Facundo Jones Huala es el principal rostro de la violencia mapuche en Argentina a pesar de que en el país sus legajos judiciales están resueltos. En Chile, en cambio, debe terminar de cumplir una condena a prisión aunque hace 100 días que nadie sabe dónde está.
La libertad condicional que le otorgó la Cámara de Apelaciones de Temuco duró menos de un mes, hasta que un fallo del máximo tribunal judicial trasandino la revocó.
Desde que el gobierno del ex presidente Sebastián Piñera lo declaró “prófugo”, Jones Huala pasó a ser un tema “tabú”. El espacio en las redes sociales que era utilizado para difundir los comunicados que escribía desde prisión se congeló con un video del momento en el que el lonko cruzó el umbral del Centro de Cumplimiento Penitenciario de Temuco para empezar a cumplir con la libertad condicional, el 21 de enero. Desde entonces, la red social de “difusión mapuche” permanece inactiva.
El lonko debe regresar a prisión para seguir cumpliendo la condena por el incendio a un fundo en Pisu Pisué y la portación ilegal de armas caseras en 2013. Fue condenado a 9 años de prisión, aunque luego la pena se redujo a 6, ya que se le computó el tiempo que estuvo detenido en la Cárcel Federal de Esquel, a la espera del juicio de extradición. Le restan algo más de dos años de cumplimiento de la pena.
Infobae realizó distintas consultas a comunidades mapuches de Bariloche y los alrededores, aunque todos optaron por no emitir opinión sobre el “caso Jones Huala”.
Isabel Huala, su mamá, dialogó con este medio e insistió en que desconoce el paradero de su hijo. “Perdí contacto con Facundo desde que estaba en prisión. Discutimos y nos divorciamos”, dijo.
Cuando comenzó la pandemia, en marzo de 2020, Isabel estuvo en contacto con su hijo. No obstante, en una de los habituales contactos telefónicos hubo una discusión “por temas personales”. Ese fue el último contacto entre ambos y por ello tampoco sabe cuál es su paradero.
“Me pidió que no vuelva a llamarlo e incluso que tampoco viaje a verlo, a pesar de que en ese entonces era imposible cruzar de un país a otro. Yo también me molesté y le dije que no me interesaba hablarle, que mi trabajo como madre estaba hecho”, recordó, y sentenció: “Nos alejamos”.
La mujer, que vive en los alrededores de Bariloche, dijo que ya no está pendiente de su hijo, aunque sí se preocupa y piensa en él. “Si me entero que está bien, me pongo contenta. Y si sueño algo, me preocupo. Aunque supongo que está bien porque no hubo noticias de él, no sé dónde está”.
¿Sigue en Chile?
Las dudas siguen sin resolverse. Una vez que la Cámara de Apelaciones le otorgó la condicional, sus abogadas iniciaron los trámites para que cumpla el resto de su condena en Argentina. Incluso el embajador argentino en Chile, Rafael Bielsa, alentó la posibilidad de que eso se concretara, pero desde que el líder mapuche se fugó no habló más de la cuestión.
Esas declaraciones y las gestiones que iniciaron sus abogadas permitieron esbozar la hipótesis de las intenciones que tenía de regresar al país. Ahora, distintos sectores especulan con la posibilidad de que intente permanecer en la clandestinidad hasta que expire la pena.
Jones Huala comenzó a participar de la causa mapuche cuando tenía once años. Hoy es el único integrante expreso de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), un grupo que se autodefine como “el brazo armado” del Puelmapu, hermana menor de la temida Coordinadora Arauco Malleco (CAM), en Chile. Incluso su líder, Héctor Llaitul, lo visitó al lonko mientras permanecía tras las rejas.
El lonko ostenta ese título desde 2016, luego de una visita que realizó junto a Isabel a una machi quien le dijo que debía asumir ese cargo.
La mamá del líder de la RAM sigue de cerca la información que surge de su hijo a través de los medios de prensa. “Facundo no sólo perdió contacto conmigo, sino también con mis otros cinco hijos”, sostuvo.
“Quisiera saber dónde está. Si lo matan, algunos se pondrán contentos y otros lo transformarán en un mártir”, dijo Isabel. “Seguramente, en algún momento, me van a querer devolver un cuerpo. Esa es mi realidad. Lo pienso día a día, me preocupo”, sentenció la mujer.
De todas maneras, defendió el pasado de su hijo y aseguró que es inocente en las causas por las que lo condenaron: “Mi hijo no hizo las cosas que dicen que hizo. Cuando tengan pruebas en la mano y haya un juicio justo, podemos hablar”.