Después de 12 años, Argentina vuelve a tener un Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, el mayor relevamiento sociodemográfico que realiza el país. Este será el número 11 de nuestra historia. El principal dato luego de esta jornada será la actualización de la cantidad de habitantes, pero también será importante conocer dónde y cómo vive la población, así como sus características socioculturales, educativas y algunos aspectos económicos.
Los censistas que desde las 8 de la mañana recorren casa por casa son 650 mil y tienen la tarea de abarcar cerca de 15 millones de hogares. El operativo territorial finalizara a las 18 horas. La novedad de este año es que el censo es bimodal, tanto digital como la tradicional encuesta papel que se responde presencial. El Censo Digital inició el 16 de marzo y se pudo completar hasta las 8 de la mañana de hoy, momento en el que comenzó el barrido hogar por hogar.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) tiene como tarea organizar, coordinar y ejecutar el operativo. Marco Lavagna, titular del área, confirmó que cuatro de cada 10 argentinos ya hizo el censo de forma on line. Es decir, 18 millones de personas, que representan el 40% de la población.
De todos modos, quienes hayan contestado el cuestionario digital (estiman que lo hizo un 40% de la población), deberán permanecer hoy en sus casas para entregar al censista el Código Único de Vivienda que provee el Censo Digital, y responder la pregunta sobre cuántos integrantes viven en el hogar.
El cuestionario censal tiene 61 preguntas. Hay 37 sobre la estructura poblacional y 24 acerca de las características de cada vivienda y hogar. Sobresalen consultas respecto de la ocupación, educación, salud, así como migratorias. La innovación de este año es que incluirá preguntas sobre identidad de género y autorreconocimiento étnico.
En cuanto a los últimos censos, el del 2001 introdujo la identificación de pueblos indígenas, una pregunta sobre discapacidad y otras sobre migraciones. En tanto, en el 2010 se innovó con el relevamiento de la población afrodescendiente en el país. El último relevamiento, que coincidió con la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, también ahondó en temáticas sobre los pueblos originarios y Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Por qué es importante el Censo 2022
Un relevamiento poblacional de estas características es la radiografía de un país. El censo permite conocer cuántas personas habitan en Argentina y en cada distrito, cómo se distribuyen según las edades, el género. También cómo son los hogares, en dónde trabajan, así como conocer el nivel de educación y de acceso a la salud.
En diálogo con Infobae, Mariano Poledo, director nacional de Planificación del INDEC y coordinador del operativo, detalla que el censo “provee la infraestructura estadística básica a partir de la cual producir más y mejores relevamientos y servir así de insumo para la formulación y diseño de políticas públicas, a partir del conocimiento socio demográfico del país”.
Por su parte, el doctor en Sociología Daniel Schteingart aporta que como permite conocernos mejor como sociedad, “es útil para poder definir políticas, para ver la transformación a lo largo del tiempo y también para las proyecciones intercensales”.
Otros especialistas consideran que un relevamiento de esta magnitud produce una afectación estadística positiva. “El censo genera un impacto directo y tiene que ver con que los números que te da permiten tomar decisiones sobre políticas públicas de forma desagregada y precisa”, explica Pablo Neira, economista de Misión Productiva y docente de la UBA. “Y el impacto indirecto se produce porque el relevamiento sirve como base para otras encuestas y estudios que hace el INDEC, como la Encuesta Permanente de Hogares”, agregó.
Cuáles son los principales datos que dará este Censo
La información central de cada relevamiento poblacional es la cantidad de habitantes que tiene un país. En 2010, el último censo nacional contabilizó 40.117.096 personas, un 10,6% más que en 2001. Para este año, el INDEC proyecta que el país llegará a 46.234.830 de personas. De ese total, 23.525.352 serían mujeres y 22.709.478, varones.
Un interrogante es qué desafíos puede implicar un incremento poblacional. ”En caso de que Argentina tenga un crecimiento demográfico importante y rápido, eso exigirá una tasa de crecimiento económico alta para que el PBI per cápita no caiga”, sostuvo Schteingart.
La pobreza, en el ojo de la tormenta
Otro aspecto central, sobre el que están puestas las miradas de las principales autoridades políticas del país, son los datos vinculados a la pobreza. Según el INDEC, la pobreza medida por ingresos alcanzó el 37,3% en el segundo semestre del 2021. Sin embargo, los censos relevan información que permite analizar la pobreza estructural, es decir, el porcentaje de la población con Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI). Se trata de una variable que se constituye de cinco indicadores relacionados a condiciones de la vivienda, la educación, la salud y aspectos económico laborales.
“Desde 1970, observando los censos y las cifras intercensales, la pobreza estructural ha ido descendiendo en el tiempo”, analiza Schteingart. El sociólogo señala que esa información “contrasta con los datos de la que se mide por ingresos, que desde esa fecha ha subido -con oscilaciones-”. Por cómo han medido las NBI en los censos, “es probable que haya bajado el porcentaje de pobreza estructural. De todos modos, lo veremos con precisión al observar los resultados censales”, consideró.
Desde el INDEC, Poledo estima que después de 12 años sin realizarse, este censo exhibirá cambios importantes. “Es probable que en datos de indicadores estructurales, como la NBI, haya modificaciones. Luego de una década se esperan cambios sociodemográficos estadísticos en general”, agregó el funcionario.
Schteingart explica que la pobreza estructural es “mucho más estable”, porque está ligada a indicadores de infraestructura y servicios públicos que se modifican a lo largo del tiempo. En cambio, la que se mide por ingresos “es más volátil, ya que está sujeta a los ciclos económicos y a la inflación”.
Los desafíos del envejecimiento poblacional
En los estudios demográficos, se habla del envejecimiento de un país en virtud de la estructura etaria de la población. Según cifras del INDEC del 2012, en Argentina cerca del 10% de las personas mayores de 60 años presentaba dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria y un 22% para realizar tareas instrumentales.
En ese sentido, un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), a cargo de Laura Oliveri, considera que “Argentina es uno de los países con población más envejecida en América Latina y el Caribe y continúa envejeciendo a un ritmo acelerado”. Para Poledo “los países tienden a un envejecimiento poblacional” y agregó: “Seguimos en una ventana demográfica por ahora, pero en el largo plazo vamos hacia donde están los países europeos”.
Esto trae aparejado discusiones como el incentivo de la tasa de natalidad, el aumento de la edad jubilatoria y los cambios en la estructura productiva que el envejecimiento poblacional puede implicar.
Qué es un censo de derecho
Por primera vez en la historia, Argentina hará un “Censo de derecho”. Hasta el 2010 la modalidad aplicada era la “de hecho”. Ese cambio metodológico reflejará una “foto más precisa” en relación con las características y condiciones de las viviendas y sobre la geografía habitacional.
El método anterior contabilizaba a la población en el lugar donde había pasado la noche previa al censo. Eso implicaba que se relevaran hasta los extranjeros que estaban ocasionalmente en Argentina. “Si estabas justo de paseo en algún hotel del país, te censaban”, explicó un coordinador del operativo censal.
En cambio, el censo de derecho se trata de un relevamiento residencial, ya que contabiliza a las personas en su hogar de permanencias habitual. “La estadística esta metodología permite una mejor cuantificación de la demanda de bienes y servicios públicos y privados”, sostuvieron desde el INDEC. El director nacional de Planificación del instituto estadístico detalló que el censo residencial es “más complejo metodológicamente y exigió más capacitación, tanto a los censistas como a la población”.
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