La provisión de gas para el invierno es eje de las conversaciones que lleva adelante el gobierno argentino con sus pares de Chile, Brasil y Bolivia. La escasez de fluido, la falta de infraestructura y los precios internacionales atentan contra el deseo de que este invierno no haya cortes del suministro energético.
En este contexto es que el ministro de Economía, Martín Guzmán, por orden de Presidencia, realiza tratativas con los países de la región para poder obtener una mayor cantidad de gas durante los meses de bajas temperaturas.
El funcionario se juntó ayer en la Cancillería con el ministro de Energía de Chile, Claudio Huepe Minoletti, con quien firmó un acuerdo de integración energética. Del encuentro participaron también la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca; el secretario de Energía, Darío Martínez; la secretaria Legal y Administrativa del Ministerio de Economía, Rita Tanuz; su par de Asuntos Económicos y Financieros Internacionales, Maia Colodenco, entre otros funcionarios.
La Casa Rosada se propone saltear los inconvenientes que asoman de cara al invierno: desde el punto de vista económico, hay dificultades para equilibrar la demanda y la oferta, la compra de Gas Natural Licuado (GNL) en el exterior enfrenta la suba de los precios internacionales como consecuencia de la invasión de Rusia a Ucrania, y la escasez de los fletes marítimos complica la llegada del fluido por vía marítima.
A esto se le suma la sequía que viven la Argentina y la región, que provocó una baja de los caudales, con la consecuente caída de la capacidad de generación de las hidroeléctricas, que pasarían de aportar el 30% del sistema energético a solo el 15 por ciento.
En ese contexto, los problemas políticos que están a la vista son una carga extra. Un escenario de alta inflación, con cortes de luz y de gas en medio de un proceso de alza de tarifas, significaría un nuevo choque de frente con el Instituto Patria y con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en medio de la debilidad que parece mostrar el Poder Ejecutivo.
La apuesta de la Casa Rosada que lleva adelante Guzmán tiene varias aristas. La primera es lograr que Brasil, que logró recuperar buena parte de su generación de las hidroeléctricas por las lluvias, ceda parte de su cupo de gas de Bolivia a la Argentina.
En este caso, las conversaciones las están llevando adelante Guzmán y el embajador argentino Daniel Scioli con el almirante de la Armada de Brasil, Bento Costa Leite Albuquerque Lima Júnior, actual ministro de Minas y Energía del vecino país.
El jueves volará Guzmán a Sao Pablo, Brasil, para reunirse con Bento Costa Leite Albuquerque Lima Júnior y Scioli, en la previa de lo que sería el encuentro del viernes con Paulo Guedes (ministro de Economía de Brasil) que podría destrabar esta negociación.
En medio de estas conversaciones, el presidente Alberto Fernández recibirá el jueves a su par de Bolivia, Luis Arce Catacora, y se espera un importante anuncio de provisión de gas boliviano.
“Los presidentes de Argentina y de Bolivia decidieron encabezar ellos mismos la negociación por la provisión de gas para el invierno porque lleva meses trabada y representa un recurso estratégico y esencial para nuestro país”, dijo el canciller Santiago Cafiero a la agencia Télam, al referirse a la visita que hará esta semana Arce a la Argentina.
Los equipos técnicos de las empresas estatales Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) e Integración Energética Argentina (IEASA) discuten desde fines de 2021 la sexta adenda al acuerdo que en 2006 firmaron -por 20 años- los expresidentes Néstor Kirchner y Evo Morales.
El diferendo con el vecino país en materia de provisión de gas se debe a la fuerte caída de los niveles de producción de los yacimientos de Bolivia.
En diciembre último se reeditó la negociación con una propuesta del gobierno de Arce de entregar a la Argentina volúmenes de hasta 9 Mmm3/d. Del lado argentino, la firma estatal IEASA pidió incrementar los volúmenes, lo que derivó en una falta de entendimiento que obligó a prorrogar la adenda que vencía el 31 de diciembre al 31 de enero, y luego al 31 de marzo.
La expectativa está puesta en el encuentro entre los presidentes de ambos países el próximo jueves y la posibilidad de un anuncio que permita asegurar la provisión de gas.
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