Albertismo y kirchnerismo coincidieron en el municipio de Florencio Varela en lo que fue el lanzamiento del programa de Módulo Extraordinario para la Seguridad Alimentaria (MESA) en la provincia de Buenos Aires para que 2 millones de familias con hijos que asisten a los 11 mil comedores escolares bonaerenses, e integran los sectores en condiciones de vulnerabilidad social, tengan garantizada su seguridad alimentaria. El programa fue un acuerdo entre el gobierno nacional y el provincial que, más allá de las diferencias políticas, pudieron canalizar una acción en conjunto en medio de una frágil situación económica.
¿Es el inicio de una tregua?, preguntó Infobae a una dirigente presente en la tarde del lunes en el parque recreativo, deportivo y cultural Thevenet. “Es un avance y empezó hace algunas semanas”, contestó con algo de optimismo en sus palabras.
Cómo detalló este medio, las medidas económicas que anunció el lunes pasado el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, que otorgan un bono a jubilados, trabajadores en negro y monotributistas clase A y B; además de un nuevo impuesto a la “renta inesperada”, dirigido a empresas con utilidades superiores a los 1.000 millones de pesos en el año, que incrementaron sus ganancias por la suba de precios internacionales, se interpretaron como una señal de acercamiento que proyectaron desde Casa Rosada hacia la demanda cristinista. “Que los números cierren con la gente adentro”, repite como mantra Máximo Kirchner. Lo anunciado por Fernández al inicio de la semana pasada pareciera ir en esa senda, aunque la relación del presidente del PJ nacional con el presidente del PJ bonaerense no se encauzó.
Sin embargo, aquella señal de acercamiento pareció dar otro paso con los anuncios que impactan en territorio bonaerense. Reunir en una misma mesa al ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, en representación del gobierno nacional, con el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, quién antes de que se discuta el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), renunció a la presidencia del bloque oficialista -en rechazo a la estrategia de negociación que el Gobierno llevó adelante con el organismo crediticio y su posterior entendimiento- fue un intento obligado por la situación económica. La de ayer fue una foto más representativa del período 2020 que de la actualidad.
“Nosotros trabajamos y mantenemos diálogo entre funcionarios, pero lo cierto es que no sabemos cuándo Alberto y Cristina van a volver a hablar, mientras tanto tratamos de generar acciones para seguir en esta senda”, le explicó a Infobae un dirigente cercano al Presidente.
El acercamiento avanza aunque con tímidas señales, pero todavía falta. Cerca de Máximo Kirchner le bajaron un poco el volumen. “Lo importante es el anuncio que claramente fue un trabajo en conjunto. Hacer conjeturas todo el tiempo saca el foco de lo importante que es el anuncio”, sostuvieron escuetamente en diálogo con este medio.
La situación económica y la gestión pareciera ser el salvoconducto que acerque el rompecabezas dentro del Frente de Todos. “Cuando nos ponemos a trabajar para resolverle la los problemas a la gente, y sin dudas la pobreza infantil en la Argentina es un problema a atender, la unidad resulta muy sencilla; porque ahí claramente estamos todos alineados trabajando y buscando los recursos para poder mejorarle el acceso a los alimentos de los niños y las niñas de nuestro sistema educativo”, dijo la diputada nacional Victoria Tolosa Paz; otra referente albertista que estuvo presente en Varela. Es, en definitiva, otra señal del sector del Presidente que apunta a buscar un acercamiento. La receptividad del kirchnerismo por ahora está en un punto medio.
Los discursos en el acto de Varela fueron pendulantes. Agradecimientos de parte del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a la gestión nacional por el subsidio por 16 mil millones de pesos que permite darle el puntapié al plan MESA por un lado y dardos filosos del “Cuervo” Larroque a la interna del Frente de Todos por el otro. “La verdadera política de desarrollo social se hace en el ministerio de Economía. Se hace con políticas económicas a nivel nacional. Eso es lo que va a cambiar la ecuación y nos va a permitir poder mirar a los vecinos de la provincia y del país y decirles que hemos superado una etapa muy difícil. Y no pedimos mucho, porque ya lo vimos en Argentina. Ya lo vimos con Néstor Kirchner”, soltó el Ministro de Desarrollo bonaerense, una frase que no es nueva y sigue la línea política y discursiva del funcionario provincial y líder de La Cámpora.
Larroque también dijo que no quería que el plan que estaban presentando -que en definitiva es la continuidad de un refuerzo alimentario hacia los sectores más castigados- sea para siempre. “Nosotros queremos que vuelva la normalidad del trabajo y del poder adquisitivo para que no se necesiten estas políticas. Para que la tarea de Juanchi (Zabaleta) y la mía, en este caso, esté dedicada cada vez más a situaciones focalizadas”, bregó. También destacó el trabajo en conjunto con su par de Nación.
Máximo Kirchner no habló en público, pero se sentó en el estrado principal, lo que se sugiere como otra señal. En las primeras filas se mezclaron ministros bonaerenses, funcionarios nacionales, intendentes del conurbano y sindicalistas. “Hace bastante que no se veía una foto así, con muchos sectores representados”, confesó un diputado nacional presente, que también coincidió en que la resolución final de esta división interna la tienen el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Por ahora, pese a las señales del entorno, el diálogo sigue cortado.
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