Matías Capoblanco desde hace veinte años que recoge cartón en La Matanza. Tiene una camioneta y trabaja con su hermano y su cuñado por las localidades de la periferia del municipio: Aldo Bonzi, Tapiales, La Tablada. Obtienen entre 200 y 250 kilos por día de residuos reciclables, de los cuales, el 80% es cartón. En su rutina, aseguró, hubo un cambio. Él, al igual que otros cooperativistas y recicladores, vieron que el precio por kilo de cartón bajó entre 4 a 5 pesos en las últimas semanas. Para una actividad de supervivencia y en la informalidad, la variación es definitoria para alimentarse.
“El que está solo y no tiene organización termina muriendo en un intermediario, porque se puede abusar de él por el precio, con la balanza o por su cara. Al que está solo le cuesta el triple”, señaló Capobianco, que también es vocero del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de La Matanza.
Unas 150 cooperativas nucleadas en la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) advirtieron que “peligra el reciclaje” en todo el país. Según este sector, las empresas que compran cartón paralizaron la compra del material porque se encuentran “sobre-stockeadas”. Además, “plantean reducir el precio entre un 10 y 30 por ciento, después de cuatro meses de precios congelados e inflación de más de 20 puntos”. Para las 150 mil personas que viven de esta actividad, señalaron a través de un comunicado, la situación los “pone en riesgo” de subsistencia.
“El cartón es más o menos entre el 60 y 80% de los ingresos de los recicladores. No aumentaba desde diciembre, y ahora lo tenés con los precios para abajo. Todas las personas que estaban en la línea de pobreza o indigencia no sé cómo van a hacer para subsistir”, indicó a Infobae Alejandro Valiente, asistente técnico de la FACCyR.
Aunque la recolección de residuos parezca, a primera vista, lejana a las disputas de poder político, la preocupación por el precio del cartón surca la confrontación y el conflicto en el Frente de Todos por la dirección de la política económica. Involucra a la FACCyR, y en particular el MTE, un sector que tiene como referente a Juan Grabois, dirigente social alineado con el kirchnerismo. Esta rama forma parte de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), que en la conmemoración por el Día del Trabajador planteó con dureza reclamos al Gobierno para que se sancionen con proyectos de ley destinados a los trabajadores informales.
El dirigente del Frente Patria Grande, junto su núcleo de cooperativistas, responsabilizan al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, por habilitar la importación de cartón y “basura norteamericana” que impactan negativamente en los ingresos de los recuperadores, lo que abre la puerta a una “crisis ambiental y económica” en los municipios porque los recuperadores “no pueden vender el cartón que recuperan”.
“No hemos sido oportunamente escuchados y un año y medio después nos encontramos ante una crisis laboral y ante un posible colapso en la gestión de residuos”, sostuvo el gremio de recicladores que exige la implementación de un Plan Nacional de Reciclado.
El reciclado es una industria consolidada que interviene en procesos de fabricación de papel, cartón y empaques para las empresas de consumo masivo, principalmente. El papel y cartón reciclados, junto con la fibra virgen, integran una cadena de valor como insumos en la producción de diferentes tipos de papel y cartón, que luego son comercializados como bienes finales y como bienes intermedios para la elaboración de envases de fábricas y empresas.
Los cartoneros y recuperadores urbanos se encargan de vender este material, pero no de manera directa. Las cooperativas y recicladores individuales, por lo general, venden los desechos recuperables a intermediarios, comos los “galponeros” o “recorteros”. Estos acopiadores de cartón compran los residuos en pequeñas cantidades, para luego compactarlos y venderlos a la gran industria. En algunos casos, las cooperativas adquieren compactadoras y suministran el insumo de manera directa a las empresas.
Es en los eslabones del entramado productivo con pagos a destajo donde el mercado se está achicando. En plena aceleración de la inflación, la economía doméstica de muchos cartoneros tiende a agravarse.
“Los recorteros bajaron el precio y las fábricas lo hicieron un poco menos o lo mantienen, pero disminuyeron el ritmo de retiro de los cartones. Antes el retiro se hacía tres veces por semana, y ahora lo hacen dos veces o directamente no vienen en las localidades más lejanas de las ciudades”, describió Valiente. “En los recorteros, el precio bajó entre 30 y 35 pesos el kilo de cartón suelto a 22 pesos”, agregó.
Según la hipótesis de la federación de recuperadores, lo que modificó el escenario son las importaciones de algunos de los insumos de papel. De acuerdo al Observatorio de Economía y Políticas Públicas (OCEPP), que encabeza el economista y diputado nacional del Frente de Todos, Itai Hagman, se produjo un incremento en 2022 de tres bienes clave para el sector en comparación con el ciclo 2015-2019 de Mauricio Macri. Lo que se conoce como “recortes de papel” crecieron en el primer trimestre un 31%, en comparación interanual con el ciclo anterior, mientras que el “papel Kraft en bobinas” subió 17 por ciento. El salto más relevante que supera “el promedio histórico de la pre pandemia” se da en el “papel acanalado en bobinas”, que se utiliza para el armado de cajas. Ese material, proveniente en su mayoría de Brasil, tuvo una suba del 113 por ciento.
En plena pandemia, los cartoneros pudieron vender más residuos recuperables porque había “bajado la rigurosidad de los controles de calidad”, a raíz de la escasez que había generado el fuerte incremento de la demanda mundial del papel. La situación es muy distinta ahora. “Cuando no había suficiente cartón agarraban todo, como los envases de huevos o los tetrapack de vino, que tienen polietileno y aluminio. Ahora no quieren comprar o compran menos”, puntualizó Valiente.
No fue el único punto de conflicto que protagonizó este sector de los movimiento sociales. En la Ciudad de Buenos Aires, el MTE realizó una protesta en reclamo de paritarias y mejoras en los Centros Verdes del gobierno porteño que terminó con 13 detenidos. En ese contexto, luego de cuestionar a Horacio Rodríguez Larreta por la respuesta policial, Juan Grabois abrió fuego amigo hacia la política comercial de la gestión de Alberto Fernández, por alentar la llegada de “basura norteamericana y de bobinas”. Además, advirtió que “si bajan los precios del material, obviamente no hay incentivos para juntarlos y terminan en los basurales a cielo abierto o, peor, en el océano”.
Acostumbrado a las críticas de Grabois, Matías Kulfas cruzó al dirigente social. “Las importaciones de residuos no son administradas por el Ministerio de Desarrollo Productivo sino por el Ministerio de Ambiente, y no tengo conocimiento de que dicho Ministerio haya aprobado la importación de ´basura norteamericana’, expuso. Y reconoció que Argentina si bien “importa determinadas especificaciones de papel y cartón (bienes finales, no residuos) no se producen en el país y son necesarias para las industrias”, aquellas que provienen de los Estados Unidos “se vienen reduciendo y cayeron la tercera parte”, afirmó en declaraciones a FM Futurock.
En la misma línea, Kuflas remarcó que hay un “diagnóstico equivocado” sobre la industria y prometió que, ante la “volatilidad en el precio de los residuos” y los problemas derivados de la informalidad, se está trabajando en un régimen especial que creará una “nueva normativa” junto al ministerio de Ambiente que permita fijar precios de referencia en los residuos. “Esto va a ser bueno para transparentar para los que no tienen ningún mecanismo de defensa y que los cooperativistas no queden expuestos”, remarcó el ministro.
La falta de “transparencia” tiene consecuencias directas en la economía de los recicladores. Sobre todo en lo que refiere a los abusos de parte de los intermediarios. “Algunos tienen la balanza electrónica chipeada para pesarte menos, o te usan un imán. Otros, con un bolsón de 63 kilos de cartón, te descuentan 4 o 5 kilos por el peso del lienzo, que es mucho. Esto impacta muy fuerte en el bolsillo y en la comida. Puede ser comer un kilo de carne menos”, graficó Capoblanco.
Con propuestas bajo análisis, desde la UTEP indicaron que la mesa técnica entre Desarrollo Productivo y Ambiente para abordar la cuestión de la importación del papel y la regulación del reciclaje aún “no prosperó”. Solo se derogó una normativa que flexibilizaba la importación durante la administración de Mauricio Macri. Pero buscan medidas más ambiciosas, como la protección del mercado del cartón y el papel, como se hace en otras áreas de la producción como “la industria textil” o la sanción de la Ley de Envases con Inclusión Social.
Con esa agenda pendiente, Grabois advirtió, una vez más, que el malestar crece en la base social del oficialismo: “Nuestra base nos está reclamando con absoluta razón, acción y resultados, no palabras, proyectos de leyes que nunca salen y promesas que no se concretan. Nos piden, al menos, que no vayamos para atrás”.
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