Alberto Fernández cerrará este mediodía un acto multitudinario en una de las sedes del gremio de la construcción, donde los principales dirigentes del país que no se identifican con el kirchnerismo darán apoyo al plan económico de Martín Guzmán en medio de las fuertes críticas de Cristina y Máximo Kirchner por la disminución del poder adquisitivo. El cónclave, que fue organizado exclusivamente por el poderoso jefe de la Unión Obrera de la Construcción, Gerardo Martínez, contará con la presencia de ministros, gobernadores, intendentes, los principales sindicalistas de la CGT y dirigentes de los movimientos sociales afines al Gobierno.
El acto se realizará con la presencia de miles de trabajadores del gremio en el campo de deportes de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) en Esteban Echeverría, distrito comandado uno de los pocos intendentes abiertamente enfrentados con Máxim Kirchner, Fernando Gray. El motivo del encuentro, la recuperación de 200 mil puestos de trabajo, calza a la perfección con uno de los principales justificativos del Presidente para sostener a Guzmán como ministro de Economía: la mejora en los índices de empleo. Hace meses que sus ministros repiten, hasta el cansancio, que el desempleo disminuyó del 13 al 7 por ciento. Es parte de la estrategia comunicacional destinada a dar “buenas noticias” a pesar de los cuestionamientos del ala dura del oficialismo. El otro ítem positivo que buscan realzar es el crecimiento de 10 puntos de la economía, con proyecciones de 6 y 4 puntos para este año y el próximo.
Al otro lado, el kirchnerismo considera que esos porcentajes de la macro no son suficientes, por si solos, para mejorar el humor social, porque “no llegan” a afectar de manera positiva y concreta los bolsillos, como le echó en cara Máximo Kirchner al titular de Hacienda, el viernes pasado, durante el más reciente acto de La Cámpora, en Lanús. De hecho, uno de los principales cuestionamientos de Cristina Kirchner al plan económico nacional es que muchos trabajadores formales cayeron debajo de la línea de la pobreza a pesar de tener empleo en blanco, según dijo argumentó la vicepresidenta desde Chaco, hace dos semanas.
Ante la lectura obvia de que el mitin político es una forma de apoyo al Presidente en la interna, desde la Uocra aclararon a Infobae que “no está concebido en contra de nadie”, sino exclusivamente en “resaltar que hay más trabajo”, en contraposición con los índices durante el macrismo y la pandemia -aseguran que se recuperaron los 200 mil puestos que se habían perdido desde 2018-. Inclusive aseguran que probablemente Martínez haga alguna referencia, en su exposición, a la necesidad de unidad, una idea que viene sosteniendo en sus declaraciones públicas recientes.
Desde el sindicato, que espera reunir entre 15 y 20.000 trabajadores en el amplio predio, prefirieron evitar brindar detalles de las confirmaciones de los referentes políticos invitados. “Es todo muy dinámico”, se atajaron, pero remarcaro que están convidados “tanto albertistas como cristinistas”, entre ellos el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, alineado con Máximo Kirchner, que aún no avisó si estará o no. Se espera que sean de la partida los popes de la CGT: Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano, Andrés Rodríguez, y Alejandro Lingieri. Así como el flamanete jefe de la Unión Obrera Metalúrgica, vinculado al kirchnerismo pero hasta ahora de buen diálogo con todos los sectores, Abel Furlán.
En la Casa Rosada no participaron en la organización del acto, que quedó exclusivamente en manos de la UOCRA. Pero el jefe de Gabinete, Juan Manzur, que tiene vuelo propio pero hoy dice jugar para el Presidente, le pidió a todos los ministros que vayan durante la reunión de Gabinete de ayer. Probablemente, dijeron en Balcarce 50, sólo hagan caso los más afines: Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Claudio Moroni (Trabajo), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), además de Guzmán, Katopodis y Ferraresi.
Cerca del Presidente hay expectativa por el discurso de Martínez. Sobre todo, esperan que brinde una señal clara de apoyo a la política económica de Guzmán en el delicado escenario del oficialismo, donde la pelea de fondo es sobre quién toma las decisiones. Por ahora, el Presidente resiste los reclamos de un kirchnerismo que se muestra muy disconforme con el rumbo y está decidido a torcerlo hacia el horizonte -aunque incierto- que marca Cristina Kirchner.
El acto no será una carta blanca para Economía, pero sí un respaldo a las proyecciones para lo que resta del año. “Hay trabajo, y se va seguir recuperando. La visión de Gerardo y de varios miembros de la CGT es de apoyo a las políticas de Guzmán. Pueden haber errores, falencias, y demoras, pero la dirección es la correcta”, sostuvo un dirigente gremial. “Hay preocupación por los índices inflacionarios, y por cómo se le da batalla a la escalada de precios. Pero no hay mucha coincidencias con las propuestas económicas, o mejor dicho, las ‘no propuestas’ que tienen los sectores afines a Cristina”, agregó.
Concretamente, la ceremonia sindical estará orientada a resaltar el crecimiento de la obra pública. Tendrá especial centralidad el ministro encargado del área, Gabriel Katopodis, uno de los hombres más afines a Alberto Fernández, armador en el territorio bonaerense y en el interior, justamente, a través de las obras. También tendrá un rol central Jorge Ferraresi, el titular de Vivienda, otra cartera estrechamente relacionada con el gremio. Integrante del Instituto Patria, el ex intendente de Avellaneda empezó a volcarse por el albertismo en los últimos meses, pero aún mantiene el vínculo con la vicepresidenta.
En Esteban Echeverría estarán casi todos los gobernadores peronistas. A pesar de que decidieron no dar aval incondicional, aún, a las intenciones de reelección de Alberto Fernández, irán para apoyar la política económica frente a los embates del kirchnerismo. Y aquellos que no estén presentes debido a sus obligaciones locales, como Raúl Jalil, de Catamarca, que visita seguido la Casa Rosada, enviarán como representantes a sus segundos en el mando. “Tuvimos uno de los mejores años en recuperación de trabajo y de desarrollo de nuevas obras y terminación de las que venían. Vamos a saludar al Presidente en honor a ese camino”, dijo a Infobae uno de los gobernadores del Norte que dirá presente.
Pasaron varios meses desde que Alberto Fernández brindó su último discurso en un acto multitudinario con el volumen político que se espera para hoy. La última vez que se lo vio frente a una masa de trabajadores fue en diciembre, en la plaza de Mayo, junto a Cristina Kirchner. Desde entonces encabezó algunos eventos políticos en el interior, pero en líneas generales prefirió mantener el perfil bajo. En la pelea con la vicepresidenta, quiso mostrar que se dedicaba principalmente a gestionar, para evitar seguir “hartando” a la población con gestos políticos. Además, eligió no responder a los cuestionamientos de los camporistas.
La estrategia cambió hace dos semanas, cuando aceptó la invitación del titular del poderoso gremio constructor, liderado por Martínez, con quien mantiene buena relación, para asistir al Congreso Anual de delegados del país. Estaba previsto que participara del cierre, pero después confirmó que se iba a Europa, y debieron reprogramar el encuentro. Convinieron que fuera hoy -el Presidente regresó el sábado pasado del Viejo continente - para “celebrar la recuperación de los puestos de trabajo”. Es decir, para realzar uno de los caballitos de batalla de Guzmán en defensa de su gestión, mientras intenta solucionar, por ahora sin éxito, la escalada inflacionaria que corroe el poder adquisitivo de los salarios formales e informales.
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