(ENVIADA ESPECIAL).- La gira por Israel del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, junto a varios gobernadores, para conocer de cerca los procesos productivos y aceitar el vínculo bilateral, tuvo un final intenso. No sólo por la inminencia del viaje de regreso y el cansancio acumulado por la densa agenda de las anteriores cinco jornadas, sino por la demora en el consenso con la cancillería israelí sobre la información que se publicaría con el contenido de la reunión que había mantenido el miércoles con el presidente Isaac Herzog. Los detalles que se transmitirían a la prensa debían ser cuidadosamente consensuados, pero la recordación del Holocausto, de vital importancia en este país, coincidió con la fecha de la reunión, y obligó a postergar la difusión.
Finalmente, tres días después, cuando la comitiva ya se encontraba de vuelta en Buenos Aires y los gobernadores se disponían a regresar a sus provincias, se terminó de cerrar lo que se diría sobre lo conversado, que se transmitió en un cuidado comunicado oficial (antes se había instruido a todos los participantes para que no dejaran entrever detalles off the record, con el fin de resguardar las relaciones diplomáticas). El informe de prensa hizo foco, principalmente, en la cooperación para la producción, especialmente la agropecuaria.
El ministro camporista viajó en representación del gobierno de Alberto Fernández, pero en el comunicado no se mencionó al Presidente. Tampoco al canciller, Santiago Cafiero. En un momento donde levanta fuertemente el perfil a nivel nacional e internacional entre rumores sobre su precandidatura en la interna de 2023, De Pedro le habló a Herzog del “potencial productivo del país”, y pormenorizó: “La Argentina tiene dos millones de hectáreas en producción bajo sistemas de riego, con una proyección que puede extender esa superficie a 6 millones”.
“Todos coincidieron en que ambos países tienen economías complementarias, que deben unirse para potenciar la producción y el empleo”, dijeron desde Interior. Y resaltaron que presidente israelí comenzó “destacando la relevancia de la visita” y que “resaltó los históricos lazos de relación entre ambos países”. “Con los recursos que tiene Israel y los recursos que tiene Argentina, si cooperamos podemos alimentar al mundo”, le dijo Herzog a la delegación.
Del encuentro participó toda la delegación de funcionarios argentinos de la órbita nacional y del interior del país: el ministro de Ciencia, Daniel Filmus; su par de Agricultura, Julián Domínguez; el vicejefe de Gabinete, Jorge Neme; y los gobernadores Raúl Jalil, de Catamarca; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Gildo Insfrán, de Formosa; Rodolfo Suárez, de Mendoza, Arabela Carreras de Río Negro; Sergio Uñac, de San Juan, y Alicia Kirchner, de Santa Cruz; la ministra de Producción de La Pampa, Fernanda González; el ministro de Agua y Energía de La Rioja, Adolfo Scaglioni, el senador por Santiago del Estero, José Neder; y Mario Montoto, presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí (CCAI). Pero no se transmitieron sus comentarios.
Todos repasaron los resultados obtenidos en los encuentros bilaterales con funcionarios de distintas carteras del gobierno de Naftali Bennett. Así como en las visitas técnicas a plantas de riego, desalinización del agua y procesos de optimización de los recursos hídricos de las principales empresas de gestión de agua para la producción y consumo humano, como así también a los principales centros científico tecnológicos del país.
También se transmitió que conversaron sobre el convenio firmado entre el instituto Weizmann de Ciencias, donde intervino Filmus, y sobre el “acuerdo sobre la exportación de carne a Israel”, así como al respecto de los “avances en materia de intercambio tecnológico para la multiplicación de riego en Argentina”.
Por último, dialogaron sobre la visita que realizó la comitiva al Museo del Holocausto, en ocasión de conmemorarse hoy el Día del Recuerdo del Holocausto y el Heroísmo en Israel, donde además los referentes de ambos países expresaron su mirada acerca de los dos atentados ocurridos en Buenos Aires en 1992 y 1994 y coincidieron en el dolor que continúan representando para ambas sociedades la herida que han dejado los dos actos terroristas ocurridos en suelo argentino.
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