Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Horacio Rosatti se apuntaron al peligroso “Juego de la Gallina” (Game of Chicken) para dirimir el choque de poderes que enfrentan a los líderes de la Casa Rosada y el Parlamento con la Corte Suprema por el control del Consejo de la Magistratura, una controvertida institución política-administrativa que maneja los fondos del Poder Judicial y nomina y enjuicia a casi todos los jueces de la Argentina.
El “Juego de la Gallina” implica a dos conductores que manejan a toda velocidad -en dirección contraria- rumbo al frente del auto adversario. Pierde el que modifica la trayectoria de su coche para evitar el choque frontal. Ese conductor será llamado “gallina” por todos sus enemigos, y la vida le habrá cambiado para siempre.
James Dean en la película “Rebelde sin causa” hizo conocido el juego, después fue estudiado en la Teoría de los Juegos y actualmente se puede leer su aplicación teórica al derecho en “The Legal Analyst: A Toolkit for Thinking about the Law” (a partir de la página 126).
Horacio Rosatti -titular de la Corte- debería asumir esta semana como Presidente del Consejo de la Magistratura. Está avalado por un fallo unánime del alto tribunal, pero Alberto Fernández, Cristina y Massa resisten la acordada que modifica la composición del Consejo y ordena que sea liderado por Rosatti como principal autoridad del Poder Judicial.
Es decir: el jefe de Estado (maneja), la Vicepresidente (acompañante) y el titular de Diputados (asiento de atrás) van en un auto. Y en dirección contraria viajan Rosatti (conduce), Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, que no tienen ninguna intención de aminorar la marcha y desviar su auto a una calle paralela.
El choque de poderes, si no hay cambio de rumbo, aparece como inevitable.
El fallo unánime de la Corte estableció que el Consejo de la Magistratura debía tener 20 integrantes, frente a los 13 miembros que detentaba desde 2006 por una iniciativa redactaba con la lógica política de CFK. Esa acordada estableció que los siete consejeros restantes debían ser electos por los jueces (1), los abogados (2), los académicos (1), la oposición parlamentaria (2) y el titular del alto tribunal (Rosatti, en 2022).
La decisión jurisprudencial de la Corte ordenó que si no estaban los 20 miembros al 16 de abril de 2022, el Consejo de la Magistratura quedaba inerte hasta lograr su nueva composición con los futuros representantes de los jueces, abogados, legisladores, académicos y el titular del máximo tribunal.
La Academia designará mañana a su consejera, y a partir de ahí, solo faltaría resolver una compleja trama política-judicial que involucra al jefe de Estado, la Vicepresidente, el titular de la Cámara de Diputados y el Presidente de la Corte.
Esa compleja trama empantanó la designación de los representantes de la oposición parlamentaria en el Consejo. Ya nombró a la diputada Roxana Reyes (UCR) y el PRO nominará mañana al senador cordobés Luis Juez.
No existe una sola traba legal que prohíba la designación de Reyes y Juez en el Consejo de la Magistratura. Pero Daniel Alonso -juez federal de Paraná- dictó una medida pre cautelar solicitada por el diputado entrerriano Marcelo Casaretto, que exigía la suspensión de las designaciones de los legisladores de Juntos por el Cambio al Consejo.
Casaretto pertenece al Frente de Todos y es muy probable que conozca el significado y los alcances éticos del denominado Forum Shopping, una estrategia de defensa ilegal que Alberto Fernández siempre cuestionó en sus clases de Derecho Penal en la facultad de Abogacía de la UBA.
La presentación de Casaretto -avalada con inusitada rapidez por Alonso- condicionó la decisión institucional que pensaba ejecutar Rosatti durante la semana que viene. La Corte no puede desconocer una medida judicial -aunque huela a maniobra política- y la llegada de Rosatti al Consejo de la Magistratura deberá esperar al menos 96 horas.
Si la decisión asumida por Rosatti junto a Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda no se modifica en las próximas horas, la Corte haría una nota aclaratoria que servirá para anular la decisión de Alonso. Y en este contexto, Reyes y Juez podrán integrar el Consejo en nombre de la oposición parlamentaria.
El alto tribunal tiene previsto sesionar el martes, y durante ese encuentro avalaría las designaciones de Reyes y Juez. A continuación, la Corte comunicará su decisión a Cristina Fernández de Kirchner y Massa, que deberían responder ipso facto a la notificación que llegará desde el cuarto piso del Palacio de Tribunales.
Rosatti y Maqueda tienen muchísima experiencia política -ambos fueron convencionales constituyentes en 1994- y no descartan que CFK y Massa aleguen que la Corte no puede resolver la pre cautelar de Alonso a través de una aclaración de su propio fallo del año pasado.
En ese caso, el alto tribunal puede considerar que hay un flagrante choque de poderes y abrir una denuncia penal contra la Vicepresidente y el presidente de Diputados.
Una variante nacional del “Juego de la Gallina” que se agrava por las circunstancias políticas: Alberto Fernández y CFK no se hablan, pero coinciden a la distancia cuando tratan de evitar que la Corte Suprema ocupe el Consejo de la Magistratura.
El fallo de la Corte -ampliando de 13 a 20 miembros- establece que los nuevos consejeros deben asumir “conjunta y simultáneamente”. Es decir: sólo habrá nuevo Consejo si juran Los Siete a la vez.
Rosatti cree que ganará la partida antes de que concluya abril, y que asumirá la presidencia del Consejo de la Magistratura pese a la presión política del Gobierno.
Alberto Fernández y Cristina, que hace décadas vieron por separado a James Dean en “Rebelde sin causa”, apuestan lo contrario.
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