Con una reunión abierta al público y gratuita, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) inició este martes su reunión de medio año. A través de una conferencia virtual, la organización alertó sobre los atropellos contra la libertad de prensa en varios países de la región y sobre la sostenibilidad de los medios de comunicación después de la pandemia.
Jorge Cahanuati, presidente de la SIP, alertó que la industria atraviesa un panorama desolador y aseguró que “el irrespeto del trabajo de los periodistas y de los medios es colosal por parte de dictadores, gobernantes autoritarios, narcotraficantes y funcionarios democráticos de la boca para afuera”.
El ejecutivo aseguró que tanto la pandemia de COVID como “la invasión de Rusia a Ucrania, fuentes de desinformación y propaganda, gritan la renovada importancia que tiene nuestra profesión en la actualidad: el periodismo libre e independiente”.
Asimismo, Cahanuati advirtió que otra grave problema que afecta a la libertad de prensa es la critica situación económica de los países y la sostenibilidad de los medios. “No hay un medio libre del yugo de la crisis económica”, enfatizó.
“Los medios buscamos recetas para sobrevivir. Entendemos que la crisis económica se ha profundizado debido al papel de las plataformas digitales que han absorbido un altísimo porcentaje de la publicidad digital. Con su tecnología, datos de audiencia y recurso económico pero sobre todo con los contenidos periodísticos de nuestros medios, ellos han creado a una fórmula exitosa en detrimento de nuestra industria”, denunció el presidente de la SIP.
En este sentido, Cahanuati ratificó la de la SIP “para que las plataformas digitales reconozcan su responsabilidad y le paguen una remuneración justa a los medios por el uso de esos contenidos que utilizan para generar ganancias”.
“Las plataformas siguen dilatando el tema (el pago por contenidos) para negociar acuerdos justos. No pedimos regalos ni subsidios, reclamamos que nos paguen por nuestro contenido que utilizan para obtener ganancias. Reclamamos los derechos de autor”, añadió.
En este contexto, la Comisión de Libertad de Prensa e Información revisó las agresiones sufridas por periodistas y los ataques contra medios en todos los países de la región en el último semestre. Carlos Jornet, presidente de la Comisión aseguró que “estamos cerrando un semestre negro para el periodismo de las américas, cargado de acciones ominosas contra la libertad de expresión y de prensa”.
“Es un año con cifras récord de periodistas asesinados, encarcelados, condenados y forzados al exilio, y medios de larga trayectoria allanados y expropiados por gobierno autoritarios y alejados de toda institucionalidad”, alertó.
Jornet añadió que estas circunstancias vienen acompañadas de un contexto extremadamente adverso que complica la sostenibilidad de las empresas. “Mientras el mundo vivía los últimos coletazos de la pandemia, cuando comenzábamos a reponernos, la invasión de Rusia a Ucrania desencadenó una tragedia humanitaria”, dijo y recordó una frase del historiador israelí Yuval Harari: “Estamos viviendo en una terrible era de posverdad cuando no sólo incidentes particulares concretos, sino historias y naciones enteras pueden falsificarse. A todas las noticias falsas subyacen hechos reales y sufrimiento real. Miles de personas han muerto de verdad”.
En este sentido, Jornet agradeció que en América no hay conflictos bélicos, pero alertó que sufre otras guerras que también se iniciaron con incidentes menores y luego fueron escalando. “Me refiero a las embestidas de gobierno democráticos pero fuertes deriva autocrática y autoritaria, desatan contra los derechos ciudadanos, la libertad y la vida de inocentes, en algunos casos en aras de presuntas verdades superiores de una causa justa”, manifestó.
El presidente de la Comisión añadió que a todo eso se le suma el crimen organizado para imponer su ley en vastos territorios de las Américas. “En estas invasiones, periodistas y medios son las primeras víctimas”, lamentó.
“La gravedad de lo que ocurre en nuestro continente queda expuesta cuando vemos que en apenas tres meses y medio, México acumula la misma cifra de periodistas muertos que en Ucrania (8). Y desde abril de 2021 (en 12 meses) fueron 24 los periodistas asesinados en el continente, 16 de ellos en México”, denunció.
Jornet alertó así sobre las evidentes fallas de los sistemas de protección para la prensa implementados por el gobierno mexicano así como los de Colombia, Brasil y Honduras. Asimismo remarcó que existe “una clara irresponsabilidad de la que muchos mandatarios, funcionarios y dirigentes eluden hacerse cargo”.
“López Obrador sigue con la estigmatización y sus burlas hacia la prensa. Parece desconocer que los ataques aumentaron un 85% desde que asumió la presidencia. El año pasado AMLO y sus funcionarios difamaron a la prensa al menos 71 veces. Por eso le decimos una vez más: López Obrador afronte la gravedad del ahora y suspenda ya todo discurso estigmatizante contra medios y reporteros. Si no puede frenar la violencia contra periodistas al menos no la aliente”, sentenció.
La SIP evidenció un preocupante multiplicación de agresiones y ataques en todos los países de las américas y alertó que “en ellos tiene que ver mucho esos discursos descalificantes y confrontativos”, acompañados de acosos judiciales o administrativos y amenazas de cancelar publicidad a medios críticos, entre otras cosas.
En este marco, alertaron que el presidente salvadoreño Nayib Bukele ha pasado a una instancia superior de la escalada contra los medios independientes. Su gobierno aprobó varias leyes contra los medios y arrecian los abusos, los atropellos y la amenaza en ese país. Lo igualaron con el régimen de Nicolás Maduro. “Los ataques sistemáticos y persecuciones a medios independientes culminaron con la toma del diario El Nacional. Venezuela logra así un triste récord de 120 medios que desaparecieron por el hogar que se les impuso”, enfatizó Jornet.
Sin embargo, el ejecutivo dijo que la persecución más grave tuvo lugar en Nicaragua. “No hay espacio para actitudes híbridas. El matrimonio Ortega-Murillo busca la extinción del periodismo independiente. Sus ansias de poder no admiten críticas; en su concepción no hay lugar para la libertad de pensamiento; quien piensan distinto y se atreve a expresarlo, debe ir preso o exiliarse”, añadió.
En este sentido, recordó que lo primero que hace un fascista es atacar a la prensa pero que eso no llamaba la atención. Sin embargo –dijo– sigue sorprendiendo que intelectuales y políticos presuntamente progresistas continúen apoyando a dictadores como Ortega. “Por eso elevamos la voz para decir: Daniel Ortega no siga traicionando el ideal de libertad del pueblo nicaragüense que hoy reprime con salvajismo”, reclamó.
Jornet aseguró que Nicaragua se asemeja cada vez más a la Cuba castrista. En la isla se reiteraron las persecuciones y ataques a periodistas, las condenas a prisión por reclamar más libertad y las restricciones para el ejercicio del periodismo. También la vigilancia digital como en El Salvador y Venezuela. Además se mostró preocupado para “el acelerado deterioro de la libertad de prensa en Perú bajo la administración de Pedro Castillo”.
“La región va encendiendo señales de alarma y desde la SIP buscamos detectarlas a tiempo. Solo con una fuerte y oportuna reacción internacional se puede intentar contener a tiempo que escalen los conflictos o se produzcan degradaciones instituciones como en Cuba, Nicaragua o Venezuela, o el clima de violencia extrema como en México. En todos estos casos suele estar presente la posverdad y la manipulación informativa. Se apela a causas justas y verdades superiores para justificar descalificaciones, persecuciones, la privación ilegal de un derecho, una expropiación y un derecho”, denunció Jornet.
Finalmente, desde la SIP ratificaron su camino para “continuar trabajando y reclamando para que no se normalice el despotismo y la censura”. En las próximas horas, el organismo se presentará un plan de acción para que Nicaragua recupere el marco de libertad y debate ciudadano.
“No bajaremos los brazos ante la barbarie. Hagamos oír nuestra voz. Exijamos a los gobernantes que brinden plenas garantías para el ejercicio de la labor periodística. Al discurso de los autócratas que quieren un mundo sin periodistas, les decimos que no hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa”, concluyó Jornet.
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