Un día antes de que se llevara a cabo, el papa Francisco suspendió la reunión que tenía prevista para este viernes en Roma con el canciller Santiago Cafiero. Según pudo saber Infobae, el motivo es que el Sumo Pontífice canceló toda su agenda para ese día por problemas de salud ya que está muy mal de la rodilla.
El funcionario nacional le hizo llegar al Santo Padre una “pronta recuperación” y, según expresaron desde su entorno, “espera verlo cuando su salud lo permita”. Junto a Cafiero iba a asistir el Secretario de Culto, Guillermo Olivieri.
El Papa ya había suspendido otras reuniones en las últimas semanas y durante la lavada de pies a los presos, no se pudo agachar para concretar el rito histórico vinculado al catolicismo en la Semana Santa. Su situación de salud ya se había comprometido antes del encuentro con el Canciller.
El último domingo de pascuas, durante la celebración que realizó en la Plaza San Pedro, no pudo leer todo el mensaje pascual de pie. En el medio de su discurso debió sentarse y continuar desde ahí. El sábado, en la vigilia pascual, decidió no celebrar la ceremonia.
El Canciller fue informado de la suspensión cuando estaba viajando en el tren desde Venecia a Roma. Se lo hicieron saber oficialmente desde el Vaticano en la tarde de este jueves.
De todos modos, Cafiero tiene previstas reuniones en Roma con el canciller italiano Luigi Di Maio, con empresarios de la asociación de industriales de Italia nucleares en la central Confindustria, y con autoridades de la FAO por el programa mundial de alimentos, en el marco de la crisis de seguridad alimentaria global debido a los efectos de la guerra en Ucrania.
La intención era que el Papa y el canciller argentino mantengan un encuentro en el Vaticano, en el que estaba previsto que hablen sobre la situación del país, la crisis global generada por la invasión de Rusia a Ucrania, y el drama del cambio climático.
La visita, más allá del protocolo, le iba a servir a Cafiero para explicarle al Papa los pormenores de la crisis política y económica que está viviendo la Argentina. En especial, las complicaciones que hoy vive el Gobierno como consecuencia del conflicto entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que llevan un mes y medio sin dirigirse la palabra.
En el último mes y medio el Papa recibió a dos dirigentes importantes del oficialismo. En marzo estuvo en Santa Marta con un albertista puro que integra la mesa chica de Fernández: el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz. Con quien conversó sobre la situación en la Argentina y la crisis global generada por la invasión de Rusia a Ucrania.
A principios de abril quien visitó a Francisco en Santa Marta fue el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el nombre más importante que tiene Cristina Kirchner en el Gabinete. Los temas tratados fueron similares a los que estuvieron sobre la mesa cuando estuvo Beliz.
En la Casa Rosada sostienen que la relación con el Papa “está bien” y que la tensión que se generó con la Iglesia por la sanción de la ley del aborto “quedó atrás”. “El vínculo es bueno. A veces se habla demasiado y la realidad es que la última vez que Alberto estuvo con él la charla fue muy cordial”, indicaron desde el entorno del Presidente.
Durante la visita estaba la idea de que Cafiero le transmita al Papa la voluntad de Alberto Fernández de que bautice a su hijo Francisco, nacido la semana pasada. El Presidente eligió ponerle ese nombre en alusión a Sumo Pontífice y le gustaría que reciba el sacramento de parte de él. El pedido quedará para otra oportunidad.
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