Desde que se hizo cargo de la Jefatura de Gabinete en septiembre de 2021, el tucumano Juan Manzur tuvo un papel fluctuante dentro del gobierno de Alberto Fernández. No se siente muy cómodo ante los periodistas y por eso, generalmente, eligió mantener el perfil bajo. Habló lo justo y necesario, acompañó al Presidente o a los ministros cuando se lo pidieron. Pero en los últimos días tuvo un mayor nivel de exposición pública, con tres apariciones televisivas en forma casi diaria.
La nueva visibilidad del ministro coordinador fue por pedida del jefe de Estado, que considera que la comunicación gubernamental debe reforzarse. Así, Manzur apareció durante tres días casi seguidos, el miércoles y el jueves de la semana pasada y este lunes, en entrevistas con diferentes canales de televisión. Al tucumano, que asumió como jefe de Gabinete el 20 de septiembre en medio del cimbronazo que provocaron las PASO, se lo vio en dos reportajes antes de llegar a la explanada de Balcarce 50 y también en su despacho del segundo piso de la Rosada, casi pegado al del Presidente, dando su opinión sobre la actualidad política del país.
Aunque en un primer momento algunos de sus voceros deslizaron que no se trataba de una estrategia, sino de “algo coyuntural”, las apariciones mediáticas del gobernador de Tucumán en uso de licencia estuvieron acordadas con el Presidente. Y fueron, siempre respetando su estilo sobrio y a la mañana bien temprano -suele llegar a la Rosada entre las 7 y las 7.30 durante los días de semana-, como para marcar la agenda del día.
Todos los jueves a las 9, habitualmente, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, brinda una conferencia de prensa a los periodistas acreditados en la Casa de Gobierno a agenda abierta. Cerruti quedó al frente de la Unidad de Comunicación de Gestión Presidencial a partir del 14 de octubre tras la renuncia en el área de comunicación de Juan Pablo Biondi, vocero de Fernández desde su asunción en 2019, a quien cuestionaban los sectores más duros del kirchnerismo.
Con la salida de Biondi, el Presidente nombró como secretario de Comunicación y Prensa a Juan Ross, quien hasta ese entonces era el director nacional de Publicidad Oficial. Ross había trabajado en la Secretaría de Medios durante el kirchnerismo, tanto con Enrique Albistur durante el gobierno de Néstor Kirchner, como con Alfredo Scoccimarro en la gestión de Cristina Fernández.
Al mes siguiente, Fernández anunció a Cerruti como vocera del Poder Ejecutivo. “A partir de hoy, será ella la portavoz de la Presidencia; una nueva figura que he tomado de algunas democracias europeas”, explicó el mandatario en aquella oportunidad resaltando que con la ex diputada buscaba “una comunicación clara, precisa y transparente”, además de continuar con “la vocación de avanzar en la igualdad de género y oportunidades”.
“Estará disponible para chequear toda la información que necesiten para juntos combatir los rumores y las noticias falsas que tanto daño hacen a una comunicación democrática”, dijo Alberto Fernández cuando se confirmó la designación en el puesto creado “como cargo extraescalafonario con rango y jerarquía de Ministro o Ministra”.
Ross pasó a encargarse de la comunicación y Cerruti -y su equipo- de la relación con los periodistas.
Las actividades diarias de Manzur, en cambio, siempre aparecen reflejadas en sus redes sociales, donde postea las reuniones en su despacho o las visitas que realiza. También su equipo difunde “enlatados” un tiempo después de cada audiencia, con las palabras del funcionario y de quienes transitan por su oficina o por algunos de los salones de la Rosada. Ahora, además de Cerruti, el jefe de Gabinete tendrá otro protagonismo.
Hubo otro detalle este lunes en el acto del Presidente que llamó la atención: que haya leído su discurso cuando presentó el nuevo plan de Salud Mental junto a Carla Vizzotti, la ministra de Salud de la Nación, en un hospital de Parque Patricios fue toda una novedad.
“Soy un abogado y es un tema delicado para mí, muy importante y que debemos tomar con mucha seriedad”, dijo Fernández a modo de introducción. Y completó: “Me suele gustar improvisar en mis discursos, pero creo que este no es un buen momento para que improvise. Es un buen momento para que lea algo sobre lo que reflexioné y reflexionamos en conjunto. Y para que sepamos hacia dónde debemos ir”.
Desde el área de prensa gubernamental le confirmaron a Infobae que la lectura de este lunes se produjo “porque se trataba de un tema muy específico”. Quedará entonces como un hecho excepcional. Fueron contadas durante su gestión las veces en las que Alberto Fernández eligió tener una ayuda escrita. Casi siempre, fiel a su carácter impulsivo, se guió por la improvisación y por su oratoria política aunque más de una vez tuvo un tropiezo importante. Sí utilizó el recurso en sus exposiciones en las aperturas de sesiones legislativas en el Congreso Nacional, con la ayuda de su grupo de asesores.
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