La saga de los afiches contra Cristina Kirchner acaba de sumar un nuevo personaje. Los investigadores ahora intentan identificar a “Micaela”, la misteriosa mujer que coordinó el pago de los afiches. En principio, no se trataría de Lilian Melhem, la “jubilada” de Recoleta que fue identificada por un remisero. “Micaela” encargó los afiches y negoció la entrega del dinero con un empleado de la imprenta Vía Graphic. Su identificación no es sencilla porque se comunicaba a través de un número desconocido y un correo electrónico que luego dio de baja.
Cuando el escándalo de los afiches ya era público, Serrano comenzó a dudar y decidió grabar las últimas conversaciones con “Mica”. Infobae tuvo acceso a algunos de esos audios que ya forman parte del expediente.
“No parece la voz de una mujer de 61 años”, coincidieron dos fuentes con acceso al expediente. “Puede ser que trabajaban juntas, es una hipótesis. También puede ser un nombre de fantasía, estamos investigando todas las opciones”, dijo uno de los investigadores.
Los audios corresponden al 29 y 30 de marzo, luego de la pegatina “libre” por las calles de la Ciudad. La mujer que se escucha, identificada como “Micaela Calvo”, intentaba acordar la entrega del saldo del dinero a través de un remisero. Su interlocutor, Francisco Serrano, declaró el viernes pasado ante el fiscal Mauro Tereszko y remarcó que el cliente no se quiso identificar desde un comienzo.
El primer llamado de “Micaela” fue el 4 de marzo, desde un número oculto. En ese contacto, dijo que se trataba de “un afiche político” y que necesitaba una pegatina libre (ilegal). “Quiero aclarar que el manejo de las comunicaciones siempre era que ella me llamaba desde un número oculto y yo nunca tuve el número, todo me lo mandaba desde un mail de Yahoo”, explicó el empleado de la imprenta en su declaración.
Esa cuenta de Yahoo también está siendo investigada, aunque fue cerrada apenas estalló el escándalo.
Serrano consultó con un jefe y decidieron avanzar. El trabajo de pegar los carteles se lo ofreció a Darío Mendez, a quien ya conocía por otros trabajos.
Luego de varios contactos, el 21 de marzo, “Micaela” se comunicó para decir “que le habían pedido” que el pago sean en dos partes. No era la única vez que se refería a un tercero. En una de las comunicaciones aportadas a la causa habla de supuestos jefes: “Ya se que no tengo palabra pero me mandan a mi, soy la que pongo todo, pero está yendo, te juro, vas a tener la guita ahí hoy”.
El 22 de marzo pactaron la entrega del anticipo y un pen drive con los detalles del afiche. Serrano identificó a la persona que se acercó hasta la imprenta de Lanús como “un masculino joven, que se hizo llamar Juan”. “Vino con gorra, anteojos y barbijo, de alrededor de 1,70 o 1,80 de estatura, delgado y aparentaba unos 20 años. Me dio la impresión que no estaba acostumbrado a manejar este dinero y lo vi tembloroso”, declaró Serrano. La descripción corresponde con la imagen captada por una cámara de seguridad y que reveló Infobae hace dos semanas.
El 28 a la mañana, luego de la pegatina, los Mendez le mandaron varias fotos de los carteles a Serrano como una prueba de su trabajo. El empleado de la imprenta le reenvió el mail con las imágenes a “Micaela”.
Cuando la noticia comenzó a salir en los medios, Serrano tuvo que dar explicaciones ante sus jefes. Además le pidieron que trate de pactar una reunión con la misteriosa mujer. “Voy a hablar con mis superiores y te aviso”, le habría contestado ella.
Un día después, “Micaela” se comunicó varias veces para coordinar la entrega del saldo. Pese a los intentos, el remise nunca llegó a tiempo.
El dinero se entregó finalmente el 30 de marzo, tras un operativo de distracción muy particular. “Al otro día me llaman de la recepción que tenían un paquete y un sujeto de nombre Manuel. Bajo, le recibo el paquete, le pregunto de parte de quién venía, me dijo que era remisero y que no sabía quién era el remitente. Lo perseguí al remisero para tratar de averiguar quién era y le saqué una foto a la patente FIAT PALIO, patente AB927RJ, que había estacionado a tres cuadras”, contó Serrano ante la Justicia.
A partir de la patente del auto, los investigadores llegaron hasta Emanuel Montiel, un remisero de Uber que identificó a Melhem como la persona que lo habría contratado.
Llamativamente, la investigación sobre los afiches avanza en tres causas distintas: una en el juzgado federal de Sebastián Casanello, otra en el fuero correccional por la denuncia del empresario Enrique “Pepe” Albistur, y la tercera en la Justicia de la Ciudad, que hasta ahora se concentró en la pegatina de los carteles. En esa última causa, ya declararon Darío y Christian Méndez, los autores de la pegatina. Ratificaron que los contrató Francisco Serrano y que cobraron unos $80 mil para pegar los carteles en la madrugada del 28 de marzo.
El fiscal Leonel Gómez Barbella pidió varias veces que la investigación se concentre en un solo expediente, pero hasta ahora el juez Manuel De Campos se negó a pedir la inhibitoria a la Justicia de la Ciudad. Tampoco ordenó la indagatoria de la jubilada de 61 años.
Hay algo más: en las tres causas se investigan diferentes delitos. En el expediente de la Ciudad, a Serrano se lo imputó por daños. En cambio, en el fuero correccional se investiga una supuesta defraudación porque la pegatina fue ilegal.
La investigación es seguida con atención en el Gobierno por las implicancias políticas que podrían tener los carteles contra la vicepresidenta. A dos semanas, todavía no se dabe quién encargó el “escrache”.
Ahora los investigadores apuntan a identificar a “Micaela”. También será clave el resultado de la pericia sobre todos los teléfonos secuestrados. Ayer, el fiscal Mauro Tereszko dio el primer paso.
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