Las carpas de los movimientos piqueteros sobre la avenida 9 de Julio generó un hecho político muy potente. Juan Grabois, el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), un espacio que forma parte del Frente de Todos alineado con Cristina Kirchner, se abrazó y les expresó su apoyo a los dirigentes de la Unión Piquetera, la organización que le exige al gobierno de Alberto Fernández abrir el listado de beneficiarios de planes sociales, como el Potenciar Trabajo. Al menos por ahora, la administración central se niega a esa imposición.
Si bien Grabois aclaró que su espacio no forma parte de la masiva protesta piquetera, sostuvo que “todas las luchas nos parecen justa”. La foto del también líder del Frente Patria Grande y los dirigentes de la Unión Piquetera, entre ellos Eduardo Belliboni, el referente del Partido Obrero y uno de los organizadores de la protesta, llega en momentos en que el kirchnerismo y el Presidente se encuentran en máxima tensión.
Grabois ya mostró signos de distanciamiento con el albertismo, o al menos se diferencia del alineamiento sin fisuras que presentan los dos movimientos sociales mayoritarios dentro del FdT: el Evita y Somos Barrios de Pie. El 24 de marzo, Grabois junto al MTE y otras organizaciones allegadas marchó varios kilómetros junto a La Cámpora. Ese día también se sacó una foto con Máximo Kirchner.
Los diputados de La Cámpora, la mayoría de los kirchneristas y los tres del Frente Patria Grande que responden a Grabois, no votaron a favor del acuerdo con el acuerdo entre el Gobierno y el FMI.
Si bien desde el entorno de Grabois aseguran que el dirigente “apoya todas las luchas sociales que considera legítima, sea en el gobierno de Mauricio Macri o en este”, lo cierto es que el respaldo al masivo acampe piquetero llego en el momento de mayor tensión entre el Presidente y la Vicepresidenta. No lo hizo, por ejemplo, en el acampe anterior, que también fue muy numeroso y en el mismo lugar.
El apoyo de Grabois a los líderes piqueteros coincide además con una protesta callejera que el MTE y otras agrupaciones alineadas en la Casa Rosada, como el Frente Darío Santillán, pero más cercanas al kirchnerismo, en reclamo por las demora en la entrega de alimentos destinados a los comedores y merenderos populares. Un pedido que también realizan las organizaciones de izquierda.
Para Grabois, y así lo expresó en varias oportunidades “no hay nada más legitimo en nuestro país que luchar contra la falta de trabajo y la pobreza”.
“La única forma de terminar con los planes es que haya trabajo”, asegura Grabois, que desde el año pasado propone que se sancione una ley para que las familias más vulnerables accedan a un Salario Básico Universal. Pero por ahora el Congreso no lo trato, aunque el proyecto ya fue presentado.
El apoyo a la Unidad Piquetera por parte del MTE y de Grabois, que forma parte de la poderosa Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la organización que nuclea a las organizaciones sociales encuadradas en el Frente de Todos, es un signo más del agravamiento del conflicto que mantiene Fernández, a través de su ministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, en la calle. Los reclamos por Trabajo, comida y planes sociales van en aumento.
Los piqueteros más duros son la punta de lanza de esos reclamos. El acampe de 48 horas que comenzó ayer en el centro porteño y en las principales ciudades del país es una muestra de la pulseada entre unos y otros. Los músculos están tensados y por ahora ninguno sede.
Por el lado de la Unidad Piquetera, compuesta por unas cuarenta organizaciones sociales, como el Polo Obrero, el Movimiento Barrios de Pie y el MTS-Teresa Vive, ya votaron profundizar las medidas si la administración de Fernández no resuelve de manera favorable los planteos que realizan desde el año pasado: abrir el listado de beneficiarios de programas como el Potenciar Trabajo; elegir libremente en el lugar para realizar la contraprestación; creación de un millón de empleos genuinos a través la obra pública y, entre otros puntos, asistencia integral a comedores populares.
El lunes pasado, una delegación de los representantes sociales más duros fueron recibidos por Zabaleta. Fue la cuarta reunión desde que asumió en reemplazo del ahora diputado nacional Daniel Arroyo.
El diálogo no prosperó. Para los voceros del ministro, los piqueteros, que en su mayoría pertenecen a partidos de izquierda, “solo quieren confrontar porque ese es su negocio político”. Entienden que “crecen con el conflicto”, e insisten en que las negociaciones no avanzan porque ya tienen trazado un “plan de lucha de confrontación de aquí al 2023″, año de elecciones presidenciales.
“El pacto con el Fondo Monetario Internacional significa profundizar el empobrecimiento y la desocupación crónica que se instaló en nuestro país gobierno tras gobierno”, opinaba ayer Eduardo Belliboni, referente del Polo Obrero (PO). Sus palabras surgían entrecortadas en medio de la marcha que avanzaba desde Constitución al edificio del ministerio de Desarrollo Social, ubicado en la avenida 9 de Julio al 1900, epicentro del acampe.
Para el Gobierno, los piqueteros rebeldes no se fueron con las manos vacías de la reunión del lunes. Se acordó que las organizaciones que integran Unidad Piquetera presentarán un plan de actividades laborales para titulares del Potenciar Trabajo y el Ministerio de Desarrollo Social financiará la compra de maquinarias, herramientas e insumos para la producción para fortalecer el trabajo en cooperativas.
También se aseguró que se fortalecerían las políticas de asistencia alimentaria. Esto es la entrega de alimentos secos, transferencia directa a comedores bajo el programa PNUD, refuerzo del Sistema Alimentario Escolar y Tarjeta Alimentar.
Del encuentro de Trabajo, además del ministro, participaron el viceministro Gustavo Aguilera, el secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, y el subsecretario del área, Pablo Pais.
“Desde agosto pasado, el ministerio de Desarrollo Social enfocó sus políticas en pasar de un esquema de programas de asistencia social a planes de generación de empleo formal y fortalecimiento de cooperativas y demás unidades productivas del sector de la economía popular”, le recordó a Infobae uno de los colaboradores de Zabaleta.
Los dirigentes sociales afirman que eso no alcanza y acusan al funcionario de “no cumplir con lo que promete”.
“El reparto que hace el Gobierno sobre el gasto social es sencillo: el 80% va al Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie, que responden a Alberto Fernández, y el 20% para el resto”, se quejaba ayer una de las dirigentes piqueteras al ser consultada por este medio. La mujer se mostraba muy activa ordenando la disposición de carpas e improvisadas tiendas dentro de las cuales adultos y niños pasarían la fría noche de otoño.
Esta mañana, antes de la notoria foto de Grabois con los piqueteros, la portavoz del gobierno, Gabriela Cerruti, habló del conflicto que mantiene sitiada a buena parte del centro porteño: “Es momento de dar trabajo, no planes”, ratificó en línea con el ministro Zabaleta, que espera reanudar las conversaciones con las organizaciones sociales, pero “sin cortes en las calles”.
El conflicto está planteado. El devenir de los acontecimientos mostrarán si a los movimientos sociales díscolos se le suman espacios que hasta ahora no lo hacían y que forman parte del frente gobernante.
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