“La decisión que tomamos es doble: no solamente nos retiramos públicamente de Rusia y le pedimos al distribuidor ruso que retire del mercado las latas y neutralice el stock, sino que también nos alineamos, porque estas latas de alimentos ahora van directo a las fuerzas armadas ucranianas y los Comités de Autodefensa que están peleando contra el Ejército Ruso”. El que habla es Ricardo Fernández Núñez, propietario de Vinos de la Luz, un grupo vitivinícola internacional que tiene bodegas en Argentina, España, Italia y Estados Unidos; y empresas en varios países de Europa del Este, como Polonia, Hungría, República Checa y Ucrania. En Odessa, por ejemplo, tenía -y tiene aún- previsto abrir una nueva bodega con uvas autóctonas.
El dueño de la bodega española La Luz del Duero señala: “No tener una posición tomada frente a lo que está pasando en Ucrania; a los crímenes de guerra que se están cometiendo en Ucrania; a las fotografías de Mariúpol, de Bucha, de Járkov; frente a todo lo que ha pasado y todo lo que han hecho, es una inmoralidad”.
-¿Y cómo se asegura que el distribuidor ruso no venderá igual los alimentos en Rusia?, preguntó Infobae.
-Porque le cancelamos la deuda. Esos alimentos ya están en Ucrania y ahora estamos enviando 20 toneladas de latas de productos autocalentables. En un acto aberrante como el que se está cometiendo en Ucrania por parte Rusia hay que alinearse. Y nosotros estamos alineados con el pueblo ucraniano. Para nosotros, abandonar el comercio con Rusia fue una decisión moral, dice recalcando con fuerza las dos últimas palabras.
El dueño de la bodega española La Luz del Duero recuerda que los trabajadores de sus fábricas vivieron con emoción y agradecimiento la posibilidad de elaborar los alimentos “que van directamente a la gente que está luchando por la protección del pueblo ucraniano”.
Esta no es la primera vez que el empresario argentino, que vivía en Kiev cuando el presidente Ruso desató su furia contra Ucrania, lidera un operativo solidario y humanitario. Después de salir de la capital de Ucrania, y ya establecido en Varsovia, lugar dónde también tiene parte de sus empresas, el 5 de marzo pasado consiguió sacar a varias familias de la zona asediada por los bombardeos de la fuerza aérea rusa. “Eran mujeres empleadas porque los hombres no pueden salir, pero nos encargamos de traernos a su familia, mujeres e hijos”, le dijo a este medio.
Fernández Núñez remarcó que dos de sus empleados combaten junto al ejército ucraniano y recordó que “los hombres piden proteger a la familia, a las mujeres les tuvimos que pedir por favor que salgan de Kiev”, revela y describe que el tercer ejército ucraniano es el de “las casas”. En las viviendas, los civiles preparan bombas molotov que por televisión el gobierno de Volodímir Zelenski les enseño a armar.
Él, junto a otros bodegueros, pusieron a disposición miles de botellas vacías de los vinos que produce en sus plantas que ya se podrían haber utilizado para intentan frenar el avance los carros de asalto y tanques del ejército invasor.
Ahora, desde España, envió 20 toneladas de alimentos, unas 50.000 latas autocalentables de alto poder calórico que fabrican en sus empresas para las Fuerzas Armadas ucranianas y los Comités de Autodefensa que combaten contra las fuerzas armadas de Putin.
Los alimentos autocalentables son una patente española que pertenece a la empresa vallisoletana The 42 Degrees Company, de la que es socio Fernández Núñez. El proceso se produce a través de una reacción química en la parte inferior del envase que eleva la temperatura del contenido a 42 grados centígrados por encima de la temperatura del medio ambiente.
“Estas cincuenta mil latas de alimentos autocalentables van directamente a los Comité de Autodefensa de Ucrania y a las Fuerzas Armadas ucranianas, de la gente que está luchando porque mi concepto personal es que las empresas no pueden ser neutrales siempre. Las empresas no pueden ser ciegas frente a los crímenes de guerra. El mundo está lleno de malos ejemplos de empresas que han apoyado la guerra, y nosotros, lo que estamos haciendo, es defendiendo la independencia de Ucrania a través de los alimentos que van a comer sus soldados”, opina con énfasis.
Fernández Núñez esta de paso por Buenos Aires, camino a Mendoza, para el cierre de la cosecha de sus viñedos. Debía haber llegado hace unos días, pero se demoró para supervisar la partida de los camiones con las 20 toneladas de alimentos. “Quería ver partir las latas con la bandera ucraniana sobre ellas”, confiesa. La triangulación del embarque es España, Polonia, Ucrania, pero con un destino intermedio “secreto”.
-¿Qué noticias tiene de la guerra en Ucrania, según el relato que le hacen los familiares de sus empleados, que ayudo a escapar del horror y que tienen a padres e hijos combatiendo allí?, le preguntó Infobae.
- La situación en Ucrania es dramática. Putin ha masacrado a la población. Yo vivo el día a día porque estoy en contacto con toda mi gente, pero además tengo empleados ucranianos que distribuí en mis bodegas de Polonia y España para que no pierdan sus trabajos, son mujeres, son familiares. Los hombres se han quedado todos en Ucrania por la Ley Marcial a pelear, pero lo que sí es importante y esto lo digo con contundencia: he visto como ese pueblo nunca se puso de rodillas y ahí está la gran derrota de Vladimir Putin. Puede destruir todo, pero no puede destruir la moral de los ucranianos.