“Hola, mi nombre es Lilian Melhem, soy Licenciada en Administración de Empresas, y desde hace un tiempo, soy una profesional independiente. Durante muchos años trabajé y transité diferentes áreas de una empresa y hoy puedo elegir qué es lo que más me gusta realizar”.
Lilian Melhem (61) se transformó esta semana en la sospechosa de haber pagado los afiches contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. La principal prueba en su contra es el testimonio de un remisero, que la acusó de haberlo contratado para llevar el dinero hasta la imprenta. El juez Manuel De Campos ordenó su detención el miércoles a la tarde. Recién al día siguiente se presentó en Tribunales, pero no dijo ni una sola palabra sobre los carteles. Llamativamente, hasta ahora no fue indagada.
Ante la Justicia, Melhem se limitó a decir que es jubilada, pero sigue trabajando como monotributista, en la categoría E. Según su sitio web, actualmente se dedica a organizar eventos, asesoramiento de imagen, asistencia ejecutiva y hasta traducción de inglés a castellano.
No es todo. Según su perfil, también es profesora de Raja y Hatha Yoga y de otras terapias alternativas. “Todo ello en forma conjunta me han hecho evolucionar principalmente como ser humano y he podido aplicarlo en mi trabajo con una visión holística, que me parece muy importante ya que se desarrollan mucho los sentidos y la percepción del otro, lo cual considero que es muy importante tanto a nivel personal como laboral”, dice su web.
En el informe que hizo la Policía Federal, Melhem además aparece vinculada a una empresa, MLG, que se dedica a alquilar consultorios privados en Pueyrredón al 1400. La Policía llamó a los números de esa firma y habló con una mujer que dijo ser su secretaria.
El nombre de Melhem aterrizó en el expediente recién este miércoles, cuando la Policía allanó el domicilio de Emanuel Montiel, un remisero de Uber que habría sido contratado para llevar un sobre con dinero hasta la imprenta de Lanús donde se imprimieron los carteles. Los investigadores llegaron a ese remisero a partir de las cámaras de seguridad de la imprenta y de la patente un Fiat Palio. Ambos datos fueron aportados por el primer testigo de la causa, Julio Cesar Franchino, el dueño de la imprenta “Vía Graphic”.
En su declaración, Franchino aseguró que Serrano nunca pudo identificar a su cliente. “Al requerírsele al cliente los datos para la orden de compra y posterior confección de la factura, este refirió que al abonar el saldo restante del trabajo aportaría los datos requeridos”, declaró cl comienzo de la investigación.
Luego de la pegatina, el misterioso cliente se habría contacto a través de un número desconocido. Según Franchino, una persona se acercó el 30 de marzo hasta la imprenta y “arrojó un envoltorio con el dinero faltante”. Esa persona sería el mismo remisero que dejó el adelanto y se movía en el Fiat Palio, patente AB927RJ.
El miércoles a la tarde, el juez De Campos ordenó la detención de Melhem y le imputó el delito de defraudación (argumentando que fue una pegatina ilegal que generó perjuicios económicos). La Policía fue hasta su casa, en Billinghurst al 2100, tocó el timbre varias veces, pero no ingresó al departamento. Esa misma noche, la mujer se puso a disposición de la Justicia a través del estudio Cuneo Libarona. Recién al día siguiente, el magistrado ordenó allanar el departamento. Forzada por las circunstancias, Melhem se presentó el jueves al mediodía en el juzgado junto a su abogado, Matías Cuneo Libarona. Como si fuera un trámite, entregó un teléfono y una notebook y se fue a su casa.
El viernes, el fiscal de esa causa, Leonel Gómez Barbella, reclamó que Melhem sea indagada cuanto antes. También pidió que toda la investigación se concentre en un solo fuero. Ocurre que hasta ahora hay al menos dos causas judiciales en trámite: una en el fuero correccional por la denuncia del empresario Enrique “Pepe” Albistur, y otra en la Justicia de la Ciudad, que hasta ahora se concentró en la pegatina de los carteles.
En esa última causa, ya declararon Darío y Christian Méndez, los autores de la pegatina. Ratificaron que los contrató Francisco Serrano, empleado comercial de “Vía Graphic” y que cobraron unos $80 mil para pegar los carteles en la madrugada del 28 de marzo (el trabajo era por $90 mil pero Serrano se quedó con una comisión).
El viernes también declaró Serrano. Pese a la expectativa de los investigadores, no pudo identificar a la persona que le encargó el trabajo por teléfono. “Aportó audios y números pero no identificó a ninguna persona porque usaban un nombre de pila”, dijo una fuente judicial a Infobae. Ante las preguntas del fiscal Mauro Tereszko, Serrano confirmó que siempre habló con una mujer. ¿Era Lilian Melhem?, le preguntaron. “No lo puedo asegurar”, respondió.
La investigación es seguida con atención en el Gobierno por las implicancias políticas que podrían tener los carteles contra la vicepresidenta. La tensión entre el albertismo y el cristinismo se trasladó a la Justicia, donde cada medida de prueba se analiza en términos políticos. A nadie se le escapa que una de las causas comenzó por una denuncia de “Pepe” Albistur, uno de los mejores amigos del Presidente.
Desde el oficialismo hubo un intento por vincular a Juntos con el Cambio con los afiches. Ocurre que Serrano, el personaje clave, fue empleado de Latin American Communication SA (LATCOM), bajo las órdenes de Valentín Bueno, un publicista cercano a Juntos por el Cambio. Según los registros de la ANSES, en mayo de 2021 se fue a trabajar a la imprenta de Lanús.
También se lo vinculó al propio Albistur a partir de los dichos de Darío Mendez ante la Policía. Ante el fiscal, esa misma persona dijo que no tuvo intención de involucrarlo y que no sabía quién estaba detrás de la pegatina. “Quiere dejar aclarado que en rigor de verdad Francisco Serrano me comentó varias veces que trabaja para la empresa Wall Street S.A y que es conocido en el medio gráfico que sería propiedad de José Albistur pero en ningún momento Francisco Serrano me refirió concretamente que este trabajo en particular –afiches hostigantes contra la ex Presidenta- había sido encargado por Albistur o algún dependiente de Wall Street S.A, que seguramente se mal interpretó mi comentario en la dependencia policial bonaerense. También deseo dejar aclarado que Francisco Serrano, incluso, como dije, también trabajo para otras empresas como por ejemplo para LATCOM que, según los comentarios del medio donde me muevo es propietario Valentín Bueno, pero deseo dejar aclarado que Francisco Serrano ante consultas que le realice siempre trató la cuestión con evasivas cuando le pregunté quien encargó el trabajo de pegatina de carteles”.
Hasta ahora, la Justicia tiene probado que los Mendez fueron contratados por Serrano para pegar los carteles. Los afiches fueron retirados por la imprenta de Lanús el viernes 25 a la tarde.
La pegatina se hizo en la madrugada del 28 de marzo, en una camioneta Fiat Fiorino blanca. Christian Mendez fue acompañado de un amigo, Nicolas Galarza, otro de los imputados. A medida que pegaban los carteles, le mandaba fotos a su papá, que luego se las reenviaba por mail a Serrano. Ese mismo día, Serrano pactó un encuentro en un bar de Las Cañitas para pagar el saldo del trabajo. “Le avisé por mensaje a Francisco que había llegado y apareció, me bajé del auto, nos saludamos, se metió por la parte trasera y me dio la plata, pero no me dio 45.000, me dio 35.000 porque habíamos hablado que un porcentaje se quedaba él”, contó Christian.
Todavía falta determinar quién encargó el “escrache” contra la vicepresidenta. La pista más firme apunta a Melhem, aunque todavía hay muchas dudas. Los investigadores coinciden que las pruebas para esclarecer el caso están en los teléfonos. ¿Cuál sería la motivación de la mujer de 61 años?, se preguntan.
En la causa solo hay unas publicaciones de la mujer en sus redes sociales lamentando la muerte de su padres por COVID-19. “Mis padres, la piedra roja...sin palabras, tanto dolor, bronca, impotencia. Quizá aún con la vacuna podrían haber tenido el mismo final, quizá también se hubieran salvado. Mañana festejaría el cumpleaños 93 de papi, y no voy a poder. Encerrados ellos, encerrados todos, x un capricho oportunista de dos diablos mal nacidos que no les importa nadie, sólo ellos mismos”, dice el texto publicado en septiembre del año pasado.
Y agrega: “Sólo ruego a Dios, que haga la más dolorosa Justicia Divina para estos ‘desalmados’ sinvergüenzas que se creen poderosos, pero hasta el más poderoso cae y le llega su turno de pagar. Sólo espero tener suficiente vida para verlos caer en su más profundo y despiadado encuentro con su propia maldad”.
“Es poco probable que esta mujer haya gastado casi 500 mil pesos de su bolsillo para todo esto, dudo que se haya mandado sola”, se sinceró un investigador ante Infobae.
La declaración de Francisco Serrano dejó un dato sugestivo. En uno de los audios que aportó, la mujer que lo contrató habría dicho: “Tengo que consultar con mi jefe”.
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Trabajar desde mi propio espacio me permite dedicar y adecuarme a varios clientes en sus diferentes necesidades, programar mi agenda para brindar a cada uno el tiempo y dedicación que necesita para cumplir con los objetivos esperados.
Paralelamente a mi profesión universitaria, estudié, me recibí y también trabajé como Counseling Psicológico, Profesora de Raja y Hatha Yoga y diferentes terapias alternativas de las cuales he dictado talleres.
Todo ello en forma conjunta me han hecho evolucionar principalmente como ser humano y he podido aplicarlo en mi trabajo con una visión holística, que me parece muy importante ya que se desarrollan mucho los sentidos y la percepción del otro, lo cual considero que es muy importante tanto a nivel personal como laboral.
Sitios web: concienciasintuitivas.blogspot.com (Blog) y yogakai.com/enfant.htm (Sitio web de la empresa)
Las características que a lo largo de los años me dieron muchas satisfacciones son que me adapto muy fácilmente a lo que el cliente requiera, tengo buena “escucha”, soy empática, innovadora, proactiva, resolutiva, expeditiva, confiable y mantengo una relación a largo plazo con mis clientes y cumplo con los tiempos de entrega, entre otros.