El proceso de reclamos es lento pero continuo. Un goteo persistente. La Argentina ya está inmersa en un tiempo electoral que transita en paralelo con la agenda política del Gobierno y que está también en el centro de la agenda de la oposición.
Tal es así que en Juntos por el Cambio discuten alianzas electorales de cara al 2023, mientras que el kirchnerismo levanta la voz para que la jefa del movimiento tome mayor protagonismo el año próximo. Falta poco más de un año para las elecciones presidenciales. Se empezaron a vivir en forma adelantada.
A lo largo de los últimos días se multiplicaron las apreciaciones de dirigentes K que manifestaron sus ganas de que Cristina Kirchner sea candidata en las próximas elecciones. El primero en levantar la mano fue el Jefe de Asesores del gobierno bonaerense, Carlos Bianco, amigo y hombre de extrema confianza del gobernador Axel Kicillof.
“Mi candidata a la presidencia es Cristina”, sostuvo durante una entrevista con Letra P. Y remató: “Constitucionalmente, Alberto tiene la posibilidad de ir a una reelección; después, es una definición política de él, de su grupo y de nuestro frente”. Ningún kirchnerista defiende con fervor una posible reelección del Presidente.
Bianco le dijo a su círculo de gente más cercana que él se encargó de decir lo que muchos pensaban desde hace tiempo y nadie se animaba a decir. Puso en palabras una expresión de deseo pero, sobre todo, una convicción que va ganando volumen dentro del kirchnerismo y que tiene como fin pedirle a la Vicepresidenta que sea candidata en los próximos comicios.
El fin de semana pasado fue la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, la que pidió que Cristina Kirchner sea “presidenta vitalicia” luego de cuestionar a Alberto Fernández y al ministro de Economía, Martín Guzmán: “Nos mienten, va a aumentar todo y no vamos a tener sueldo para vivir”.
“Por suerte tenemos esta Presidenta que la queremos Presidenta para siempre, vitalicia, nuestra querida Cristina que, aunque sea lo que sea, va a ser Presidenta siempre en nuestro corazón. Es brillante en lo que hace y nos da mucha esperanza”, señaló la dirigente social.
Si bien Bonafini no ocupa una función en el Gobierno ni en el esquema político K, su alineamiento al kirchnerismo es absoluto y sus criticas tienen rebote en la escena política, ya que es una dirigente muy cercana a la Vicepresidenta, que ocupa un rol destacado al frente de las Madres de Plaza de Mayo.
En el entorno de la ex presidenta aseguran que Cristina Kirchner no ha dicho absolutamente nada sobre las manifestaciones públicas que reclaman que se involucre en una candidatura el próximo año. Por ahora reina el silencio. Tampoco el líder de La Cámpora y diputado nacional, Máximo Kirchner, se refirió al tema.
En el peronismo alineado a Alberto Fernández ha tomado mucho volumen la idea de que el kirchnerismo, con al Vicepresidenta a la cabeza, está concentrándose en la provincia de Buenos Aires, el reducto electoral más importante para el mundo K, y que busca fortalecer el esquema propio, seguros de que el Frente de Todos perderá las elecciones presidenciales del 2023.
Entienden que se están anticipando a un resultado que aún es incierto y que por eso están hablándole cada vez más seguido a los propios. Se trata de reforzar el núcleo duro para mantener el poder de fuego si les toca volver a la vereda opositora. En esa hipótesis, que ronda todos los despachos oficiales, el peronismo sufriría una fragmentación similar a la del 2015.
“Son un grupo que retrocede a las piñas y no están viendo lo que sucede”, exclamó un funcionario cercano al Jefe de Estado, que no termina de entender cuál es la jugada que están planeando en el kirchnerismo duro y que no contiene la necesidad de fortalecer el mismo gobierno que integran.
Un ministro del Gabinete reflexionó sobre el futuro K en el corto plazo. “En el 2017 Máximo la convenció a Cristina que tenía que jugar para mantener el núcleo de votantes. En el 2019 le dijo lo mismo pero ella consideró que no llegaba y por eso se inclinó por Alberto. En el 2023 quizás vuelva a intentar con la misma idea”, especuló.
El diputado de origen radical y cercano a la Vicepresidenta, Leopoldo Moreau, también se refirió al futuro de la Vicepresidenta durante el fin de semana y se mostró ilusionado con una posible candidatura de Cristina Kirchner. En ese sentido, dejó en claro qué rol juega cada uno dentro de la coalición de gobierno.
“Está claramente definido en el Frente de Todos que hay un liderazgo y una centralidad política que es innegable, que es Cristina Kirchner. Por el otro lado, en términos institucionales hay un dato insoslayable: el Presidente es quien toma las decisiones finales. Él tiene la última palabra, pero no la única. Y eso es lo que está ahora en cuestión”, sentenció.
El titular del Sindicato de Obreros Curtidores (SOC) y ex diputado nacional, Walter Correa, aseguró que “siente ganas” de votar a Cristina Kirchner en las próximas elecciones. “El peronismo es un sentimiento y uno a veces tiene que hacer lo que siente”, explicó durante una entrevista radial.
Así, lentamente, se empezó a instalar la intención de realizar un operativo clamor para que la Vicepresidenta busque un nuevo mandato al frente de la Casa Rosada. En el plano de las encuestas, Cristina Kirchner no tiene un correlato positivo. La gran mayoría marcar un rechazo muy alto sobre su figura, con una imagen negativa que ronda el 60%.
En el kirchnerismo reniegan de la estrategia que ha adoptado el jefe de Estado de “ignorarlos” durante la gestión, debido a los constantes cuestionamientos. Sin embargo, no frenan las críticas contra la gestión del mandatario y, sobre todo, contra la del ministro de Economía, Martín Guzmán. No solo eso, cada semana desgastan un poco más la gestión del gobierno nacional.
La división de la coalición oficialista está cada vez más marcada. Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen sin hablarse y la especulación sobre el futuro electoral del peronismo es cada día mayor. Sobre todo porque los índices de inflación que proyectan las consultoras privadas hablan de un cifra cercana a los 60 puntos, un nuevo indicador que podría cortar de raíz cualquier idea de reelección del peronismo.
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