A pocos días de la conmemoración por el Dia del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, que será el próximo 2 de abril, el Centro Simon Wiesenthal Latinoamérica realizó un reconocimiento a los ex combatientes de la comunidad judía. El objetivo del encuentro fue escuchar cada una de las historias de aquellos que fueron convocados a pelear con 19 años, en aquel entonces, y brindar una especie de “abrazo” simbólico y un homenajearlos. Allí realizaron una fuerte autocrítica a la comunidad por la falta de acompañamiento durante los últimos 40 años.
Moderado por Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal, la exposición de los veteranos judíos de Malvinas contó con el relato de sus propias experiencias sobre el día que fueron convocados, las anécdotas divertidas y más duras que les tocó transitar, el alejamiento de su familias, la información falsa que difundían los militares y los actos antisemitas que debieron soportar.
El encuentro se inició a las 19, con la comunidad Bet Hilel como anfitriona, y se transmitió Facebook Live, donde Gelblung hizo una autocrítica hacia la comunidad judía por la falta de reconocimiento y acompañamiento a los veteranos de guerra. En la convocatoria, además, llamaban a “charlar, reconocer y abrazar a los veteranos judíos de Malvinas, por sus historias de jóvenes a los que el destino colocó en un tiempo y espacio único”.
“El 2 de abril cuando nos despertamos escuchamos una marcha y se escuchaba que Argentina había recuperado las Malvinas. La dictadura buscaba una fórmula para unir a los argentinos y despertar una unión que no podían encontrar en sus medidas. Este encuentro es para dar el abrazo que no le dio ni la comunidad judía en su momento”, expresó Gelblung.
Uno de los testimonios resaltó que, en su caso, le tocó vivir “dos guerras”. “Por un lado enfrentar la guerra de Malvinas y la otra por ser judío. No me tocaba ir pero por ser judío me tocó. En las filas llamaban a varios jóvenes que debían ir y los que no, nos tocaba quedamos del otro lado. ‘¿Cómo no van los judíos?’, gritaban en las filas”, relató.
“Veníamos gestando bronca porque los oficiales preguntaban apellidos y nos hacían hacer cosas por ser judíos. Me tocó ir a Malvinas por ser judío no por ser un argentino en servicio militar”, recordó.
Entre los testimonios, Bernardo Doiny relató que fue uno de los pocos que se presentó como voluntario, lo que disparó una aclaración y reconocimiento por parte del moderador, quien resaltó: “Si todavía queda alguien antisemita, les digo que hubo muchos judíos que fueron voluntarios, como argentinos”.
Sergio Katz, otro de los veteranos, confesó que emprendió el viaje sin saber el destino ni la misión: “En guardia de las máquinas del barco un suboficial me preguntó a dónde íbamos y yo no sabía nada. ‘Vamos a tomar las islas’, me dijo. El 2 de abril a las 4 am sonó puesto de combate, me tocó en máquinas y nos dijeron que íbamos a pasar a ser parte de la historia argentina y que dependía de nosotros que la operación saliera todo bien”. “Nos dijeron que íbamos a recibir fuego y que no sabíamos de qué calibre. Siempre nos asustaban con mentiras”, agregó.
“La primera víctima en la guerra es la verdad. La verdad es lo primero que se muere. A ninguno nos dijeron que íbamos a Malvinas”, describió uno de los ex soldados que dos meses antes se había recibido de médico y resultó ser el profesional con más experiencia entre otros 6 doctores. “Había hecho las prácticas y por esa experiencia me asignaron la terapia intensiva”, dijo.
En el testimonio de la mayoría de los homenajeados sobresalió una denuncia en común: “Todas las noches nos asustaban y decían que venían los ingleses. Nadie dormía”. También se escuchó en la mayoría de los relatos los casos de antisemitismo. “La condición de ser judío hace que uno viva cosas diferentes en mayor o menor medida. Quedé prisionero y volví 40 das después que terminó la guerra. Creo ser uno de los que más tiempo estuvo en Malvinas de toda Argentina. Cumplí mis 20 años estando prisionero”, describió un combatiente.
“La guerra no conduce a nada, la violencia y falta de humanidad no resuelve ningún problema. Fui amenazado de ir al frente o el peor lugar por mi condición de judío. Volvió toda mi unidad y yo volví último por ser judío”, expresó Fabián Feller a su turno.
Al finalizar el encuentro, uno de los ex combatientes se emocionó al relatar lo difícil que le resultó la posguerra. “Esta es una activada reparadora. Una cosa es la guerra. El problemas es la posguerra. La viví muy mal, el abandono de la sociedad y de la comunidad. Nadie nos llamó. Cuarenta años después creo que esto es reparador, estamos en la comunidad y eso es importante”, finalizó entre lágrimas.
SEGUIR LEYENDO