Desde el miércoles pasado hasta este viernes, el centro de la ciudad de Buenos Aires, más precisamente en las inmediaciones del histórico Edificio de Obras Públicas, lugar donde funcionan los ministerios de Salud y Desarrollo Social, anclado sobre la avenida 9 de Julio 1925, cambió su escenografía cotidiana. Durante 44 horas, 2500 carpas y unas 60.000 personas trasformaron la zona en una pequeña barriada. Las once cuadras, incluyendo la traza del Metrobús, fueron tomadas por cuarenta organizaciones piqueteras que le reclamaban al gobierno de Alberto Fernández la apertura de programas sociales, como el Potenciar Trabajo, la creación de un millón de puestos laborales genuinos y más alimentos para los comedores y merenderos populares que alimentan a familias vulnerables del conurbano y CABA.
Hasta ahora las respuestas no llegaron. Si durante la próxima semana, Juan Zabaleta, el ministro de Desarrollo Social, no les da respuesta a las demandas, a mediados de abril habrá una nueva movilización y acampe, pero esta vez por 72 horas. Y si aún así las soluciones no llegan, prometen una masiva “marcha federal” que, desde los cuatro puntos cardinales del país, desembarcarán frente la Casa Rosada.
Las 60.000 personas, entre menores, hombres y mujeres, que dejaron sus viviendas para pernoctar sobre el frío y duro asfalto porteño, fueron rotando entre día y día. Sin embargo, el jueves por la tarde, la mayoría de ellos se concentraron frente al Ministerio para recordarle a viva voz al intendente de Hurlingham en uso de licencia que hace seis meses ya le habían presentado un petitorio con las mismas exigencias.
Las columnas de manifestantes, mayoritariamente del Polo Obrero, llegaron de varias regionales, entre las que se destacan La Plata, La Matanza, Lomas de Zamora, Quilmes, Moreno y Merlo. También llegaron delegaciones del interior del país, dónde la protesta movilizó a unas 150.000 que acamparon en las plazas de las principales ciudades.
Además del PO, entre las cuarenta organizaciones que participaron del mega acampe figuran el MTL Rebelde liderado por Sandra Vila; MTR Cuba liderado por Mercedes Martínez, MTR Votamos Luchar, referenciado en Daniela Carco y Silvia Saravia la Coordinadora Nacional de Barrios de Pie.
Sin plan de planes
La administración central se encuentra en una encrucijada: si no habilita la inscripción de nuevos beneficiarios a planes sociales, las movilizaciones irán en aumento, tanto en frecuencia como en número de manifestantes.
Si incorpora a más personas al Potenciar Trabajo y accede a las exigencias de la Unidad Piquetera, el resto de las organizaciones sociales, entre ellas las propias, como el Evita, Somos Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, el Frente Popular Darío Santillán y entre otras el Movimiento de Trabajadores Excluidos, podrían solicitar lo mismo.
Las organizaciones demandantes realizan un cálculo muy sencillo: durante el pico de la pandemia del coronavirus, 8,9 millones de personas accedieron al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). En el Potenciar Trabajo hay anotados 1.200.000. Para los organizadores del acampe, como Eduardo Belliboni, el dirigente del Polo Obrero (PO), unas seis millones de personas más podrían acceder a ese beneficio.
Para los funcionarios de Zabaleta, eso es inviable y “descabellado”. Lo explican así: “El IFE se otorgó con el país paralizado por la pandemia. No se movía ningún auto. Hubo abogados monotributistas que cobraron el IFE. Peluqueros con las peluquerías parada que cobraron el IFE”. Los colaboradores del funcionario, entre los que se encuentra Emilio Pérsico, uno de los líderes del Movimiento Evita, hacen trascender que “el calculo que hacen los piqueteros es abultado y antojadizo”.
De todos modos, reconocen que hay reclamos que son justos, como los puestos de trabajo genuino. Sobre la entrega de mayor cantidad de alimentos, aseguran que es un tema que ya está solucionado. Los piqueteros entienden que aún hay una demora de entre seis y nueve meses en la llegada de la comida a los merenderos populares.
Ayer, dos organizaciones que militan en el Frente de Todos, El MTE de Juan Grabois, y el Frente Popular Darío Santillán, referenciado en Dina Sánchez, protestaron en Avenida de Mayo al 800 también por los retrasos de entrega de comida. “Hace meses venimos arrastrando este conflicto que afecta directamente a los sectores más humildes: la entrega de alimentos acordados por el Ministerio de Desarrollo y no llega”, recordó Sánchez a Infobae.
El acampe de los movimientos piqueteros sobre la Avenida 9 de Julio generó ayer un hecho político muy potente. Grabois, el líder del MTE, un dirigente que dentro del FdT está alineado con Cristina Kirchner; se abrazó y les expresó su apoyo a los dirigentes de la Unidad Piquetera.
Si bien Grabois aclaró que su espacio no forma parte de la masiva protesta frente al ministerio de Desarrollo Social, sostuvo que “todas las luchas nos parecen justas”. La foto del también líder del Frente Patria Grande llegó en momentos en que el kirchnerismo y el Presidente se encuentran en máxima tensión.
Grabois ya mostró signos de distanciamiento con el albertismo. El 24 de marzo, junto al MTE y otras organizaciones allegadas, marchó varios kilómetros al lado de La Cámpora. Ese día también se sacó una foto con Máximo Kirchner. Los diputados de La Cámpora, la mayoría de los kirchneristas, y los tres del Frente Patria Grande, que también responden a Grabois, no votaron a favor del acuerdo que el Gobierno firmó con el FMI.
El abrazo de Grabois con Belliboni, la cara visible del Polo Obrero, tensionó más la interna dentro de la alianza gobernante. Grabois, dentro del FdT, expresa lo que otros dirigentes o funcionarios no dicen: “No hay nada más legitimo en nuestro país que luchar contra la falta de trabajo y la pobreza. La única forma de terminar con los planes es que haya trabajo”.
Desde el mismo acampe que finalizó hoy, pero que amenaza con volver con más fuerza, el dirigente cristinista volvió a solicitar que el Congreso sancione la ley ya ingresada y que impulsa un Salario Básico Universal para los sectores más vulnerables.
En la Casa Rosada este conflicto y estos reclamos no pasan desapercibidos. Pero las respuestas no llegan. Sobre todo, porque para terminar con ellos las soluciones de fondo no llegan con uno o dos millones de planes sociales más, sino con reactivación económica y generación de trabajo genuino.
Desde Balcarce 50 aseguran que esto ya está en marcha. Los dirigentes piqueteros dicen que no es así y que, con el acuerdo con el FMI, la situación empeorará.
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