En el marco de la interna que atraviesa la coalición gobernante, que hoy sumó varios capítulos con los dichos de Andrés “Cuervo” Larroque y de los dos principales protagonistas, Alberto Fernández y Cristina Kirchner, una senadora kirchnerista criticó una decisión del Presidente sobre la obra hidroeléctrica Portezuelo del Viento.
“No comparto la decisión de @alferdez si es que hace referencia a nuevos estudios y no cuestiones pendientes que deba presentar el gobierno de Mendoza. Lo digo con todo el respeto que se merece la investidura presidencial”, comenzó Anabel Fernández Sagasti en un hilo de mensajes que publicó en Twitter. La senadora, cercana a la Vicepresidenta, se refirió así a las palabras de Alberto Fernández, que había laudado a favor de La Pampa en la disputa que mantiene desde hace años con Mendoza, provincia a la que representa Sagasti en la Cámara Alta, por la millonaria obra.
“Me han pedido que hagamos un estudio de impacto ambiental sobre los efectos que podría generar la construcción de esa obra hídrica. Y yo voy a hacer lugar a que se haga ese estudio”, había afirmado el primer mandatario, perjudicando a la posición pampeana. “Se está privilegiando una postura caprichosa y demagoga como la de La Pampa. Nadie está pensando en lo importante y estratégica que es esta obra para la Argentina y para el trabajo de miles de mendocinos y empresas de nuestra industria metalmecánica a través de IMPSA”, continuó apuntando Sagasti en su cuenta oficial.
“(Rodolfo) Suárez y (Alfredo) Cornejo no movieron un dedo por más de dos años para avanzar en la concreción de esta obra, deben estar festejando en silencio. Seguimos perdiendo oportunidades. Están desesperados por usar ese dinero sin visión estratégica porque no tienen proyectos hidroeléctricos concretos de similar envergadura. Atentos mendocinos con lo que van a querer hacer con estos fondos”, concluyó la senadora.
El punto de partida para concretar la obra hidroeléctrica Portezuelo del Viento fue en la década del ‘50 y la llegada es aún una meta difusa. La construcción de la represa que empuja Mendoza, pero que debe recibir la aprobación de Buenos Aires, La Pampa, Río Negro y Neuquén, debido a que se haría con agua que proviene del Río Grande, el principal afluente del Río Colorado, que atraviesa las cinco provincias, se convirtió en un conflicto interjurisdiccional que se potenció cada día y se extiende en el tiempo sin solución aparente.
El principal contrapunto sobre cómo llevar adelante la obra y cómo gestionarla lo tienen Mendoza, que actualmente es gobernada por el radical Rodolfo Suárez, y La Pampa, que la conduce el peronista Sergio Ziliotto. “El Río Colorado es propiedad de las cinco provincias. A partir de ahí las decisiones sobre lo que hay que hacer las debemos tomar entre todos”, advirtieron desde el gobierno pampeano a mediados de 2020. En territorio cuyano sienten el fastidio de un acuerdo que nunca se cierra. “El problema que tenemos es que nunca terminamos de saber que quiere La Pampa. Hay cierto hartazgo. Es una película que no termina nunca. Que siempre vuelve a empezar”, sostuvieron en el Gabinete mendocino por ese entonces.
Para seguir el desarrollo del proyecto hidroeléctrico se creó el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado (COIRCO), que está integrado por las cinco provincias y que tienen dos organismos internos: el Consejo de Gobernadores y el Comité Ejecutivo. El primero lo componen los cinco mandatarios provinciales y es el máximo órgano. El que toma las decisiones finales. Pero tiene una particularidad. Las aprobaciones tienen que ser unánimes. Si no hay coincidencia, es el Presidente el que debe decidir. Por eso la decisión de Alberto Fernández y la crítica de Sagasti.
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