Juan Pablo Fioribello defendió a la primera dama Fabiola Yáñez durante todo el desarrollo de la causa judicial por la fiesta de cumpleaños en la Quinta de Olivos, pero a la vez se convirtió en un hombre de consulta del presidente Alberto Fernández. En una entrevista con Infobae, el abogado defendió la estrategia jurídica y el cierre definitivo de la investigación. “El presidente y su mujer no tuvieron privilegios, la mayoría de los conflictos similares se solucionaron con una reparación económica”, dijo.
Fioribello comenzó su carrera en el Poder Judicial, luego saltó a la Secretaría de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, y hasta tuvo un paso por la Oficina Anticorrupción cuando ese organismo recién había sido creado. En 2004, León Arslanian lo nombró Director General del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, cargo que ocupó hasta 2009.
Los acuerdos alcanzados con el fiscal Fernando Domínguez, y luego homologados por el juez Lino Mirabelli, provocaron fuertes críticas. “Se aplicaron los elementos que otorga la propia ley, lo social y lo político hay que analizarlo después”, contesta Fioribello.
En las próximas horas, Alberto Fernández depositará $3 millones en una cuenta bancaria del Instituto Malbrán. Horas después, el presidente se sacará de encima la única imputación en una causa penal desde que asumió.
- Para llegar a un acuerdo, el presidente y la primera dama ofrecieron una reparación económica. ¿Cómo se llegaron a las cifras de $1,6 millón y $1,4 millón?
Es difícil mensurar los montos alcanzados, como dijo el fiscal en su resolución, porque la causa tiene varias artistas: tiene una connotación social, una política y una parte jurídica. No hay una regla. La reparación se volcó al Código Penal en los últimos años. Permite la resolución de la causa penal en forma anticipada. No es algo extraordinario que se le dio al Presidente y a la primera dama, está previsto para todo el mundo. Lo único que se hizo fue tomar las herramientas que otorga la ley para solucionar el conflicto. No hay una medida justa para la reparación. Si hubieran ofrecido 2 millones, la sociedad hubiera reclamado más.
Lo que hizo el fiscal fue tratar de estipular un monto. Para nosotros fue un monto elevado si se compara con el resto de las causas que tramitaron en el fuero federal de San Isidro. La mayoría de las causas se resolvieron con acuerdos entre la Fiscalía y las defensas. Por ejemplo, el caso del “surfer” se resolvió pagando 70 mil pesos. Claro que el presidente y su mujer tienen una responsabilidad mayor, pero pagaron entre 15 y 20 veces más que un ciudadano normal. Es difícil digerir para gran parte de la sociedad, pero esto es una causa penal y de alguna manera tenía que terminar.
- ¿En qué consiste la homologación del acuerdo?
Homologar es darle validez a un acuerdo entre las partes. Los acuerdos homologados son normas jurídicas de obligación para las partes que intervienen en el proceso. En este caso, el acuerdo queda convalidado y no se puede recurrir.
- ¿Podía el juez Mirabelli rechazar los acuerdos?
Si hubiera tenido algún defecto técnico, el juez tenía la facultad de hacerlo. Pero el acuerdo se basó en temas jurídicos y procesales. No tenía ninguna duda que el juzgado lo iba a homologar.
- ¿Cómo se llegó al monto de las reparaciones? ¿Hubo reuniones entre los abogados y el Fiscal?
En estos casos la gente piensa que hay negociaciones espurias. Yo tomé el tema como una causa más. Fuimos a ver al fiscal, que tiene el monopolio de la acción penal, y hubo una negociación a puertas abiertas. Lo fuimos a visitar junto al doctor Alejandro Rúa y también junto a mi socio Mariano Lizardo. Fue un fiscal muy duro en su postura, puso montos muy altos. No hay en la justicia federal de San Isidro una reparación similar.
- ¿Por qué el Presidente ofreció una reparación que no puede pagar? ¿Es cierto que pidió un crédito?
Eso hay que preguntárselo a los contadores. Se hizo un ofrecimiento porque se va a poder pagar.
- El Presidente tuvo una estrategia jurídica distinta al comienzo del expediente (planteando que no había delito). ¿Hablaron de eso?
De entrada no compartí la estrategia de plantear la inexistencia del delito. Le sugerí que no lo haga porque el fiscal de San Isidro ya había dicho que era delito. Discutir si era delito era abstracto. Yo no tuve ninguna duda que la resolución de este conflicto iba a ser por una reparación, no porque tenga un privilegio el presidente y su mujer sino porque la mayoría de los conflictos similares se solucionaron de esta forma.
- El Presidente ya se expresó públicamente sobre el acuerdo alcanzado con el fiscal. ¿Qué piensa Fabiola Yáñez?
Tuvo la misma reacción que al principio de la causa. En ese momento se pidieron disculpas públicas y se pusieron a disposición de la Justicia. Puede ser que no hay sido en el momento correcto, pero cada uno tiene sus tiempos para hablar. Hay gente que no pide disculpas nunca. Ambos pidieron disculpas, cada uno a su manera. La Justicia no fue a golpear las puertas de la Quinta de Olivos. No hubo ningún tratamiento especial para el Presidente y la primera dama. Lo que pasa es que la oposición utilizó esto para golpear, pero jurídicamente la resolución fue acertada.
- ¿Cómo hubiera terminado la causa si el Presidente no hubiera ofrecido una reparación?
La reparación es una forma de extinguir la acción penal y obtener un sobreseimiento. La figura de la reparación no fue creada para esta causa, permite agilizar la dinámica de los juzgados y las causas. Si no hubiera ofrecido una reparación, hubieran terminado en una indagatoria y luego en un juicio oral. Acá se aplicaron los elementos que otorga la propia ley. Lo social y lo politico hay que analizarlo después, jurídicamente la causa se cerró en forma correcta.
- Al comienzo de la causa usted defendía a otros de los imputados, ¿por qué dejó defenderlas?
Alguna de las chicas estaban más preocupadas por una fama personal de salir en la televisión que en solucionar un conflicto. No aceptaron las indicaciones que les di y renuncié a esas defensas.
- ¿Qué le puede decir a todos aquellos que no se sienten conformes con el final de la causa?
Es muy común que en los procesos penales la gente no se sienta conforme. En este caso hay que ser solidario con toda la gente que la pasó mal (por la cuarentena y la pandemia). Yo también la pasé mal, con familiares directos. Esta causa no se resuelve socialmente. Nunca se va a poder dejar conforme a la mayoría. Desde el punto de vista técnico, no tiene fisuras la presentación. Entiendo la bronca y la indignación, pero frente a eso se pidieron disculpas. Las disculpas de ambos fueron sinceras.
- Pero hay cosas que están probadas en el expediente y quedaron en la nada, como los permisos truchos de circulación que tenían varios de los imputados …
La causa tiene un objeto. No se quién hizo esos permisos...
- ¿En algún momento se evaluó seguir adelante con la causa y llegar hasta la indagatoria?
Uno siempre busca el mal menor. Yo nunca barajé otra salida. ¿Por qué voy a optar por un camino más complicado?
- ¿Por qué se demoró tanto el presidente en ofrecer la reparación?
No creo que se haya demorado, hay causas que tardan mucho más. Las defensas teníamos que acordar con un fiscal duro que tuvo que reunir toda la prueba. Un proceso de nueve meses no es un proceso largo.
- Usted es el abogado de la primera dama pero también del hijo del Presidente. ¿Defendería a otro presidente que no sea Alberto Fernandez?
Yo hago derecho penal, no hago política. Para mí es un honor que sea uno de los elegidos para asesorar al Presidente en temas familiares. Sin duda defendería a otro presidente, yo también asesoro a políticos, empresarios, artistas y nos les pregunto a quién votaron. No soy un abogado militante. De hecho, asesoro a gente de la oposición como Gerardo Morales en un tema familiar. Yo busco soluciones jurídicas, no políticas.
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