Importantes dirigentes políticos de distintos partidos se reunieron anoche en San Isidro en un intento de empezar a articular y darle volumen a un espacio “anti grieta” para “buscarle soluciones a los problemas de la gente” por fuera de la lógica de la polarización.
El anfitrión fue el ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y entre los invitados se destacan el mandatario jujeño Gerardo Morales, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, el ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, el diputado y ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, el ex gobernador chaqueño Ángel Rozas, la diputada Graciela Camaño, el diputado Rogelio Frigerio, y el intendente de Rosario, Pablo Javkin.
Según pudo saber Infobae, el encuentro entre radicales, peronistas anti kirchneristas, “dialoguistas” del PRO y lavagnistas, se extendió durante cuatro horas, de 20.30 hasta pasada la medianoche. Los comensales analizaron con mucha preocupación la coyuntura política y el futuro del país. La principal coincidencia fue la necesidad de salir de la lógica de la polarización y la importancia de construir consensos para salir adelante.
En concreto, adelantaron que este acuerdo “anti grieta” comenzará a verse con una mayor articulación entre los diferentes espacios en el Congreso. Aunque aclararon que por el momento no tienen en carpeta impulsar en conjunto ningún proyecto de ley en específico.
El encuentro también representa un fuerte mensaje político al interior de la oposición donde las tensiones entre “halcones” y “dialoguistas” suelen salir a la superficie regularmente. “Todos dicen que hay que ampliarse, esta iniciativa busca mostrar una dirección de hacia dónde debería ser esa ampliación”, explicaron a Infobae desde el entorno de uno de los invitados. En ese sentido, mientras los sectores más duros del PRO coquetean con los libertarios, destacaron la presencia de peronistas anti kirchneristas como Schiaretti, Urtubey, Randazzo y Camaño.
Ante la consulta de este medio, varios de los participantes aclararon que no se trata de un acuerdo electoral de cara al 2023. Simplemente fue “la primera de muchas reuniones” para saltar la grieta y hablar del futuro de la Argentina. La clave fue impulsar el diálogo político.
“Fue para intercambiar ideas y buscar un acercamiento. Es un espacio de reflexión política y de diálogo”, insistieron.
“No tiene nada que ver con un armado electoral, pero sí con buscarle solución a los problemas de la gente, como la inflación o la falta de competitividad, desde un lugar que no sea la visión del kirchnerismo o de Juntos por el Cambio”, detalló uno de los dirigentes.
Además, señalaron que buscarán sumar a otros políticos de peso que compartan la visión “de diálogo”. Por el momento, no dieron nombres concretos de los próximos invitados. “La oposición tiene que tener un espacio transversal de encuentro para buscar puntos en común”, concluyeron.
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