Una denuncia por violencia de género laboral sacudió en las últimas horas a la provincia de Neuquén. Un fiscal jefe y una asistente letrada de San Martín de Los Andes fueron involucrados en dos causas diferentes y los cimientos de la Justicia de esa ciudad podrían moverse y mucho en las próximas semanas.
Uno de los protagonistas de la historia fue Fernando Rubio, el fiscal jefe de la Cuarta Circunscripción de San Martín de Los Andes, a quien el Tribunal Superior de la provincia le inició un sumario a raíz de una denuncia presentada por la asistente letrada de la propia fiscalía, Inés Jerez.
Casi en simultáneo, el mismo fiscal presentó una denuncia contra la propia Jerez por la supuesta sustracción de teléfonos celulares pertenecientes a una causa judicial.
Según informó el diario Río Negro, los hechos transcurrieron entre diciembre de 2021 y marzo del 2022. El último 8 de marzo, Jerez informó a la fiscalía general de la provincia, cuyo titular es su hermano José Jerez, “una situación de extrema violencia de género y laboral por parte de mi superior, el fiscal jefe Fernando Rubio”.
De acuerdo al relato de la mujer, en la mañana de ese mismo, día el fiscal jefe ingresó a la oficina de atención al público y le arrojó un bollo de papel. Era el contenido de una nota que Jerez había presentado el día anterior.
“Profirió gritos y expresó frases de tono agravantes, circunstancia que le provocó a ella una crisis de angustia y llanto”, rezaba la presentación judicial.
La asistente de la fiscalía advirtió que ese comportamiento de Rubio era algo que se repetía a lo largo del tiempo pero que lo soportaba debido a la relación de amistad que los unía. También se aseguró que al menos hubo dos testigos de la situación violenta.
A raíz de esa denuncia, el presidente del Tribunal Superior provincial, Evaldo Moya, ordenó la apertura de una información sumaria y remitió las actuaciones a la Auditoría General.
Así se dio lugar a una denuncia efectuada desde el otro lado del conflicto. El propio fiscal Rubio realizó una denuncia contra la secretaria Jerez por la presunta apropiación de un teléfono iPhone que correspondía a un involucrado en una causa.
El dueño del móvil, que era uno de los imputados en la causa, reclamaba el dispositivo y en la Justicia eran incapaces de poder encontrarlo.
El fiscal Rubio aseguró haber consultado a Jerez y a Gabriela Pellico -las dos responsables del cuidado de ese teléfono- sobre dónde se encontraba el objeto y ambas respondieron que creían que se extravió al momento de una mudanza de la fiscalía.
Este caso tuvo el condimento de que, el 22 de marzo, un hombre denunció que su ex pareja, una empleada judicial, guardaba en su casa tres teléfonos celulares y 15 mil pesos que correspondían a secuestros de la Policía. Al parecer, el famoso iPhone era uno de los teléfonos en cuestión y esa empleada judicial denunciada trabajaba en la misma oficina que Jerez y Pellico.
El hombre que hizo la acusación entregó a la Justicia dos de los tres teléfonos celulares, ambos de marca Samsung, y volvió a repetir que esos aparatos habían sido robados por su ex pareja.
De tal manera, el presidente del Tribunal Superior también resolvió iniciar un sumario contra Jerez y su ex empleada debido a las irregularidades en el manejo de las pertenencias de los imputados en las causas.
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