milei (36,1%); y el ex presidente Mauricio Macri (34,3%).
En el tercer y el cuarto lugar se ubicaron el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta (25%); y el Auditor General de la Nación, Miguel Angel Pichetto (21,4%), respectivamente. Mientras que los últimos fueron la vicepresidenta Cristina Kirchner (19,6%) y el presidente Alberto Fernández (11,7%).
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