El Senado reanudó este mediodía el debate en comisión sobre la reforma en la composición de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con la apertura de una ronda de expositores, todos invitados por el oficialismo, que incluyó a constitucionalistas y representantes del Poder Judicial. En ese marco, el legislador kirchnerista Oscar Parrilli propuso invitar al Congreso a los integrantes del máximo tribunal de Justicia.
El primero de los expositores fue Gustavo Ferreyra, abogado constitucionalista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), quien se mostró a favor de la ampliación de los miembros de la Corte pero planteó dudas sobre la regionalización por zonas del tribunal.
“Es una tesis abierta y necesaria la ampliación, ya que es insostenible en este siglo una Corte de cinco miembros, máxime que no hay ninguna mujer”, sostuvo, y se pronunció a favor de “quebrar de una vez por todas este escaso abanico” en la conformación del máximo tribunal. Aunque señaló que cuando el Presidente Fernández lo consultó sobre el número que debería tener la Corte le dijo “nueve”, Ferreyra consideró que la Corte debería estar integrada por un número de “por lo menos dos dígitos, quizá 15 jueces”. En ese sentido, cuestionó que actualmente “tres magistrados constituyan una mayoría” y dijo que no propiciaría la división del cuerpo por salas.
La segunda expositora fue Marisa Herrera, quien se mostró a favor de la ampliación, entre otras razones, por la cantidad de causas que tiene que llevar adelante “Hoy tenemos entre 24.000 y 27.000 causas por año en la Corte Suprema y esta es una bola de nieve que, si no tenemos una medida o si no se hace algo, nunca vamos a contar con un Poder Judicial diferente que se anime a mirar a la ciudadanía a la cara”.
La abogada e investigadora del Conicet señaló que “no es cierto” que no se haya hablado en el Consejo Consultivo sobre la ampliación de la Corte e hizo referencia a que “sólo Panama y Uruguay, que tienen poco más de cuatro y tres millones de habitantes (respectivamente) tiene una Corte de 5 miembros, mientras que la Argentina alcanza una población de alrededor de 45 millones de habitantes”.
“El mapa de género que hace la oficina de mujer de la Corte Suprema dio en 2020 que en el ámbito federal solo el 25% son mujeres, en 2021 no cambió nada. El techo de cristal está a la vista, hacer este proyecto con paridad de género es una obligación”, expresó Herrera.
Quien tuvo un discurso mucho más “político” que sus predecesores fue el exjuez federal Carlos Rozanski., quien se emocionó luego de hacer un recorrido y de señalar el proyecto de ley de democratización de la Justica “que se presentó en 2013 en la Cámara de Diputados”.
En ese sentido, el ex magistrado señaló que “ampliar la Corte es imprescindible como también la regionalización. Tenemos que asumir lo que está pasando en el Poder Judicial, y qué responsabilidad tenemos para afrontarlo con la profundidad que el tema justifica”.
A su turno, el titular de Abogados por la Justicia Social, Emanuel Desojo, señaló que habían sido invitados a la comisión en el Senado porque “hay una Corte Suprema que no funciona para el campo jurídico, para abogados que trabajan cotidianamente en el sistema y para la sociedad. Es una Corte con carencia de legitimidad. Hay que analizar qué causas llegan y qué causas queremos, como Nación, que resuelva la Corte Suprema. No podemos tener una CSJN que vuelva a resolver lo que ya resolvieron otros dos tribunales, es imposible e inviable para que funcione bien”, señaló.
“Hoy en la Corte tenemos un derecho único que tiene que ver con la protección de los derechos individuales, más que lo que representan los derechos colectivos”, señaló el ex juez Luis Arias. “Tenemos que ampliar el número de miembros y debemos discutir el perfil de los y las postulantes, hay que superar la cuestión de la idoneidad técnica porque es una condición necesaria, pero no suficiente para el ejercicio de la magistratura. Si hay un juez que se ha destacado en su vida profesional por defender ciertos intereses poderosos, creo que debería haber un juez o una jueza indígena, de las minorías sexuales, una variedad de trayectorias e ideologías que van a aportar distintas visiones que las que actualmente tenemos, que exponen un discurso único”, señaló Arias.
El ex juez también se mostró en desacuerdo respecto de la posibilidad de separar en salas a la Corte Suprema como propone alguno de los proyectos: “La Corte debería trabajar en pleno, en especial cuando se va a enfocar en causas que generan doctrina”.
Joaquin Da Roca, de la Fundación de Estudios para la Justicia, dijo que el Poder Judicial, “al igual que el Ejecutivo y el Legislativo, es un poder político” y por eso adhiere a la propuesta en cuanto a que “debe tratar de estar integrado por distintas visiones políticas para que sea representativo como son los legisladores”.
Respecto del número de integrantes, Da Roca justificó su idea de que se debe ampliar señalando que “la Constitución Nacional de 1853 fijó en 9 miembros la Corte Suprema y no menos que ese número debería tener, esto porque así habrá más pensamientos distintos, mayor diversidad y, además, más representatividad federal”.
“Con la reincorporación de una ley que había sido derogada -en alusión al Consejo de la Magistratura-, lo que estamos viendo es una seguidilla de fallos de la Corte con parcialidad, con instinto de clase, que requiere de una modificación sustantiva a la Corte”, señaló el constitucionalista Eduardo Barcesat.
“Esta Corte ha quebrado las reglas constitucionales. No solamente se quebranta la institucionalidad con un golpe militar sino también cuando algún poder con legitimidad de origen excede el marco de sus competencias constitucionales para apoderarse del de los otros. El Congreso tiene que emitir una declaración que recupere sus incumbencias constitucionales y ponga en caja a la Corte”, sentenció
La perla de la reunión quedó para el final: al término de la comisión se pasó a un cuarto intermedio para el miércoles de la semana que viene y Parrilli propuso invitar a los miembros de la Corte.
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