Enfrentarse o no al PRO. Ese es el dilema que hoy divide a los máximos referentes de la UCR que, además, se perfilan para ser candidatos a presidente, como lo son Gerardo Morales y Alfredo Cornejo. En sus entornos aumentan las acusaciones cruzadas sobre supuestos negocios con Horacio Rodríguez Larreta y el propio Gobierno. De cara al 2023, las discusiones en el partido se centran más en las alianzas que deben o no permitir -como fue el caso de Javier Milei- que sobre cómo dirimirán la elección del candidato que los representará en las PASO. Algunos creen que la situación “decantará” y cada aspirante analizará sus posibilidades, mientras que otros apuestan a fórmulas mezcladas con el partido que fundó Mauricio Macri. Pero, en el fondo, todos ponen sus fichas a la “novedad”: Facundo Manes.
La última reunión que organizaron en el nuevo comité provincial de La Plata fue bisagra: un sector evaluó el encuentro de forma positiva por haber “recuperado el vestuario”, en referencia a las contadas veces que logran reunirse, y otro sector se retiró fastidioso por la desorganización y la ausencia de estrategias claras. “Hablaba gente que nunca vi en mi vida o que no entendía por qué estaban invitados”, protestó un alto referente en diálogo con este medio. Pero, como adelantó Infobae, ese día se planteó la preocupación por el endurecimiento del discurso de Mauricio Macri y su acercamiento a Milei, lo que puso en peligro la unidad de Juntos por el Cambio.
Si bien el propio Macri desestimó la incorporación de Avanza Libertad a la coalición -con la disconformidad de Patricia Bullrich- el factor Milei representó uno de los síntomas del quiebre que hoy vive la UCR. “Le están dando una importancia que no merece”, repite un radical que, justamente, se había ido disconforme de la reunión en La Plata. En su análisis, en una elección polarizada como se avecina para el 2023, una figura como la del economista liberal no llega a un ballotage y, como consecuencia, no tiene peso para incorporarlo en las discusiones del espacio.
Pero el problema de fondo que hoy enfrenta a Morales y Cornejo es la relación con el PRO. Desde Jujuy acusan al ex presidente de la UCR de responder a Macri y denuncian que dejó una administración “floja” en el partido. Los más allegados al gobernador se animan a deslizar que el mendocino ya arregló su candidatura a vicepresidente con Rodríguez Larreta y que su futuro será similar al de Martín Lousteau, quien perdió varias batallas en las internas del espacio. “¿Quién les asegura que Horacio les va a cumplir?”, cuestionan los referentes más tradicionales.
La Convención del 2015 en Gualeguaychú y el rol del partido en el gobierno de Cambiemos (2015-2019) son los dos hechos que brotan en todas las conversaciones de los radicales. El sector que responde a Morales cree que el error fue dejar a Macri gobernar solo y que, con una UCR “fortalecida”, esa postura no se repetirá. Es por eso que el jujeño insiste en diferenciarse del PRO y atacar al ex presidente pese a los insistentes consejos de su aliado Ernesto Sanz para que se enfoque en divulgar sus logros y la gestión en su provincia.
“El problema es quedar pegado con el Gobierno, no con el PRO, que es parte de la coalición”, responden cerca de Cornejo. Según pudo saber este medio, el ex gobernador de Mendoza se planta en una visión más global de lo que se juega el año que viene. Recuerda que los militantes radicales no suelen ser fieles al partido a la hora de una elección nacional y que la estrategia tiene que ser pensada en esos términos. Su equipo de campaña desconfía de las verdaderas intenciones que hay detrás de la candidatura de Morales: “Quiere usar al partido para negociar con el PRO. Piensa que va a poder pelear un Ministerio o cargos, en caso de ganar. Está equivocado, eso no va a suceder”.
La operación mediática -como la describen- que sufrió Morales sobre la supuesta negociación con Sergio Massa por el puesto de Roxana Reyes en el Consejo de la Magistratura, a cambio de votos para reformar la composición de la Corte Suprema, golpeó duro a la interna que vive la UCR. El trascendido lo tomó por sorpresa al gobernador, quien está convencido que el responsable fue Mauricio Macri. A sus allegados les reconoció que por esos días había recibido presiones para negociar, pero asegura que no estaba en sus planes entrometerse en los temas judiciales y menos con el ex intendente de Tigre, a quien no lo considera ni para una futura alianza con peronistas.
Su rival, Alfredo Cornejo, hizo una lectura simple con los suyos: son las consecuencias de mostrarse cercano al Gobierno y apoyar a Alberto Fernández, por ejemplo, con la negociación de la deuda con el FMI. Es más, algunos esperan a que se concrete la votación del proyecto del Gobierno sobre la Corte para ver cómo actúan los legisladores jujeños y, finamente, confirmar o descartar la versión periodística. Otros radicales no descartan que la operación haya salido del propio partido, conscientes de las divisiones que hoy los atreviesa.
Ante este escenario, Facundo Manes se presenta como la figura que podría sellar las grietas del partido y el candidato que podría lograr encolumnar a todo el radicalismo para el 2023. En territorio bonaerense -distrito clave e indispensable para ganar una elección ejecutiva- no se cansan de elogiarlo por sus números en las encuestas y el trato con la gente durante recorridas. Para la mayoría de los radicales de segundas líneas, el neurólogo representa la renovación del espacio y apuestan a su perfil alejado de las disputas partidarias para captar al votante desencantado con la política.
Pero no todo es color de rosa y nada se resuelve fácilmente. Aunque Cornejo apoya a Manes y apuesta a que la UCR se encolumne en un solo candidato, no descarta postularse a presidente por fuera de la UCR, pero dentro de Juntos por el Cambio. Su objetivo es juntar firmas y presentar una propuesta alternativa a la que hoy barajan las autoridades del partido centenario. Incluso cree que será una estrategia que se podría replicar en las intendencias y otras provincias, sumado a la posibilidad de acuerdos locales con el PRO.
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