El presidente Alberto Fernández desplegó una serie de acciones que en el kirchnerismo empiezan a interpretar como señales de acercamiento tras el quiebre que significó la votación en el Congreso del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Anuncios que fueron en línea con la demanda del cristinismo a sectores más castigados por la suba inflacionaria, un acto con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y un poco de territorialidad en el conurbano.
Desde la gestión, Fernández dio algunas muestras de acercamiento con el kirchnerismo. Al menos, así lo interpretan cerca de Máximo Kirchner ante la consulta de Infobae. Lo concreto es que el mandatario volvió a mostrarse con el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a casi un mes de aquel mensaje direccionado al presidente en lo que fuera la marcha por el Día de la Memoria Verdad y Justicia. “Al que no le interese pelearse con nadie, que sepa que no lo necesitamos”, decía Kicillof en una charla con la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini. Así, Kicillof abandonaba su rol de equilibrista entre el espectro cristinista y la Casa Rosada.
Pero esta semana, el presidente y el gobernador volvieron a compartir un acto. Fue desde Vaca Muerta para anunciar la puesta en marcha de la construcción del gasoducto Néstor Kirchner. “Este gasoducto es un elemento fundamental para poner en marcha los recursos. Se llama Néstor Kirchner, Cristina recuperó la compañía -YPF-, Máximo fue el que llevó adelante el aporte a las grandes fortunas que es parte de la inversión y Alberto toma la decisión de que este gasoducto se construya”, dijo Kicillof desde el Vaca Muerta. A su izquierda, el presidente aplaudía.
También los anuncios económicos que demoraron el viaje del ministro de Economía Martín Guzmán a Washington, fueron interpretado como un gesto de acercamiento hacia el universo kirchnerista. Es que incluso fueron luego del discurso de la vicepresidenta Cristina Kirchner en el marco del EuroLat 2022. En ese foro, la presidenta del Senado se refirió a la ostentación de poder. “Que te pongan una banda y te den el bastón no es tener el poder”, soltó Cristina. Aunque la primera lectura fue que se trató de un mensaje direccionado a Fernández, la vicepresidenta ya lo había dicho en otras oportunidades. Pero lo que sí se interpretó como un mensaje hacia la Casa Rosada fue: “Ni te cuento si no se hacen las cosas que hay que hacer, pero dejémoslo ahí”.
En el kirchnerismo -que es parte integrante del gobierno- se venía reclamando un volantazo o una señal desde Casa Rosada, sobre todo por la dispersión de precios. Lo reclamaban los intendentes de la provincia de Buenos Aires de manera explícita y también el gobernador bonaerense, aunque de forma más solapada.
Con el índice de la pobreza del mes de marzo récord, la Casa Rosada activó una serie de medidas económicas hacia los sectores más castigados por las subas de precios: jubilados, trabajadores en negro y monotributistas clase A y B; además de un nuevo impuesto a la “renta inesperada”, dirigido a empresas con utilidades superiores a los 1.000 millones de pesos en el año, que incrementaros sus ganancias por la suba de precios internacionales.
“Tenemos un Gobierno que se hace cargo de las necesidades de las y los argentinos que todos los días se esfuerzan por tener una vida mejor. Celebramos y acompañamos las medidas de nuestro presidente Alberto Fernandez, para proteger y reforzar el poder adquisitivo de todas y todos”, expresó, por ejemplo, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Entre el respaldo y una tregua. Espinoza fue uno de los jefes comunales que convocó a una reunión de pares del conurbano donde terminaron pidiéndole a Fernández “que garantice la mesa de los argentinos”.
Días atrás, Fernández pisó el conurbano y recorrió obras junto a la intendenta de Moreno, Mariel Fernández y el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, un ministro/intendente que forma parte de la mesa política del presidente, pero que sostiene el diálogo también con el kirchnerismo. Fernández es la vicepresidenta del PJ bonaerense que preside Máximo Kirchner. Integra el Movimiento Evita. Desde la renuncia a la presidencia del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de Kirchner que la relación entre él y el presidente sigue standby.
Con la recorrida por Moreno, Alberto Fernández volvió a la territorialidad. ”En contacto con la gente”, advierten en el albertismo. Un día antes, Fernández se despachó, también, desde el conurbano. “El que quiere hacer creer que en 2023 estamos perdidos, ¡un carajo estamos perdidos!”, dijo en desde José C. Paz, donde fue invitado por el intendente Mario Ishii, con quien mantiene una buena relación. Hacia afuera, el albertismo brega por la unidad para llegar a 2023. En el kirchnerismo toman distancia de esa discusión electoral. Un alto dirigente de La Cámpora le marcó a Infobae que “por ahora hay que hablar del 2022 y no es bueno para la sociedad que en este contexto estemos hablando de 2023″.
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