Más allá de las expresiones polémicas y grandilocuentes del presidente Alberto Fernández en su “guerra contra la inflación” -por ejemplo, referidas a los “diablos” que suben los precios y la “inflación autoinfligida”- en el Gobierno buscan con desesperación llegar a un pacto con los sectores del empresariado y los gremios para empezar a anunciar medidas orientadas a frenar la suba de precios, garantizar estabilidad en la oferta y retrotraer valores en góndola. Mientras las conversaciones avanzan sin resultados concretos hace semanas, reina el secretismo, pero en Balcarce son “optimistas” y creen que podrían hacer un anuncio concreto “en los próximos días”. Según adelantaron, se piensa en crear canastas reducidas de productos con precios cuidados que brinden “mayor estabilidad” y trabajar con el mercado central para bajar los valores en los frescos.
Ante una consulta de Infobae sobre el estado de los diálogos que se vienen manteniendo con la Unión Industrial Argentina (UIA) y con la Confederación General del Trabajo (CGT), el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, dijo que se trata de una negociación que provoca el “mayor interés” en el Gobierno, especialmente en el Presidente. Y aunque desestimó que la inflación pueda alcanzar el 65% este año, como señalaron algunas proyecciones, adelantó que el problema los preocupa sobremanera, y que están trabajando “en crear canastas más chicas de productos, más protegidos, cuidados, con compromisos más firmes de estabilidad de precios”. Sin embargo, evitó brindar mayores detalles. “Confiamos en que va a salir, por eso no queremos adelantar nada”, sostuvo.
En la Casa Rosada y en las dependencias del Gabinete económico aseguran que tienen “confianza” en la predisposición del empresariado, porque el diálogo “ha sido positivo”. Pero, deseosos de poner en marcha el plan, quieren que se acelere. “Esperamos que en los próximos días podamos tener un conjunto de propuestas concretas, más detalladas, que el Presidente pueda convalidar”, deslizó durante una conferencia de prensa que brindó el miércoles por la tarde desde la Casa Rosada.
Después de las reuniones del martes de la semana pasada y el último lunes, en Sanidad, y el martes, en el CCK, en las que Alberto Fernández les planteó a los sindicatos y a los empresarios la necesidad de llegar a un “pacto de gobernabilidad” en el delicado contexto económico, no hubo anuncios tangibles. En cambio, el Presidente, en sendas alocuciones públicas, se limitó a echar culpas a quienes fijan los precios, y a discutir el fenómeno de manera teórica.
La falta de medidas concretas que el Gobierno, apurado por los sectores propios y por la oposición, está ávido por dar a conocer, se debe a las resistencias en ambos sectores, que obligan a la Casa Rosada a seguir negociando. Los empresarios se resisten a retrotraer todos los precios y poner topes a una gama amplia de productos. Entienden la estrategia de negociar por sector, pero ven poco viable que las medidas que proponen en Economía y Desarrollo Productivo puedan dar resultado sin perjudicarlos. Mientras que los sindicatos temen que se aplique un techo a las paritarias, a pesar de que el Presidente les aseguró, cara a cara en el cónclave del lunes en Sanidad, que quiere que “los salarios le ganen a la inflación”. En el Gobierno no dieron señales aún sobre el porcentaje que estarían dispuestos a convalidar.
Según Kulfas, la negociación que arrancó la semana pasada, liderada por el secretario de Comercio, Roberto Feletti, para modificar “algunos movimientos” que calificó como “especulativos”, ya llegó a buen puerto. “Los movimientos de precios que se produjeron en la segunda y tercera semana de marzo no tenían explicación con respecto a los costos, eran anticipatorios, especulativos e injustificados”, dijo. Y aseguró que ya hay, a partir de esa mesa con los sectores minoristas y de producción de alimentos, un acuerdo para que los precios se retrotraigan al 8 de marzo. Sin embargo, hay menos claridad sobre otra negociación, que Kulfas calificó como “más general”, que es la que despierta el mayor interés en la Casa Rosada.
En Economía diagnostican que el principal problema está en los productos frescos: carnes, verduras y frutas. Mientras que los productos envasados, como los fideos o el arroz, tuvieron un nivel de inflación por debajo del promedio. “Esto requiere un conjunto de políticas. En los productos frescos no hay oligopolios, la producción primaria está radicada en los pequeños productores, y la final recae sobre todo en verdulerías, que no están concentradas. El problema es el cambio de hábitos que se intensificó con la pandemia, y el tema de la oferta”, dijo Kulfas.
En ese sentido, el ministro reveló que una de las estrategias del Gobierno para paliar la inflación será aumentar la oferta a través de la intervención del Mercado Central, “para llegar a los pequeños productores, aumentar la producción, y tener una oferta más sólida que permita reducir el nivel de inflación y trabajar en la volatilidad, para garantizar mejoras en materia de estabilidad y evitar los saltos de siempre”.
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