La investigación sobre los afiches contra Cristina Kirchner se convirtió en una novela policial. En las últimas horas, el juez Manuel De Campos ordenó la detención de una mujer de 61 años, con domicilio en el barrio de Recoleta, que habría enviado el dinero para imprimir los carteles, pudo saber Infobae de fuentes judiciales. Los datos de la mujer fueron aportados por un chofer de Uber, Emanuel Montiel, que fue allanado en su domicilio.
El remisero fue identificado a partir de la patente de un Palio blanco que trasladó el dinero hasta la imprenta “Vía Graphic” el 26 de marzo, dos días antes de la pegatina. Ahora los investigadores intentan determinar si es el mismo hombre, de jeen y gorra, que aparece en las imágenes de las cámara de seguridad de la imprenta que entregó su dueño, tal como adelantó Infobae. Ese hombre llevó un sobre con dinero y un pen drive, de acuerdo a los datos recogidos hasta ahora.
Cuando lo allanaron, Montiel dio datos precisos de la mujer que lo habría contratado para llevar el dinero. Los investigadores revisaron sus redes sociales y no encontraron ninguna vinculación política. El único dato llamativo, teniendo en cuenta el contenidos de los carteles, fue que había posteado la muerte de su padre por COVID.
Hasta las 20 horas, la mujer todavía no había sido encontrada.
La impresión de los carteles habría estado a cargo de Francisco Serrano, un empleado infiel de “Vía Graphic” que no volvió a trabajar luego del escándalo pero le habría confesado la maniobra por teléfono a su ex jefe, según consta en la causa que se inició por una denuncia del publicista Enrique “Pepe” Albistur, cercano al presidente Alberto Fernández.
Serrano tenía que presentarse hoy a declarar ante el fiscal porteño Mauro Tereszko, que tiene otra investigación sobre los afiches, pero pidió una prórroga a través de un defensor oficial.
Los que declararon fueron Darío y Christian Méndez. Según una fuente de la investigación, ratificaron lo que ya habían dicho ante la Policía: que los contrató Serrano y se pactó una reunión en un bar porteño para pagar un adelanto. Ante las preguntas del fiscal, aseguraron que no saben quién fue el autor intelectual de la maniobra.
Los investigadores esperan ahora con atención la declaración de Serrano para empezar a desandar el camino hasta llegar al autor ideológico del escrache contra la vicepresidenta. Hasta ahora no se le secuestró su teléfono. Tampoco lo detuvieron. El fiscal Leonel Gómez Barbella pidió dos veces el arresto, pero la medida fue rechazada por el juez. Sin embargo, De Campos ordenó investigar las llamadas entrantes y salientes de su celular.
Serrano trabajaba en “Vía Graphic” pero antes fue empleado de Latin American Communication SA (LATCOM), bajo las órdenes de Valentín Bueno, un publicista cercano a Juntos por el Cambio. Según los registros de la ANSES, en mayo de 2021 se fue a trabajar a la imprenta de Lanús.
Serrano está acusado de cobrar por la impresión de los carteles y de haber contrato a un grupo de personas de Morón y La Matanza. Para ese trabajo habría pagado $90.000. Los datos fueron aportados por el dueño de la imprenta, Julio Cesar Franchino, y por uno de los encargados de la pegatina, Darío Méndez.
El caso de los afiches comenzó el lunes pasado, cuando en diferentes zonas de la Ciudad de Buenos Aires aparecieron carteles con la cara de la vicepresidenta y las frases “asesina”, “culpable de 35.000 muertes” y “elegiste negocios con Putin en lugar de salvar vidas”, además de un código QR que lleva a una página que dice “Pronto todos sabrán lo que hiciste” y “No dejaste gobernar. Alberto conducción”.
Además de las cámaras de seguridad, el dueño de la imprenta de Lanús aportó ante la Justicia dos pen drives con mails y anotaciones del propio Serrano. Ahí constan detalles de los pagos (por un total de $470.000) y el recorrido pactado con los encargados de la pegatina: Paseo Colón, Plaza de Mayo, Plaza Congreso, Plaza Vicente López, Avenida Libertador, Avenida Callao, Avenida Santa Fe, 9 de julio y Paseo del Bajo.
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