Julio Garro no lo duda. A diferencia de algunos referentes del PRO, que consideran que una importante ola de votos a nivel nacional en 2023 arrastrará un triunfo en la provincia de Buenos Aires, el intendente de La Plata advirtió que hay que trabajar para ampliar el espacio opositor y garantizar una victoria: “No podemos sentarnos a esperar la ola. Tenemos que estar con el traje de baño puesto, el silbato en el cuello y el salvavidas por si la ola es grande. Todos sabemos que la intención del kirchnerismo va a ser refugiarse en la provincia”.
Abogado, de 50 años, es uno de los jefes comunales que está alineado con el proyecto presidencial de Horacio Rodríguez Larreta y considera que Diego Santilli es un “gran” candidato a gobernador, pero no descarta sumarse al pelotón de los postulantes del PRO para suceder a Axel Kicillof. “Voy a construir políticamente para ser una parte importante del triunfo de la provincia de Buenos Aires en el 2023″, dijo en la entrevista con Infobae, en la que también elogió a Mauricio Macri y pidió que se terminen las peleas en la oposición para sintonizar con las necesidades de la gente. “La mejor propuesta que hoy debería tener Juntos por el Cambio es la unidad”, afirmó.
En la charla, Garro habló de la idea de los intendentes del PRO de constituirse como un polo de poder propio y criticó a la administración bonaerense porque “es un gobierno sin planificación”, aunque propuso, conciliador: “Pongámonos a laburar todos en una misma mesa. Es mentira que todos pensamos tan distinto. Cuando nos juntamos a charlar los intendentes de todos los partidos, hasta incluso con gente de La Cámpora, todos al final del día queremos lo mismo. Quizás utilicemos distintos caminos para llegar, pero vamos al mismo lugar”.
— ¿Cuál es su mirada sobre la crisis interna del Frente de Todos?
— Hay algo que preocupa mucho cuando una sociedad tiene una agenda y la dirigencia política tiene otra. Y lo que es peor es cuando el Gobierno tiene una agenda distinta a la de la gente. Cuando vemos estas peleas públicas por los medios, por la televisión, por los diarios, por las radios, sinceramente te da una sensación como que estamos a la deriva. Porque en vez de estar haciéndose cargo de ver cómo frenamos la inflación, de seguir incentivando la inversión para generar empleo genuino, el Gobierno está en la chiquita, mirándose el ombligo y en la pelea propia. Y un país que la gente siente que está en el aire, que no sabe para dónde ir ni sabe lo que le va a pasar mañana.
— ¿Esta situación se puede agravar? ¿Puede haber alguna posibilidad de un estallido social?
— Ojalá que no. Hoy la sociedad viene bancándose muchos palos sobre el lomo, viene golpeada de una pandemia golpeada, viene perdiendo el trabajo, con sueldos que no le alcanza para llegar a fin de mes, con familias de clase media que ya están en la media/baja. Hay una sensibilidad social, sin dudas. Ojalá que esto tienda a que el mensaje del gobierno sea tranquilizador, pero eso va a suceder siempre y cuando quiera tomar la brújula para ver hacia dónde hay que ir. Y dentro de un frente electoral al que le toca gobernar y en el que deben estar todos de acuerdo en ir para el mismo lado, porque si no este doble mensaje a la sociedad es terrible. Vivir en un país con incertidumbre es terrible. Es lo mismo que seguir viviendo en una casa luego de que te entraron a robar, esa sensación de que te puede pasar en cualquier momento, esa sensación de violación, de despojo. Veo que hay una sociedad así, que la pasó mal muchas veces y está esperando otro golpe en el lomo. Eso es lo que no tiene que pasar. Ojalá que el Gobierno pueda ordenarse hacia adentro para después ordenar al resto de los argentinos.
— ¿Cómo caracteriza al gobierno de Kicillof?
— Es un gobierno sin planificación. La provincia de Buenos Aires crece el 0,6% anual, entonces vos tranquilamente podés saber cuántos chicos el año que viene vas a tener en edad de conseguir su primer laburo, por ejemplo. Cuántos chicos vas a tener en jardín, primaria, secundaria. Cuánto crecerá tu población en determinados barrios, cuánta policía más vas a necesitar, cuántos hospitales más o cómo vas a reforzar ese instrumental para que la gente tenga un acceso a la salud. Bueno, en la provincia no se planifica nada de eso. No se planifica absolutamente nada. Y siento que la provincia está en un “sanguchito”. Están los problemas macro, que son los que nos marcan la cancha a todos los argentinos, y estamos los intendentes, en el territorio, tratando de buscar el equilibrio entre el mal momento de la gente y el metro cuadrado haciendo de gestionadores y también haciendo de asistentes sociales para sostener una sociedad que cae día a día. Eso también te deja la sensación de que hay un Estado nacional muy alejado de lo que pasa en cada ciudad. Y en el medio hay una distancia enorme. Entonces ves muchas veces una pelea que tenés que llevar adelante contra un monstruo grande y no sabés por qué parte del monstruo comenzar.
— ¿Cree que la provincia será territorio al que va a apostar Cristina Kirchner para retener su poder?
— Ya empezó a suceder. En 2015 el kirchnerismo se refugió en La Matanza. En el 2019 ganaron una elección. Pero con la foto del 2021, Cristina (Kirchner), muy planificadora y muy inteligente en estos temas electorales y de sensibilidad social, está imaginando una derrota en el 2023. La está imaginando y es parte de su estrategia: qué mejor que intentar refugiarse en la provincia de Buenos Aires. Ahí vamos a tener un doble desafío. Primero, no perder la provincia más importante de nuestro país, que no sólo es importante electoralmente sino absolutamente necesaria para gobernar porque es la que más le aporta al gobierno nacional. Imaginarse un gobierno nacional sin el gobernador del mismo color es complejo. Es una de las provincias más pobres, con más falta de infraestructura. Hay que invertir muchos fondos para empezar a resolver eso. Nuestro desafío en la provincia de Buenos Aires tiene que ver con crecer, sumar a todos aquellos que están desencantados con el gobierno nacional, incluso con el kirchnerismo, muchísimos independientes, muchísima gente que nunca tuvo la posibilidad de participar tienen que tener una puerta de ingreso nueva a Juntos por el Cambio. Quizás intentaron por el PRO, por la Coalición Cívica o por la UCR y no pudieron. Tenemos que generar algo para que sientan que no van a perder su ideología, que no van a perder sus principios, pero que van a poder ser parte de lo que viene. Eso nos va a garantizar no sólo el triunfo en la provincia de Buenos Aires, que conlleva el triunfo nacional, sino que también nos va a permitir gobernar mucho más fortalecidos la provincia más compleja del país.
— ¿En Juntos por el Cambio se está trabajando activamente para ganar las elecciones de 2023 en un distrito clave como el bonaerense? Hay quienes advierten que Mauricio Macri y Patricia Bullrich no le dan tanta importancia porque creen que una oleada de votos en favor de JxC a nivel nacional va a arrastrar igual el triunfo en la provincia.
— La provincia de Buenos Aires debe ser una de las más complejas del país, políticamente hablando. Y el tejido urbano es muy distinto al resto de las provincias. Nosotros no podemos sentarnos a esperar la ola, tenemos que estar con el traje de baño puesto, el silbato en el cuello y el salvavidas por si la ola es grande. Todos sabemos que la intención del kirchnerismo va a ser refugiarse en la provincia. No nos olvidemos que hay muchos intendentes que pudieron superar la elección del 2019 con una derrota del gobierno nacional y provincial y esa ola se trató de frenar. Bueno, ellos pueden pensar al revés, si viene una ola en contra de ellos, pueden hacer toda la fuerza de la provincia de Buenos Aires para que esa ola no sea enorme. Hay que prepararse para eso construyendo territorialmente, con mucha gestión, con un plan, con una estrategia que implica poder contar hacia dónde queremos ir.
— ¿Y eso existe?
— Se está trabajando, pero como sociedad perdimos algo que es sumamente importante, que es la confianza. Porque la confianza entre la gente y el Estado, entre la gente y la dirigencia política, entre la gente y el futuro, está rota. Y la necesidad primaria es empezar a reconstruirla.
— ¿Pero cómo se reconstruye?
— Con mensajes claros, sin peleas entre políticos, sin seguir apostando a la grieta. La confianza se ve en la coherencia, en el sentido común, en la transparencia, en los valores. Como sociedad necesitamos vernos reflejados en una persona que nos genere confianza.
— Desde afuera parece que aún falta una estrategia específica de JxC en la provincia de Buenos Aires. En el PRO, al menos, hay varios candidatos a gobernador, cada uno hace su camino y no hay una propuesta integral. ¿Es así?
— La mejor propuesta que hoy debería tener Juntos por el Cambio es la unidad.
— ¿Eso está garantizado?
— Llegamos unidos al 2015, nos mantuvimos unidos en la elección del 2017, nos mantuvimos unidos en la elección del 2019 más allá del resultado, nos mantuvimos unidos en el 2021 y me imagino que vamos a mantenernos unidos en el 2023. Como en todo frente electoral, con discusiones, con distintas miradas de cómo solucionar un problema u otro. Eso también es sano. Pero es una gran noticia que Juntos por el Cambio tenga más de un candidato en cada uno de los estamentos. Lo que puedo garantizar es que vamos a terminar unidos yendo con los mejores candidatos. A algunos les tocará encabezar fórmulas y listas y a otros les tocará acompañar, pero no veo ahí un peligro. A esa unidad hay que trabajarla, hay que construirla, hay que amalgamarla: esto que nos está pasando como frente, que en vez de dar las discusiones internas damos las discusiones por los medios, no es sano y es absolutamente funcional al kirchnerismo. Si sabemos que vamos a terminar juntos, dejemos los individualismos de lado, pongámonos sobre la agenda de la gente y después vamos a hablar de los candidatos. Hay un tiempo enorme hacia adelante. Para cualquier ciudadano, un año y cuatro meses no es nada, pero en Argentina y en la política es muchísimo tiempo. Y hoy la agenda de la gente no son los candidatos sino los problemas que tiene y lo que quiere es coherencia, sentido común. No quiere escuchar la pelea, cómo seguimos profundizando la grieta, cómo cada vez estamos más divididos. Eso da la sensación de retroceder.
— ¿Se puede llegar a dar el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires para anticipar la votación?
— Esa es una gran pregunta. Hay dos maneras de contestar. Una, es que el desdoblamiento tendrá que ver con la dinámica interna del kirchnerismo, con sus especulaciones políticas para ver si abandonan a Alberto Fernández o lo acompañan hasta el final. Desde mi punto de vista personal, es muy sano que una provincia tenga una elección desdoblada de la nacional, como la tienen varias de nuestro país porque te hace proponer y discutir de temas y de problemas de la provincia de Buenos Aires. De déficit, de necesidades, de planificaciones, de inversiones, de la provincia. Y, además, porque tenemos que volver a reconstruir la identidad bonaerense. Si te cruzás con un ciudadano de Córdoba, te dice “soy cordobés”; el mendocino te dice “soy mendocino”, el sanjuanino, “soy sanjuanino”. ¿Sabés qué te contesta el que vive en la provincia de Buenos Aires? “Soy de La Plata”, “soy de Junín”, “soy de Lanús”. Bonaerense no te dice nadie. Eso es porque nunca nos pusimos a trabajar en la identidad de los habitantes de nuestra provincia. Y cuando sucede eso, resulta que no la conocés o no te interesa conocerla. Si no la conocés, no la querés. Y si es así, no la gobernás.
— ¿Usted se ve como candidato a gobernador?
— Hoy la gente tiene muchísimos problemas y no es momento de armar candidaturas ni de hablar del tema. Sí es cierto que hay que trabajar en la unidad y en la coherencia. Tengo en claro voy a construir políticamente para ser una parte importante del triunfo de la provincia de Buenos Aires en el 2023. Junto con varios intendentes, como (Néstor) Grindetti o (Diego) Valenzuela, que tienen la vocación de construir. Estamos en ese camino. Si esa construcción nos lleva al final del camino a un posicionamiento, estaremos ahí para colaborar y con vocación de poder. Si esa construcción sirve para que le pueda aportar a un proyecto mucho más integrador que nos garantice el triunfo, ahí voy a estar. Ahora, nosotros estamos acá y de acá no nos movemos. Esto tiene que quedar claro: estamos en Juntos por el Cambio, hay que hacer crecer Juntos por el Cambio, hay que ganar la elección en la provincia de Buenos Aires, hay que ganar la elección en el país, y para eso hay que construir. Porque si no construís, no ganás. Y si ganás vas a gobernar más tranquilo porque construiste y no vas a gobernar esquivando pozos.
— ¿Por qué Santilli, que ganó las últimas elecciones en la provincia ante el peronismo unido, algo que no sucedía desde hace muchos años, no es el candidato a gobernador indiscutido de todo el espacio?
— Diego fue un gran candidato y es un gran candidato a gobernador. No hay ninguna duda de eso. Además, es buena persona y es mi amigo personal. Como pasa con Ritondo, tiene una construcción que tiene que ver con una vocación de poder, de querer ser, de encabezar un proyecto en la provincia de Buenos Aires. Lo que en su momento se habló con Rodríguez Larreta fue que nosotros íbamos a poner todo para acompañarlo a Diego y muchos en esa mesa plantearon: “Vamos a acompañar fuerte, después se abre una nueva carrera”. Diego hizo una enorme elección y para mí es un excelente candidato a gobernador, pero lo que se habló en aquella mesa fue que pasada la elección se largaban varios. Con respeto, sin peleas, sin discusiones. Debería ser así, con mucha humildad, construyendo, caminando, posicionándose. Porque al final de la carrera, cuanto más fuertes lleguen más grande va a ser el empuje que le demos a la persona que tiene que ser.
— ¿La definición final del candidato a gobernador de PRO se dará por consenso o por el que está mejor en las encuestas?
— Se va a dar por el que esté mejor.
— ¿Puede decidirse en las PASO?
— La PASO son una gran herramienta, pero creo en los acuerdos, en el sentido común. Cuando ves caminar un candidato te das cuenta si puede ser o no.
— ¿Cree que los intendentes tienen un plus para gestionar la provincia y de sus filas debería salir el candidato a gobernador?
— Esto se lo han planteado muchas veces los intendentes del Frente de Todos a (Martín) Insaurralde: la obligación que tenemos los intendentes es la obligación de ser el primer mostrador, el primer cordón, la primera trinchera. Es una experiencia de gestión inigualable. Soy un agradecido de haber aprendido y tener esta experiencia de poder darme cuenta de esa sensibilidad para poder resolver algún problema. Eso es de un valor enorme. Pongo un ejemplo. Desde que muchos intendentes tomaron cargos en el Ejecutivo provincial, no digo que la provincia es un avión a chorro, pero pasó a ser de una avioneta modelo 63 a una modelo 99. Por lo menos carreteó, levantó unos metros. Hoy, cuando vos hablás con cualquiera de los ex intendentes de licencia en el gobierno provincial encontrás una oreja inmediata. Cuando vos le planteás a un intendente que está en el Ejecutivo que tenés problemas con un cordón cuneta, en menos de medio segundo te entiende porque no lo estás llamando porque querés construir un puente de cristal entre el Estado Único de La Plata y el Obelisco, sino por la necesidad de la gente. Eso lo entiende alguien que fue intendente. Por eso la posibilidad que los intendentes tienen de aportar a la provincia es central en lo que viene.
— ¿Los intendentes del PRO quieren armar un polo de poder para incidir en las decisiones bonaerenses y nacionales?
— No sólo de poder, sino también de unidad. Estamos dispuestos a trabajar para que no haya peleas provinciales o nacionales. Estamos ahí unidos, después de nosotros viene la gente. Luego de mucho tiempo, siento que los intendentes estamos más unidos que nunca. Al no tener un gobierno nacional ni provincial donde referenciarnos, hoy estamos cuidando lo más valioso que tenemos, nuestros vecinos. A partir de ahí todos nos ayudamos. Los intendentes nos dimos una lógica de trabajo muy seria, que no tiene que ver con el poder, pero sí con un mensaje que también se transmite hacia arriba: estamos unidos y necesitamos que todos lo estemos porque si no, somos funcionales al kirchnerismo.
— ¿Se sienten escuchados por la dirigencia nacional?
— Sí.
— Son clásicas las quejas de los dirigentes bonaerenses contra los porteños que comienzan a trabajar políticamente en la provincia. ¿Siente que eso puede jugarle en contra a un candidato como Santilli, apoyado por otro porteño como Rodríguez Larreta?
— No siento eso. Creo en las capacidades. Si sos un buen gestionador, sos bueno vivas donde vivas, estés donde estés. Eso sí, con la idiosincrasia de conocer lo que estás gobernando, sin dudas. O, al menos, de venir con la experiencia de gestión. Nosotros fuimos intendentes con todos los estamentos de gobierno oficialistas, y somos intendentes con todos los estamentos de gobierno opositores. Nuestra opinión vale, y vale mucho. Lo que necesitamos es terminar con las discusiones que no nos conducen a ningún lado, pensar en la gente y que nos preparemos para lo que viene que quizás sea una de las últimas posibilidades para nuestro país.
— ¿Puede haber un “efecto Milei” en la provincia, con un voto antisistema que condicione a los partidos tradicionales?
— El crecimiento de Milei es culpa de la dirigencia política. No hay que echarle la culpa a él y mucho menos a la gente que decidió acompañarlo con su voto. Igual, no comparto lo que Milei piensa y tampoco lo votaría.
— ¿Juntos por el Cambio debería aliarse con Milei?
— Hay que hablar con todo el mundo. Con Milei, con Espert, con Randazzo, hay que hablar con todas aquellas personas que tengan voluntad de transformar nuestro país de una vez y para siempre. No hay más chances. Yo tengo 50 años, voy a tratar de dejar todo lo que pueda para que mis hijas no se quieran ir del país. Creo en los gobiernos de coalición de verdad, que generen una representación política de todo el país, que puedan transformar la Argentina en las primeras cien horas con medidas que necesitamos con respecto al trabajo, a la industria del juicio, a las reglas trabas para las pymes, a la seguridad, a los gremios. Combatirlos no, pero no permitir que los trabajadores sean rehenes de esos gremios y buscar los equilibrios. No puede ser que tomar un empleado en este país sea una mala palabra. Entonces, si eso sucede se recupera el empleo, si se recupera el empleo se recupera la inversión y si se recupera la inversión se genera esa rueda fortuita de que la plata empiece a girar. En La Plata, viene una persona para invertir en nuestra ciudad y la cuido como si fuese el angelito de la guarda, la pongo en la mesa de luz y tomo un café con él hasta convencerlo de que invierta. Porque esa inversión que implica 100 puestos de laburo son 100 familias que van a consumir en la rotisería, en el kiosco, en el almacén, en los juegos para el nene, en la ropa. Por eso tenemos dejarnos de joder con las peleas, las discusiones, las acusaciones con los dedos, el “ah, pero”. Pongámonos a laburar todos en una misma mesa. Es mentira que todos pensamos tan distinto. Cuando nos juntamos a charlar los intendentes de todos los partidos, hasta incluso con gente de La Cámpora, todos al final del día queremos lo mismo, quizás utilicemos distintos caminos para llegar, pero vamos al mismo lugar.
— ¿A qué candidato presidencial del PRO elige? ¿Macri, Larreta o Bullrich?
— Estamos trabajando desde hace mucho tiempo con Horacio (Rodríguez Larreta). Hay más candidatos, pero eso lo dirán la gente y el tiempo. Si tiene que ser Horacio, lo vamos a acompañar. Estamos trabajando para eso. Después la sociedad dirá cuál es el que mejor llega. Y si hay otro candidato que llega mejor, ahí estaremos.
— ¿Macri ayuda o confunde cuando sigue dando la sensación de que puede competir de nuevo por la Presidencia?
— La opinión de Macri es necesaria porque es un ex presidente de nuestro país, tiene experiencia. Es el fundador del partido. Es el que nos impulsó a todos a estar en estos lugares. No creo que Mauricio Macri comparta la pelea, la discusión. El aporte de una persona que fue presidente es muy importante siempre.
— Algunos “halcones” asocian a Rodríguez Larreta con la imagen de un dirigente tan moderado que no quiere hacer reformas profundas y que quiere negociar con los factores de poder de siempre. Bullrich ha dicho que piensa lo contrario. ¿Qué opina?
— Las elecciones no se ganan con los extremos. Se ganan con los extremos y con el medio. El medio son los independientes, son los que nos hicieron ganar un gobierno en el 2015, perder un gobierno en el 2019 y que gane Alberto Fernández. Las propuestas que tiene Horacio son de grandes transformaciones de nuestro país. Quizá todavía no las presentó públicamente, pero él te habla de cómo garantizamos generar laburo, cómo le damos reglas claras a las pymes, cómo vamos a trabajar la reforma que necesita nuestro país para que de una vez corte esas amarras y empiece a navegar. Y, por supuesto, trabajar en un gobierno donde todas las expresiones políticas sean parte de la gestión y las decisiones se tomen de verdad y se puedan llevar a cabo, no tirando piedras en un Congreso. Estoy absolutamente convencido de que Horacio está capacitado para eso. Tiene una enorme experiencia de gestión. Y una enorme credibilidad porque es un dirigente que cree en la política como herramienta de transformación. Es un gran candidato. Tengo una relación excelente con Patricia y con Mauricio. Los respeto mucho. Pero lo que tiene Horacio es algo que quizá varios hoy no tienen y es que él está gestionando. Él está gobernando la capital de los argentinos.
— ¿Cómo se resuelve la candidatura presidencial del PRO? ¿Por algún mecanismo como internas partidarias o lo que surja de las encuestas, como cree Larreta, o directamente por las PASO, como quiere Bullrich?
— Nosotros tenemos que estar acompañando al que mejor esté. No podemos hacer espectáculos con la gente y hacer ir a votar una o dos veces más. Es una locura ir a una PASO donde haya una lista de la UCR y que el PRO vaya dividido en dos. Creo en la unidad, en los principios y valores que venimos laburando en todos estos años. Quizás eso nos fortalece más. Si tenemos la grandeza de ir a competir y luego juntarnos, se verá. Pero no soy partidario de competir entre nosotros. Sí de competir con los integrantes de nuestro frente, algo que nos fortaleció. Que hayan competido Facundo Manes y Diego Santilli en la provincia de Buenos Aires, como quedó demostrado, nos fortaleció.
— ¿A nivel nacional es un riesgo que se pueda dividir el voto?
— A nivel nacional es un riesgo. Una cosa es una interna del frente y otra es que cada partido del frente tenga su interna. En el 2015, Mauricio Macri tuvo que pasar una interna con Sanz y Carrió y fue el ganador y luego Presidente. Eso fortaleció mucho. Macri es producto de una interna. Yo también soy producto de una interna, tuve que competir con otras dos listas en mi ciudad en el 2015 para luego quedar mano a mano con el entonces intendente. Las internas fortalecen. Lo que no podemos hacer es dividirnos entre nosotros. Esas discusiones se deberían agotar en otros ámbitos, en el partidario, en la mesa de discusión política, pero no con la gente.
— Usted fue procesado en el caso denominado “Gestapo” por haber participado junto con empresarios de una reunión en el Banco Provincia, en 2017, donde se habló de las causas judiciales vinculadas al sindicalista de la UOCRA Juan Pablo “Pata” Medina. ¿Qué explicación puede dar? ¿Está arrepentido?
— Un fallo judicial te puede poner triste o te puede poner contento. A mí me debería haber puesto contento ese fallo porque estoy absolutamente convencido de que lo que hice fue por los platenses.
— ¿En qué sentido?
— Fui a escuchar a los empresarios, y no era la primera vez, era la número 25. Nos encontramos en el municipio, en el supermercado, en el club, en la cancha. Fui a una reunión a escuchar y en un momento dije “hay que poner los huevos arriba de la mesa y confiar en la Justicia”. ¿Cuál era el temor de ellos? Que el poder político no se metiera a frenar una denuncia penal. Antes, ellos denunciaban y los políticos de turno de la ciudad y de la provincia llamaban al fiscal y frenaban la causa. Éste era el miedo de ellos. ¿Y sabe qué les pasaba cuando sucedía eso? Los muchachos se les aparecían en las casas y amenazaban a la mujer. Ellos se querían garantizar que la política no se iba a meter. De eso se habló en la reunión. El miedo de ellos era ese, no denunciar. De hecho ya había diez denuncias anteriores. Al sindicalista Medina lo detienen por una causa anterior a ésta. Ellos se querían asegurar que los íbamos a acompañar, y yo lo que hice fue defender a los platenses contra el Pata Medina. Eso me permite todas las noches apoyar la cabeza en la almohada y dormir tranquilo. Lo que hice es lo que tiene que hacer cualquier dirigente político, es no hacerse el distraído y hacerse cargo de los problemas que tiene su gente. Si a mí me llama mañana doña Rosa, me hace ir a la casa a las once de la noche, me espera con cinco vecinas y me dice que en la esquina de su casa venden droga, voy a la Fiscalía y lo denuncio para que los metan presos. A doña Rosa podría decirle que sí a todo y hacerme el gil. Como también les podría haber dicho a los empresarios a todo que sí, hacerme el gil y cerrar con el Pata Medina. Pero con la mafia no transo.
— ¿Fue parte de una mesa judicial para armar causas contra sindicalistas?
— No, lamentablemente este tema cae en la grieta política. Fueron dichos desafortunados los de la Gestapo, pero es un tema que se politiza.
— ¿Cree que se utiliza políticamente?
— Se utiliza políticamente. Siempre estuve a disposición de la Justicia, me presenté el primer día y si tengo que ir, voy. No tengo nada que ocultar. Confío en la Justicia para que un día esto tenga un final y por eso soy tan respetuoso de la institución. Pero hice lo que tenía que hacer, que es ir a escuchar a mi gente, que eran empresarios platenses que la pasaban mal, los extorsionaban, amenazaban a sus hijos, no podían laburar. ¿Cómo no voy a ir?
— ¿Piensa que con este caso se perdió el foco en lo que representó el Pata Medina?
— Estamos todos locos. Con esto la víctima pasa a victimario y el victimario, al lugar de la víctima. El bueno al lugar del malo, y el malo al lugar del bueno. Esto puede llevar a que antes de denunciar algo uno se pregunte las cosas cinco veces. ¿A ver si denuncio y voy en cana? Da esa sensación cuando se invierten estos roles. ¿Por qué piensa que la gente no denuncia tanto o no denuncia? Porque no hay confianza en la Justicia, en la política. Hay que reconstruirlo todo. Dejar de hacer política con la Justicia, respetar la división de poderes, que haya instituciones independientes, una Corte que sea libre de opinar y de fallar lo que quiere y que la política tenga que obedecer o apelar, pero permanentemente no podemos meter todo en un balde de grieta y politizar todo. No corresponde.
— Si no es candidato a gobernador, ¿buscará competir por otro mandato en la intendencia?
— Ojalá que haya posibilidades de generar más candidatos. Siempre es bueno contar con más alternativas. También es bueno el aire nuevo. Ahora, también es cierto que los posicionamientos no son fáciles en una ciudad tan grande como la nuestra, de más de un millón de habitantes, con muchas problemáticas. Ojalá que se pueda trabajar en eso. Y si no, vamos a hacer todo el esfuerzo que sea posible para que la ciudad no sea manejada por La Cámpora. Ahí está mi compromiso.
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